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Hugo Chávez Rafael Frías supo desde el inicio de su carrera política, con el fallido golpe de Estado en febrero de 1992 contra el gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez, construir poder con base en un fuerte programa de distribución del ingreso y de cambio de las estructuras dependientes, con las que Venezuela había crecido de manera excesivamente desigual desde que se convirtió en potencia petrolera mundial.

Con su triunfo en las elecciones de 1998, el mandatario bolivariano se propuso acelerar los cambios y contó con el incondicional apoyo de las capas bajas y medias de la población y de un importante sector de las Fuerzas Armadas.

El ideario de Simón Bolívar y de su mentor, Simón Rodríguez, le sirvieron a este estudioso militar nacionalista para entender que para que los cambios sean permanentes debería construir una unidad regional que ya habían intentado en la década del 50, pero sin éxito, Juan Domingo Perón y Getúlio Vargas, entre otros.

En los primeros años de gobierno, Chávez impulsó con un amplio apoyo de la ciudadanía una reforma constitucional que sentó las bases para los cambios que se realizarían hasta el momento de su muerte a causa de un cáncer, el 5 de marzo de 2013, cuando seguía siendo mandatario tras haber ganado 14 de las 15 elecciones que enfrentó.

En diálogo con Télam, al conmemorarse hoy un año de su muerte, el sociólogo Atilio Borón  sostuvo  que el fundador de la revolución bolivariana que desde 1999 rigió los destinos de Venezuela “tuvo desde el principio de su gobierno la visión estratégica de buscar la unidad de todos los pueblos de América Latina y el Caribe”. “La integración era para Chávez el mejor camino para conseguir la definitiva independencia de las naciones del sur”, añadió.

La tarea en pos de la integración regional encontró al Mandatario junto a otros líderes como Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner, Evo Morales y Rafael Correa, quienes superando diferencias de tiempos de acción y distintas realidades internas, dejaron sentadas las bases para la  independencia de América.

La Cumbre de las Américas de 2005 realizada en Mar del Plata, donde se frenó el intento neocolonial de  Estados Unidos de crear una zona de libre comercio en  la región, es el mejor ejemplo de la decisión de esos mandatarios.

La creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), del Banco de Sur, Petrocaribe, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y sobre todo la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), quedan en la historia como los hitos de construcción de estos hombres que, como Chávez, entendieron que la independencia definitiva solo se logrará si se da a nivel regional.

En este sentido, apuntó Borón: “Chávez era partidario de una unidad regional que trascendiera las ideologías y los posicionamientos de los gobiernos de cada uno de los países del continente”.

El especialista en la realidad latinoamericana se refirió además al concepto de “Socialismo del Siglo XXI”, que el exmilitar supo acuñar durante sus años de gobierno en Venezuela, y definió esa idea como una concepción “verdaderamente revolucionaria”.

“Tras la caída de la Unión Soviética, el término socialismo quedó identificado con lo dictatorial o con fórmulas vaciadas de contenido, como las que postulaban las socialdemocracias europeas o, en nuestro continente, la Concertación chilena”, expuso.

Sin embargo, el catedrático dijo que, a su entender, el extinto líder rompió con esta dualidad, al “redefinir las nociones de socialismo en términos políticos y económicos”.

“Para Chávez, la construcción de una sociedad igualitaria debía estar acompañada de una planificación económica que incluyera a los sectores privados y a los cooperativos. Rompió la figura del ‘centralismo democrático’ al someter a su gobierno a una continua competencia electoral. Y eso fue lo novedoso”, fundamentó.

Tras la muerte del líder de la revolución bolivariana, Nicolás Maduro asumió la conducción política de ese proceso, y aunque hoy el Gobierno venezolano enfrenta “un embate de sectores golpistas”, Borón se mostró optimista con respecto a la continuidad del proyecto político. “Creo que el chavismo y Venezuela van a sobrevivir como alternativa al poder imperial de   Estados Unidos. Es difícil reemplazar a un hombre de la talla de Chávez, pero tampoco es imposible”, subrayó.

Por último, se refirió a las sospechas que se sembraron sobre el origen de la enfermedad que contrajo el entonces presidente de Venezuela. “Sé que autoridades venezolanas encargaron biopsias sobre muestras del cuerpo de Chávez y seis de esos análisis coincidieron en señalar que el tipo de cáncer que lo afectó era muy raro. Cabe recordar también que no había antecedentes de afecciones oncológicas en su familia. Creo que hay espacio para creer que pudieron inocularle una enfermedad”, estimó el analista.