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El presidente José Mujica defendió la decisión, pero el canciller Almagro y el vicepresidente Astori la cuestionaron. Peligro de fractura en el bloque del Frente Amplio en el Congreso.El canciller Luis Almagro fue el que tiró la primera piedra, y encendió una dura polémica dentro del gobierno uruguayo. El apoyo de José Mujica al ingreso de Venezuela al Mercosur, decidida durante la reunión del fin de semana en Mendoza, abrió viejas heridas en el Frente Amplio.

Almagro dijo el lunes que el apoyo de Mujica lo sorprendió, ya que Uruguay se negaba al ingreso de Venezuela al Mercosur "en las actuales circunstancias". Esa coyuntura se refería a la suspensión de Paraguay por la destitución del ex presidente Fernando Lugo.

Incluso el ministro de Relaciones Exteriores llegó a poner en duda que el ingreso venezolano se concrete, y que el tema llegaría hasta la Justicia. Tanto golpearon las palabras de Almagro que desde el gobierno tuvieron que salir a desmentir que forzaran su renuncia.

A Almagro se le sumó el vicepresidente Danilo Astori, habitual crítico de algunas de las decisiones de Mujica. "Es tal vez la herida más grave de los 21 años del Mercosur", dijo Astori ayer, y advirtió que "se ignoró una de las normas más importantes: el corazón del Tratado de Asunción dice que el ingreso de un miembro pleno debe ser aprobado por todos los miembros plenos ya existentes".

Las principales críticas que se hacen a Mujica están dadas por los supuestos beneficios que el apoyo a la iniciativa de Brasil y la Argentina le darían a Uruguay. Tanto oficialistas como opositores le cuestionan al Presidente que esos beneficios no están firmados, y que sólo dependerán de la buena voluntad de Cristina Kirchner y Dilma Rousseff.

La situación también movió las aguas en el bloque del Frente Amplio en el Congreso. Algunos sectores mostraron su acuerdo con la posición de Almagro, y hasta llegaron a manejar la posibilidad de presentar una impugnación a la decisión de Mujica.

Pero la senadora Lucía Topolansky le puso freno a esa posibilidad: "Hay una posición oficial del Frente Amplio. Eso no quiere decir que algún compañero por la de él pueda pensar otra cosa", dijo en referencia al vicepresidente.

"Hay cuestiones jurídicas y cuestionas políticas que hay que mirar en su justa balanza", agregó la esposa del Presidente.

Así, lo que parecía un tema coyuntural y regional, terminó por encender una nueva interna en el gobierno uruguayo, en momentos en que además comienza a dirimirse el futuro candidato a la presidencia, un ingrediente que no hace más que agregarle leña a un fuego que goza de muy buena salud.