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La Paz, Bolivia

Durante dos días, la Red Unitas estuvo promoviendo la décima versión del Foro Nacional de Organizaciones Sociales que han denominado “Libres para pensar, libres para decidir”, convocando a voceros, organizaciones, activistas e intelectuales para entablar diálogos sobre diferentes aspectos en este caso, sobre la situación organizativa, la participación ciudadana, el acceso a los derechos humanos y la información. El pasado 8 de noviembre, se llevó a cabo el panel “Participación social y realidad organizativa” reuniendo a intelectuales y representantes de organizaciones campesinas e indígenas bajo la moderación del coordinador del Programa NINA, Walter Limache.

Iniciando las exposiciones, el sociólogo Ricardo Calla recordó que hace 40 años las ONG nacían para coadyuvar a la lucha por la democracia y en el actual contexto, siguen en la tarea de defender la libre expresión y el disenso ante las políticas gubernamentales que atenten contra el ejercicio de los derechos de la sociedad civil. Respecto al contexto organizacional, lamentó que sean cinco mujeres de la cúpula gubernamental las que estén presas por la corrupción, expresando la ausencia o tal vez, un tipo de una política de género, donde “los varones no se tocan entre sí”.  Identificó al clientelismo como el motivo por el que las organizaciones sociales estén en crisis, con dirigentes cooptados y sin agenda propia. Y convocó a restaurar el principio de esperanza en los corazones y en las mismas organizaciones.

Por su parte, José Barba como presidente del Bloque de organizaciones campesinas e indígenas del Norte Amazónico de Bolivia (BOCINAB) se refirió a la composición organizacional del denominado Bloque Oriente, que en los últimos años, luego de fortalecerse con diversos proyectos productivos, ha ingresado en una dinámica de disputa con diversos actores locales interesados en acceder a espacios de poder. Esta dinámica que se acentúa con los procesos electorales mella y afecta la dinámica organizacional, dejando de lado el objetivo del desarrollo que las organizaciones estaban construyendo desde sus propuestas productivas. Destacó que hay un nuevo contexto de desigualdad social en el país, por la acumulación que pueden hacer unos y que en definitiva, el partido en el poder aprovecha de la división para desinformar e impedir que las organizaciones conozcan sus derechos inscritos en la constitución política del Estado plurinacional.

En su turno, Bertha Bejarano, importante líder de la IX Marcha Indígena de Defensa del TIPNIS y presidenta de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni, quien reflexionó sobre el carácter represivo de la política gubernamental ante los conflictos territoriales. Lamentó que una de sus compañeras, como lo fue Melva Hurtado, esté privada de libertad y que su silencio sea expresión de los condicionamientos que se imponen desde el poder central. Advirtió que si las organizaciones están debilitadas, no será extraño que se reiteren la incertidumbre y represión que se vivió en el TIPNIS, esta vez en el caso del norte de La Paz en la resistencia a la construcción de la represa de El Bala. Pidió que las instituciones y organizaciones prioricen la formación de nuevos líderes para el logro de derechos y el ejercicio de la democracia.

Ronald Andrés, Capitán Grande de Charagua Norte aportó el testimonio y reflexiones de la Asamblea del Pueblo Guaraní. Destacó que la insistencia del Estado republicano se nota en la falta de comprensión de las demandas y propuestas organizacionales, no obstante, los guaraníes han podido llevar adelante su demanda por autonomía convirtiéndose en el primer referente a nivel nacional e internacional. Afirmó que el camino a la autonomía indígena sí es posible a base de un territorio consolidado y que el desafío es ejercer una democracia intercultural, comunitaria y propia, no una democracia impuesta o de sometimiento estatal. Finalmente, apuntó que sin autonomías indígenas Bolivia no puede considerarse un Estado Plurinacional y que el desafío de la autonomía de Charagua y otras que están en a punto de consolidarse es ejercer un “proceder propio” librándose así de la colonización intelectual que nos hace dependientes.

Cerrando las intervenciones del panel, Alejandro Almaraz, ex viceministro de tierras, expresó su agrado por la convocatoria que logró el foro e inició sus reflexiones con la crítica al pensamiento que apunta a que “antes todo era peor” y a insistir en comparaciones que velan la situación de las cosas. Manifestó su indignación porque han vuelto a haber presos políticos de diverso origen social y posicionamiento, porque hemos sido testigos de aberraciones electorales que no se habían manifestado antes y que el acceso a la información está siendo condicionado y hasta prohibido. Por todo esto, estableció un “retroceso” en la construcción de un nuevo tipo de democracia y advirtió que el actual proyecto político en el gobierno manifiesta un nuevo ciclo del “nacionalismo revolucionario” emprendido a mediados del siglo XX, que se expresaba en la masificación del sindicalismo subordinado, la reducción de organizaciones sociales a grupos de choque y la corrupción campante. Finalizó su intervención convocando a poner frenos al “atropello gubernamental” y a fortalecer las organizaciones para la movilización.

La plenaria de manifestaciones saludó las expresiones de los panelistas, la apreciación general da paso a un aliento por la reconstrucción y el fortalecimiento de los lazos organizativos y la reflexión propia respecto a las políticas públicas rumbo al afianzamiento de los procesos autonómicos.