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Fuente: Los Tiempos

Autoría: ELIZABETH VARGAS SOLÁ

Fecha: Lunes, 18 Septiembre 2017

Con la aprobación de la Ley de Protección Integral y Desarrollo Sustentable del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure-Tipnis que elimina la intangibilidad de este territorio, nuevamente salió al debate la importancia del Tipnis en Bolivia; uno de los temas del debate, es su relación con el agua, el mismo que abordamos en este artículo.

No es nada nuevo ni reciente mencionar que “los bosques llaman lluvia”; los bosques generan condiciones para que el agua de la lluvia se infiltre en los suelos y alimente las aguas subterráneas, los ríos, vertientes y lagunas; estas fuentes de agua al evaporarse generan nubes, las mismas que originan las lluvias, completando el ciclo de agua. Expertos señalan que los bosques también tienen la capacidad de generar nubes por el agua que absorben del subsuelo, haciendo una especie de bombeo de lluvias. Es así que las zonas con mayor vegetación son más húmedas. Esto es evidente también en el Tipnis tal como lo muestra Roger Carvajal -investigador emérito de la UMSA- cuando presenta dos mapas de Bolivia donde muestra la parte más húmeda y la parte donde más llueve en nuestro país, que justamente coincide con el Tipnis.

La evidencia de que el Tipnis es la región más húmeda y donde más llueve en nuestro país, debe llamarnos la atención puesto que estaríamos hablando no sólo de un área protegida y territorio indígena, sino de un reservorio acuífero importante para Cochabamba y Bolivia. Roger Carvajal menciona también la relación del Tipnis y bosques de la Amazonía con las lluvias que se generan en las tierras altas de Bolivia, que en el caso de Cochabamba incidiría también en la represa Misicuni, un proyecto estratégico de Cochabamba por la provisión de agua para la Región Metropolitana, la cual alberga al 65% de la población de este departamento. Si se trata de un reservorio acuífero importante, la protección del Tipnis se constituye, por tanto, no en una opción sino una obligación, más aún considerando la crisis de agua que hemos vivido en los últimos años en Bolivia y los efectos del cambio climático en las fuentes de agua.

Una investigación publicada el 2014 por la Asociación Internacional del agua, The Nature Conservancy (TNC), C40 Grupo Líder de Ciudades Clima, realizada en 500 ciudades medianas y grandes del mundo, muestra que las mejores estrategias de protección de las fuentes de agua (refiriéndose a las cuencas) son: la conservación de bosques, la reforestación e implementación de buenas prácticas agrícolas (cobertura vegetal), la cual incide no sólo en la cantidad de agua protegida/recuperada, sino en la calidad de las mismas. En ese sentido, en el estudio indica que, la inversión en “infraestructura natural” (protección de bosques, cobertura de suelos), es una inversión más eficiente para los países llamados “en desarrollo”, que infraestructuras costosas de cemento para la captación de agua (por ejemplo trasvases de agua).

El Tipnis visto como un reservorio acuífero que alimenta no sólo aguas abajo del Río Mamoré, sino que incide también en las lluvias de valles de Cochabamba y tierras altas, muestra que este tema ya no es sólo de determinados actores, sino que trasciende a toda la población boliviana. En ese sentido, los estudios existentes sobre el Tipnis, los bosques y su relación con el agua deben ser considerados para una reorientación de las decisiones en relación a lo que se quiere hacer en las áreas protegidas en Bolivia, especialmente la carretera que se proyecta construir por el corazón del Tipnis.

 Artículo Original Disponible en:  http://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20170906/columna/tipnis-agua