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El periodo de sesiones anual del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, que se llevará a cabo del 24 de abril al 5 de mayo en la Sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, celebrará el décimo aniversario de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

La Declaración, que fue aprobada el 13 de septiembre de 2007 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, es el acuerdo internacional más amplio sobre los derechos de los pueblos indígenas. El Foro debatirá sobre la aplicación integral de la Declaración para garantizar los derechos, la dignidad y el bienestar de los 370 millones de personas indígenas estimados [1] en todo el mundo. ONU Mujeres participará en varios eventos este año en su carácter de copresidenta del Grupo de Apoyo Interinstitucional sobre Cuestiones Indígenas. 

A pesar de los avances logrados en cuanto a leyes, constituciones, políticas educativas y sanitarias en los últimos diez años, los pueblos indígenas siguen siendo las personas más vulnerables y marginadas en todo el mundo. Sufren la pobreza de manera desproporcionada: el 33% de las personas en situación de pobreza rural extrema pertenecen a comunidades indígenas [2].

Las culturas y los medios de vida de los pueblos indígenas están intrínsecamente relacionados con sus tierras ancestrales. A menudo, cuentan con sofisticados conocimientos ecológicos tradicionales y con respuestas adaptables a la variación climática. Por ejemplo, han desarrollado prácticas ambientales que disminuyen el dióxido de carbono y otras emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, muchos de estos pueblos están perdiendo sus tierras y sus medios de vida como consecuencia del acaparamiento de la tierra, las industrias extractivas y el cambio climático. Sus culturas se ven amenazadas. Se estima que cada semana desaparece una lengua indígena [3]. 

Aunque la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas generó especial atención sobre las necesidades y los derechos de las mujeres indígenas e instó a protegerlas de la violencia, estas mujeres siguen sufriendo niveles desproporcionados de discriminación y violencia. Más de una de cada tres mujeres indígenas es violada a lo largo de su vida [4]. Además, esta población presenta una tasa superior a la media de mortalidad materna, embarazo adolescente y enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA [5].

El compromiso asumido por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para que nadie se quede atrás hace fuerte hincapié en el empoderamiento de las mujeres y las niñas indígenas y en el fomento de los derechos de todos los pueblos indígenas.

Con ocasión del 16° periodo de sesiones del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, ONU Mujeres destaca las voces y el activismo de mujeres indígenas de todo el mundo en su lucha contra los problemas generados por el cambio climático, la pobreza, la violencia de género y los conflictos armados, entre otros.

Historias destacadas

Mama Nalepo in her shop in the local market of Mamura village in Arusha, Tanzania. Photo: UN Women/Deepika Nath

Las mujeres masái de Tanzania toman las riendas de sus vidas
ONU Mujeres y talleres de entidades asociadas han empoderado a centenares de mujeres masái para que puedan adquirir tierras y realizar otras actividades económicas y complementar los ingresos de sus familias.

Pratima Gurung. Photo:  UN Women/Ryan Brown

Desde mi perspectiva: “Debemos sentarnos a la mesa de toma de decisiones”
Según Pratima Gurung, de Nepal, empoderar a las mujeres indígenas con discapacidad comienza por asignarles el papel de participantes y de responsables en la toma de decisiones, y no el de meras observadoras. La entrevistada hace hincapié en la necesidad de fortalecer sus voces en los foros de discapacidad, así como en los foros de los pueblos indígenas.

Oralia Ruano Lima. Photo: UN Women/Rosendo Quintos

Desde mi perspectiva: “Cuando me pican, me recuerdan de lo fuerte que soy”
Oralia Ruano Lima fue una de las primeras mujeres que se unió a un emprendimiento de apicultura en su comunidad indígena. Hoy las mujeres apicultoras de Urlanta, una aldea en la región suroeste de Guatemala, ofrecen trabajos sostenibles e ingresos a sus comunidades rurales, y desafían los prejuicios y actitudes que afectan a las mujeres de su país.

 

Las mujeres colombianas desempeñan un papel fundamental en el proceso de paz
Debora Barros Fince, originaria de Bahía Portete (Colombia), es activista indígena wayú y defensora de los derechos humanos. Su comunidad fue masacrada por paramilitares colombianos en 2004, lo que provocó que el pueblo wayú abandonara sus tierras ancestrales. Debora sobrevivió a la masacre y creó una organización llamada Mujeres Tejiendo la Paz, que trabaja con víctimas de violencia sexual y doméstica.

Tarcila Rivera. Photo: UN Women/Ryan Brown

En palabras de Tarcila Rivera Zea: “Mis padres, aunque eran analfabetos, insistieron en que yo siguiera estudiando”
Tarcila Rivera Zea es activista quechua de Ayacucho (Perú) y fundadora de la organización Chirapaq. Además, lidera el movimiento de mujeres indígenas de las Américas. De 2013 a 2015, el Fondo para la Igualdad de Género de ONU Mujeres brindó apoyo al trabajo de Chirapaq para el fortalecimiento del empoderamiento económico de las mujeres indígenas rurales. La Sra. Rivera Zea fue recientemente elegida como miembro del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.

FUENTE: ONU MUJERES