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"La crisis del agua es inminente”, sentenció András Szöllösi-Nagy, experto de Unesco en la gestión de recursos hídricos al inicio de una conferencia sobre lo que llamó el “desafío del siglo”: abastecer con la misma cantidad de agua a una población creciente y en un contexto de cambio climático en donde las sequías y las inundaciones se suceden unas a las otras causando estragos.

Uruguay no estará ajeno a la pelea. Tras su visita al país, Szöllösi-Nagy dejó una recomendación: que se comience a almacenar agua, en especial porque en la cuenca del río Santa Lucía compite la fuente de agua potable con la producción agropecuaria y forestal. El encargo fue tanto para el futuro abastecimiento de los hogares pero, en particular, para los usos en los emprendimientos agropecuarios. “El mayor desafío para Uruguay es que la agricultura va a usar más agua y eso tendrá el efecto negativo de que se generarán más residuos. No es un problema hoy, pero esto va a llegar”, manifestó

El experto calculó que solo el 6% del total del agua consumida corresponde al suministro humano; mientras que casi el 80% se utiliza con propósitos productivos: desde riego de alimentos hasta la limpieza de los corrales.

En este contexto, la clave es “el reciclaje” del agua. “Cualquier mejora, incluso la más pequeña mejora tecnológica, puede lograr grandes ahorros en el uso de los recursos hídricos”, explicó en una entrevista a El Observador. Y afirmó: “Es esencial para el futuro”.
En lugar de verterse al río, las aguas residuales de la ciudad circulan por plantas de tratamiento terciario. Allí se eliminan los contaminantes nocivos al tiempo que se mantienen los nutrientes para fertilizar los cultivos a través del riego. El agua liberada por la agricultura retorna al río y, por consiguiente, al ciclo.

“La disolución (de las aguas domésticas) no es la solución a la contaminación. Tener un caño largo que las lleve al Río de la Plata es poner el problema debajo de la alfombra”, comentó. Actualmente, solo las ciudades de Canelones y San José tienen una planta para el tratamiento completo de efluentes en la cuenca de Santa Lucía.  

De todas formas, Szöllösi-Nagy reconoció como un logro para un país no desarrollado que el 94% de la población tenga acceso al agua potable. “El saneamiento está atrás, pero está atrás en todos lados. Es la próxima cosa a arreglar”, indicó.

El reciclaje o reutilización del agua es el mecanismo a través del cual Szöllösi-Nagy cree que es posible la conciliación de los distintos aprovechamientos que se le da al río Santa Lucía y que, de otra forma, la falta de control de los residuos de los tambos y de los feed-lots y el escurrimiento de los pesticidas y los fertilizantes continuarán deteriorando la calidad del curso de agua.

Respecto a los agroquímicos, el rector del Instituto Unesco para la Educación relativa al Agua (IHE, por sus siglas en inglés) recordó que las floraciones de cianobacterias causadas por las altas concentraciones de nitrógeno y fósforo en el agua serán cada vez más frecuentes “si no se aprende del incidente”.

En este caso fue la afectación del olor y sabor del agua potable a principios de marzo por la presencia de geosmina, una molécula no tóxica producida por la cianobacteria anabaena sp.

Uruguay, único en el mundo

Szöllösi-Nagy destacó que el derecho al acceso al agua potable y al saneamiento esté incluido en la Constitución. “Eso es único. Es una nueva forma de pensar. Deberían estar orgullosos de eso. Es un modelo maravilloso”, dijo a El Observador. 
En este sentido, el profesor se refirió a la reforma constitucional de 2004 como un elemento de justicia social que coloca al país en una “posición ventajosa” en el manejo de las futuras crisis relacionadas con el agua puesto que ya se posee un marco legal “sensible” al problema.

A eso, y a su juicio, es imprescindible sumarle voluntad política, pero de las reuniones que mantuvo con autoridades de OSE, Latu, Agencia Nacional de Investigación e Innovación y Universidad Tecnológica del Uruguay, pudo desprender que existe en el país.

Pero una falta que vio Szöllösi-Nagy es que Uruguay todavía no tiene la suficiente cantidad de expertos hidrológicos para afrontar la “crisis inminente” que sucederá a nivel global (ver despiece). Uno de los objetivos de su visita fue ofrecer la ayuda del Instituto Unesco para la Educación relativa al Agua en lo que refiere al entrenamiento de futuros profesionales. Actualmente cinco uruguayos se encuentran estudiando en la sede ubicada en Holanda.