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El rol estratégico que juegan los agricultores familiares en el desarrollo rural sustentable cobró centralidad en la agenda académica. Así lo prueba la convocatoria masiva que tuvo el Primer Congreso Nacional del Foro de Universidades que sesionó en Río Cuarto.    

Con la participación de más de 600 personas, la Agricultura Familiar logró instalarse en la agenda pública de las universidades y los organismos de ciencia y técnica. La comercialización, los anteproyectos de ley y la sustentabilidad de los modelos productivos fueron los ejes del debate que se llevó a cabo el 8 y 9 de mayo pasado en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Organizadas por el INTA y las universidades de Córdoba, Villa María y Río Cuarto, el congreso se desarrolló con una masiva y contundente participación de docentes, estudiantes, productores, investigadores, extensionistas, técnicos, legisladores y  funcionarios. Ese fue el aporte sustancial de los integrantes del Foro de Universidades Nacionales que con una amplia convocatoria lograron habilitar un espacio multiactoral necesario y estratégico. Delegaciones  de más de 30 universidades públicas  se acercaron a la ciudad de Río Cuarto para participar de las alternativas del encuentro, que tuvo su contrapunto fuerte y enriquecedor  en la charla que brindó el Director de la Maestría en Economía Social y Solidaria de la Universidad de San Martín, Alejandro Roffman. Su visión del actual contexto político y económico disparó la participación y el debate de docentes, estudiantes y productores.

"Como pocas veces en la historia moderna contemporánea Argentina  se alza  con un proyecto que desafia la inserción periferica, valoriza el trabajo, apunta a poner el mercado interno de consumo como sector dinámico de la economía, y busca diversificar la base productiva nacional”, advirtió Roffman, ante un auditorio que se sintió interpelado frente a un tema que históricamente estuvo relegado de la agenda académica y de la política pública. Sin embargo, todo indica que esa situación comienza a revertirse. Así lo admitió el Rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Marcelo Ruiz, al cierre de las jornadas, al referirse a la complejidad de la relación entre sujeto, desarrollo, tecnología y Estado. Explicó que es necesario repensar estas dimensiones para profundizar la construcción popular en Argentina. Destacó la importancia de “otorgar visibilidad al sujeto colectivo que se reconoce como tal, que pugna por un acceso igualitario de la población a la tenencia de tierras y que vertebra un modelo diferente de vida en territorio.: En ese mismo sentido se expresó la Directora del CIPAF, Andrea Maggio: “La Universidad tiene muchas capacidades para aportar. Lo que se vió aquí es el esfuerzo y el  compromiso de la universidad y  el INTA para seleccionar temas relevantes y convocantes. Ahora nos toca salir y comprometernos más como Estado, como ciudadanos en nuestras acciones cotidianas para posicionar a la AF en todas sus dimensiones”. 

El referente del Foro de la Región Pampeana, Daniel Agüero, anfitrión del encuentro, consideró que el congreso fue muy importante en términos cuantitativos y cualitativos. "Aquí se logró profundizar el debate acerca de las principales problemáticas del sector y se acordaron acciones para establecer una agenda de trabajo dándole continuidad a este espacio multiactoral.  Ahora en el ámbito universitario esto debe traducirse en una transformación real de las currículas, en revisar las prioridades de la investigación y los  proyectos de extensión”, sostuvo al término del encuentro. Para nosotros resulta central la demostración que hemos hecho de la capacidad que se puede alcanzar cuando se trabaja en red  un tema tan relevante para el desarrollo agropecuario nacional”, sostuvo el  director del Centro Regional Córdoba del INTA, Eduardo Martelotto. También el representante de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación, Ramiro Fresneda admitió que es necesario discutir cómo se construye un modelo armónico que no ponga únicamente el foco en una cuestión económica, sino que construya un paradigma de sustentabilidad en clave social y ambiental.

Los ejes del encuentro
Más de 30 universidades con expertos en desarrollo rural de todo el país, organizaciones de productores, estudiantes de diversas carreras, docentes, extensionistas y técnicos trabajaron a lo largo de dos jornadas  sobre tres ejes: la agricultura familiar y las estrategias de comercialización; el aporte a la sustentabilidad y los marcos normativos. Este último taller contó con la participación de los diputados nacionales y provinciales Carlos Raimundi, Ramiro Marcopulus y Silvia Hornne. Se trata de legisladores que participan de los anteproyectos de ley que aguardan en el Congreso o bien de normativas provinciales, que ya fueron aprobadas, como es el caso de la provincia de Río Negro.  La participación fue masiva, despertó mucho interés y se lograron plantear cuáles deberían ser los ejes estructurales que debería abordar una ley para el sector”, explicó el investigador del INTA, Edgardo Gonzalez, uno de los coordinadores del taller. Los diputados presentes agendaron los temas prioritarios planteados sobre todo por los productores:  el acceso a la tierra y al agua, una  demanda que aparece, aún con sus particularidades, en todas las regiones. La cuestión de la comercialización, se solicitó que en la mesa donde se fijen los precios de la producción sean convocados los agricultores familiares. También se solicitó que las normativas tomen en cuenta la perspectiva de género y sobre todo cuenten con presupuesto y financiamiento, de modo que puedan aplicarse las normativas que se aprueben a favor del sector.

El  Taller sobre comercialización estuvo coodinado por la referente de la Universidad de San Martín, Mercedes Basco y el investigador del IPAF  Región Pampeana, Sergio Dumrauf. “Hoy se generan desafíos enormes que hacen que el problema de la comercialización no se pueda desarrollar con una simple estrategia de marketing, es necesario que, tanto las políticas públicas como  la organización de los productores, se encaren de una manera más integral y eficaz que nunca”, reconoce Basco.  “En este taller se discutió en profundidad la problemática de la comercialización en los diferentes territorios. Una activa participación de los productores demandando una mayor intervención de las universidades y los organismos del Estado en propuestas que mejoren la participación de este sector en la cadena comercial”, explicó Dumrauf al término del encuentro.
En tanto, el taller sobre sustentabilidad estuvo coordinado por un equipo integrado por representantes del Foro de Universidades y miembros de los institutos del IPAF Región Pampeana y de Patagonia.  Este taller contó con una fuerte participación estudiantil. Delegaciones de Luján, Villa Maria, Cuyo, Entre Ríos, Córdoba, La Plata, UBA y Río Cuarto se interesaron en otras formas de producción que  permitan una relación productiva más adecuada entre la sociedad  y la naturaleza. “Para nosotros es muy importante que estos temas se integren a nuestras currículas, reconoció el presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad de Río Cuarto, Eugenio Eber Barros. Una de las principales conclusiones a las que se arribó fue la necesidad de situar a la agricultura familiar como un actor clave para proveer los alimentos y recursos que la sociedad demanda, advirtió la docente e investigadora rosarina Patricia Propersi,  una de las coordinadoras de este taller. “Se rompe así con la falacia de pensar que el agricultor familiar es un actor que sólo requiere asistencia y ayuda. Se invierte esa proposición  entendiendo que es justamente este tipo de productor el que ayuda a nuestras sociedades contemporáneas proveyéndoles de aquello que requiere nuestra población, sin tener que incurrir en costos ambientales”, sostuvo la docente que integra el Foro de Universidad por la Región Pampeana. Y explica que más allá de las denominaciones de moda, los agricultores familiares son milenarios e históricamente fueron los que permitieron alimentar a la humanidad.

Este reconocimiento fue tomado por las Naciones Unidas al establecer que en 2014 se conmemore el año de la agricultura familiar. En el mundo existen unos 1.500 millones de campesinos, minifundistas y pequeños productores. Ocupan unos 380 millones de unidades productivas, en tan sólo el 20% de las tierras disponibles. Pero producen el 50% de los alimentos que se consumen en el planeta. Si la agricultura familiar aún con sus problemas de acceso a la tierra y a los mercados, aportan  la mitad de los alimentos que se consumen en el mundo, abordar la problemática de la comercialización,  los modelos productivos y las normativas en torno al acceso y uso de la tierra, resulta clave. En Río Cuarto, estos temas entraron en la agenda académica, en los organismos de ciencia y técnica y en los representantes del ámbito legislativo.