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A raíz de fumigaciones, muerte de ciervos del pantano, merma de la producción apícola y otras situaciones de riesgo, el sábado se realizó una reunión entre pobladores, autoridades locales y empresarios arroceros en una de las municipalidades locales.

En la mañana del sábado las poblaciones de dos municipios del Norte del departamento de Ñeembucú, Villa Oliva y Villa Franca(120km de Asunción), lograron que sus autoridades abran un espacio de información y debate relacionados a los últimos acontecimientos.

Estuvieron presente referentes de las familias locales, el intendente de Villa Oliva, Joel Aguero, concejales y representantes de la empresa Villa Oliva Rise, que inició trabajos para la explotación arrocera en el lugar, que quiere llegar a 5mil hectáreas de acuerdo a sus proyecciones de este año.

La aparición de ciervos del pantano muertos y la merma de la población de abejas de productores apicultores…la población local la asoció a la utilización de agrotóxicos para la explotación del arroz.

La preocupación sobre otros efectos en la economía, el medioambiente y la salud de la población se expresó a través de varios sectores presentes, como ganaderos con inversiones en el lugar o familias que vieron en las últimas semanas la realización de fumigaciones aéreas, según relataron.

“El tema de la producción de arroz es que compromete las aguas y cauces hídricos, porque luego de las fumigaciones sobre los cultivos, desvía e introduce las aguas en los cultivos, para después liberarlas de vuelta a su cauce, con todos los residuos químicos”, explicó Inés Franceschelli.

La misma participó por el centro Base Investigaciones Sociales(BASE IS), a pedido de las familias del lugar, junto con otras personas de sectores ambientalistas y de investigaciones a cerca de la problemática de las fumigaciones en el país.

Por la empresa Villa Oliva Rise habló Ignacio Heisecke, accionista del emprendimiento local, que pretende cultivar este año 5 mil hectáreas de arroz y procesarlas en una planta que, anunció, estará sobre la ruta que une Guarambaré y Villeta.

El empresario, que a la vez es el presidente de los arroceros de Misiones, dijo que la iniciativa traerá progreso y trabajo al lugar, además de observar todas las normativas ambientales.

Las personas presentes le llamaron la atención porque la empresa obtuvo la licencia ambiental sin antes convocar a las familias locales a una audiencia pública, como establece la ley vigente durante el pedido de la licencia de explotación.

Este proceso en las comunidades mencionadas se registra en medio de una intención del sector exportador arrocero de multiplicar su producción hasta los 1 millón de hectáreas en el país para enviar a mercados externos, de acuerdo a informaciones periodísticas.

 Lo preocupante de este proceso es la matriz de producción del cultivo, que se realiza en base a químicos, monocultivo y mecanización, que representa grandes ganancias para las empresas pero efectos sobre la economía, la vida y el medioambiente locales, de acuerdo a las denuncias publicadas en varios medios, estudios y denuncias de familias afectadas en departamentos como Cordillera, Misiones, Itapúa y Ñeembucú.