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"Hemos fallado como país. Por eso hoy aquí, en mi calidad de Presidenta de la República de Chile, quiero solemne y humildemente pedir perdón al pueblo mapuche por los errores y horrores que ha cometido o tolerado el Estado en nuestra relación con ellos y sus comunidades”.

Así se expresó la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, el pasado 23 de junio durante una jornada más que significativa para el abordaje del histórico conflicto mapuche.

“Hoy, como sociedad democrática y madura, queremos dar un paso decisivo para enfrentar la historia de desencuentros y postergación que afecta desde hace siglos a la región de La Araucanía y al pueblo mapuche”, subrayó Bachelet.

“Quiero dar este primer paso para marcar el nuevo comienzo de un diálogo que nunca debe interrumpirse”, añadió. 

Estas palabras, un signo más que elocuente, fueron pronunciadas en el marco de la presentación de un Plan de Reconocimiento y Desarrollo de la Araucanía, tierra ubicada al centro del país, y donde este pueblo originario tiene fuerte presencia.

En esta zona, por años, la violencia se ha transformado en palabra de moda a través de diversas manifestaciones por el reclamo de tierras de manos de grupos radicales que utilizaban, por ejemplo, la quema de iglesias, como forma de marcar presencia y hacer oír su voz.

La propuesta presentada por la primera mandataria chilena forma parte del trabajo realizado por la Comisión Asesora Presidencial de La Araucanía, que tiene como a uno de sus protagonistas a monseñor Héctor Vargas, obispo de Temuco.

Gracias a la conformación de esta mesa de diálogo fue posible avanzar con una hoja de ruta que busca atender los intereses tanto de los mapuches, como de las autoridades y de la propia sociedad civil que habita esas tierras.

Entre los principales lineamientos del programa se destaca “el reconocimiento de los derechos colectivos del pueblo mapuche”, además de la propuesta de “oficializar el uso del mapudungún (lengua mapuche) en la Región de la Araucanía”, reproduce el sitio web de Presidencia.

También se destacan otros enunciados como el establecimiento del “Día Nacional de los Pueblos Originarios” (cada 24 de junio) y la tramitación urgente de varios proyectos de ley que buscan crear “un Ministerio de Pueblos Indígenas y el Consejo de Pueblos Indígenas”.

Al mismo tiempo se anunció una comisión que estará encargada de “actualizar el catastro de tierras y aguas indígenas”, siendo parte del capítulo reivindicaciones territoriales, uno de los puntos más álgidos del conflicto.

Finalmente, en cuanto al desarrollo de la región, la presidente hizo referencia a inversiones en infraestructura, obras públicas y un marco normativo que haga foco en el “fomento productivo”, además de una política de protección a “todas las víctimas de la violencia en la región”.  

El paquete de medidas anunciado por Bachelet, más el gesto simbólico, fueron asumidos de forma positiva por los integrantes de la comisión y representantes del pueblo originario.

El propio Héctor Vargas, arduo negociador en cuanto al histórico conflicto, fue enfático a destacar la necesidad de conocer la totalidad de las propuestas indicadas en el plan (la presidenta anunció algunas) y señalar que “en varios de los temas sensibles constituye un avance importante de valorar”, recuerda el propio portal de la Diócesis de Temuco.

En cuanto al pedido de perdón reflexionó: “Yo creo que cuando la Jefa de Estado y en nombre del país pide perdón públicamente a los pueblos originarios de manera particular en esta ocasión al pueblo mapuche, por toda esta relación que ha habido entre ellos en los últimos 150 años, me parece que es un gesto, un signo que hay que valorar en toda su grandeza y que tiene que ver con las políticas de reconocimiento, sin lugar a dudas. Creo que faltaba este gesto, esto puede ser muy alentador para todos nosotros y el inicio de un camino que puede llegar a una auténtica justicia”.

Temuco, capital de La Araucanía, será uno de los lugares de la agenda del papa Francisco cuando visite Chile en enero de 2018. ¿Encontrará Francisco paz en esa tierra tan golpeada por la violencia?

Quizás decir que “sí” sea un tanto apresurado en cuanto a que se trata de un proceso no sencillo y de largo aliento.  Pero al menos un primer paso fue dado, la exposición de un plan, que se presenta como parte del camino hacia el reconocimiento a los pueblos originarios y a la reconciliación.

FUENTE: ALETEIA