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La adaptación histórica de las sociedades del sur andino, la autonomía productiva de los pequeños campesinos y la resiliencia-resistencia frente a variaciones climáticas pasadas y crisis económicas reiteradas hacen que la región de los Andes de Sur se configure como “un complejo tramado que articula en un mismo plano diferentes realidades socio-históricas y dinámicas culturales, procesos cognitivos y contigencias ambientales”.

Así lo plantean una veintena de investigadores de disciplinas tanto sociales como biológicas que han coincidido en el libro “Racionalidades campesinas en los Andes del Sur – Reflexiones en torno al cultivo de la quinua y otros vegetales andinos”, de los editores Pablo Cruz, Richard Joffre y Thierry Winkel.

En esta entrevista, Thierry Winkel explica al Periódico Digital de PIEB algunos aspectos de las reflexiones de los investigadores.

¿Qué elementos temáticos unen a los artículos recogidos en el documento “Racionalidades campesinas en los Andes del Sur…”?
Los artículos recogidos en “Racionalidades campesinas en los Andes del Sur” se unen primero por el tema de las relaciones hombre-medio, y más específicamente en torno a las adaptaciones que las sociedades locales desarrollaron en un ambiente no solo extremo, frío y árido, sino también cambiante e imprevisible. Se resaltan las continuidades y transformaciones de estas relaciones hombre-medio, en particular en respuesta a las profundas transformaciones socioculturales ocurridas en la región a lo largo de la historia, desde los primeros agricultores-ganaderos hasta los productores de hoy protagonistas de mercados globalizados como, por ejemplo, en el caso de la quinua.

Los investigadores han trabajado en Argentina, Bolivia y Chile, y principalmente sobre la quinua, ¿qué panorama general de la pequeña agricultura muestran estos estudios?

Estos estudios muestran la pequeña agricultura como una actividad persistente –tenaz podríamos decir– en los Andes áridos. Esta persistencia resulta de la combinación de aptitudes aparentemente contrarias y en realidad complementarias, donde las sociedades campesinas se muestran resilientes y resistentes frente a los cambios climáticos pasados y presentes o a las crisis económicas, y a la vez se revelan innovadoras y reactivas cuando surgen oportunidades, como es el caso con la quinua desde los años 1970.

¿Existen coincidencias en la manera en que los distintos Estados, a través de las políticas públicas, actúan respecto de esta pequeña agricultura campesina?

Si bien las políticas públicas como tal no son parte de los temas que trata el libro, los análisis que se presentan de las experiencias en Chile o de las transformaciones en Bolivia indican, más allá de sus evidentes particularidades nacionales, algunas coincidencias en las intervenciones de los Estados. Hasta un periodo reciente, la primera coincidencia era la ausencia de política específica para la pequeña agricultura. Las familias productoras de quinua, igual que el resto de los pequeños agricultores, se beneficiaban sólo de políticas generales de desarrollo rural. Posteriormente emergieron, primero en Bolivia y luego en Chile y Argentina, políticas públicas específicas para la agricultura campesina y el sector “quinuero” en particular. Con otra coincidencia entre los distintos Estados, al opuesto de la tendencia anterior, a saber: una visión esencialmente sectorial, enfocada a un solo producto (quinua, lana de llama, etc.) y por lo tanto poco apropiada para integrar la multiactividad, agrícola y no-agrícola, y la movilidad de las personas que caracterizan a la pequeña agricultura familiar en los Andes del Sur.

¿Cómo fue el proceso de reunir estos artículos con coincidencia temática? ¿Se puede decir que existe un trabajo de investigación suficiente, e interés de los investigadores, sobre el tema campesino en esta zona geográfica?

La multiplicidad de los temas y niveles de análisis, la diversidad de las situaciones locales y visiones del futuro, generan grandes expectativas de tener más conocimientos y comprensión de la agricultura campesina para guiar no solo las intervenciones públicas sino también las decisiones comunitarias e individuales. El significado de esta demanda societal va más allá de estas regiones a veces consideradas como marginales. El caso de la quinua en Bolivia demuestra el fuerte impulso que las actividades campesinas pueden llevar en el desarrollo regional, nacional y ahora internacional. Para convencerse basta considerar el reequilibrio entre campo y ciudad en las regiones productoras o, a nivel internacional, la emergencia de sectores “quinueros” en los países vecinos y hasta en el hemisferio norte. Las fecundas interrogaciones que plantea esta demanda societal deberían atraer el interés creciente de los investigadores en ciencias sociales, económicas y ambientales, con el reto de mantener siempre una visión interdisciplinaria la más integradora posible, so pena de perder la esencia misma del desarrollo sostenible en regiones a priori inhóspitas y sin embargo con altas potencialidades para las poblaciones locales.

¿De qué manera pretende aportar el documento a la discusión académica, técnica y política sobre el tema del trabajo campesino en esta región?

Es precisamente con esta visión integradora de la agricultura campesina en sus dimensiones tanto sociales como ambientales que el libro “Racionalidades campesinas en los Andes del Sur” pretende aportar de manera significativa a las reflexiones y discusiones sobre el tema. La originalidad del libro es de plantear los debates en una perspectiva amplia que abarca desde el pasado de las poblaciones locales hasta sus visiones del futuro. Pues, es por su arraigo o radicación en un espacio local y un pasado propio que la agricultura campesina se diferencia lo más claramente de la agroindustria estandarizada. Es también del espacio local y el pasado propio que los productores campesinos sacan los recursos materiales y simbólicos que fundan su identidad cultural y con los cuales, paradójicamente, logran conquistar mercados ajenos.

El libro “Racionalidades campesinas en los Andes del Sur – Reflexiones en torno al cultivo de la quinua y otros vegetales andinos”, de Pablo Cruz, Richard Joffre y Thierry Winkel, fue editado en la Universidad Nacional de Jujuy (2015), con la participación del IRD, el PIEB, Conicet, entre otras instituciones. El libro fue presentado en el mes de mayo en Argentina.