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En enero de 1984 nació lo que hoy puede ser considerado como el mayor movimiento social de Brasil. Este mes, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra está cumpliendo 25 años de lucha por la tierra. Hoy el Movimiento está presente en 24 estados de Brasil. Con más de 130 mil familias sin tierra acampadas en todo el territorio brasileño. Pero el número de familias asentadas de la reforma agraria es aun mayor: en su historia, el MST ya asentó más de 370 mil familias.

La lucha por la tierra no es la única bandera del Movimiento. En estos 25 años, el MST construyó más de dos mil escuelas públicas en asentamientos -este número garantiza acceso a la educación a más de 160 mil niños y adolescentes- además, el MST cuenta con más de 100 cursos de graduación en colaboración con universidades de todo el país.

Para entender un poco más sobre el Movimiento, la Radioagencia NP entrevistó al integrante de la coordinación nacional del MST João Pedro Stedile. En la entrevista, él habla sobre los desafíos, avances y dificultades enfrentadas por los integrantes del Movimiento.

Radioagencia NP - João Pedro, ¿qué cambió en la lucha por la tierra en estos 25 años?

João Pedro Stedile - Al comienzo del Movimiento, el enemigo principal era el latifundio, porque él concentraba tierra y porque había una posibilidad real de hacer una reforma agraria en la forma clásica, en la que la distribución de la tierra se combina con la industria. En la evolución del capitalismo en Brasil, cuando el modelo del capitalismo industrial entró en crisis, la clase dominante brasileña evolucionó en dirección a un capitalismo internacionalizado, dominado por el capital financiero. Ahora, con esta mutación que hubo en el capitalismo, la lucha por la reforma agraria incluye nuevos enemigos. No sólo continúa enfrentando al latifundio, ahora también están las empresas transnacionales, que tienen por tras al capital financiero, y el modelo del agronegocio. Ahora, inclusive cuando ocupamos una hacienda, en general, atrás del hacendado hay una gran empresa, y está el Estado brasileño.

NP - Y, para viabilizar la realización de la reforma agraria, el MST forma a sus militantes para entender este nuevo cuadro?

JP - La reforma agraria sólo puede ser viabilizada si derrotamos al neoliberalismo. Y para eso vamos a tener que crear una gran alianza dentro de la clase trabajadora. Significa que los campesinos van a tener que aliarse necesariamente con otros sectores de la clase, con los trabajadores de la ciudad, para realizar la reforma agraria. Y nuestro movimiento y las demás organizaciones que hacen la medicación de la lucha de clases tienen que prepararse mejor. Una cosa es el trabajo de base para ocupar el latifundio. Otra cosa es explicar por qué tenemos que ocupar un área de la Syngenta, por ejemplo, que es una empresa suiza que domina semillas transgénicas. Entonces, el MST, como parcela intelectual de la clase, tiene que explicar para la base esa nueva complejidad del capitalismo.

NP - Dentro de este contexto, este año de 2009 el movimiento va a involucrarse con otros temas además de la reforma agraria?

JP - Nosotros vamos a seguir con nuestra obligación: ocupar tierras, luchar por crédito, por casas. Pero, como probablemente va a haber luchas sociales en las ciudades, seguramente va a crearse un clima para que el MST participe en otras movilizaciones con otros temas además de la reforma agraria. Aunque esas luchas no representen más desapropiaciones de tierra, a medio plazo van a representar la derrota del neoliberalismo y van a abrir una brecha política para que la reforma agraria vuelva a la pauta de disputa política de la sociedad brasileña.

NP - Algunos medios de comunicación dicen que, por causa de esas complejidades que fueron citadas, el MST perdió el rumbo. Cuál es el debate dentro del movimiento sobre este asunto?

JP - El debate del MST es éste: somos un movimiento de masas y tenemos que tener masa para hacer lucha social. Pero la complejidad de la lucha de clases exige que tengamos una organización, una organicidad de militantes que sostenga a las masas. Lo más importante es tener un proyecto de sociedad. Lo que falta en Brasil es un proyecto que aglutine a la militancia que está haciendo lucha social en torno de un proyecto. El gran desafío de la izquierda y del pueblo brasileño es crear un proyecto de transformación.

NP - Para finalizar, João Pedro, actualmente, ¿cuál es la relación del MST com el gobierno de Lula?

JP - Uno de los acuerdos que el MST aplicó desde el comienzo, y no porque nosotros fuimos más sabios, sino porque aprendimos con experiencias del pasado, es que la salud política de cualquier movimiento de masas es que tiene que ser autónomo con respecto al Estado, autónomo con respecto a los gobiernos, autónomo con respecto a las iglesias e inclusive autónomo con respecto a los partidos políticos. Creo que conseguimos mantener nacionalmente esa autonomía con respecto al gobierno de Lula. Lo que cambió es que estábamos acostumbrados a tener gobiernos de derecha -como en la época de la dictadura-, de centro derecha -como en la época de José Sarney y de Itamar Franco-, y ahora tenemos un gobierno de centro, en el que hay gente de derecha y gente de izquierda. Entonces, la naturaleza del gobierno de Lula también es diferente. Eso no quiere decir que el MST apuesta a tener un gobierno malo. Al contrario. Queremos tener un gobierno de izquierda. Nuestras críticas al gobierno de Lula son porque él se distanció de la izquierda. Cuando él toma medidas buenas para la clase trabajadora, aplaudimos. Siempre manteniendo nuestra autonomía.

De San Pablo, Brasil, de la Radioagencia NP, Silvia Adoue.

16/01/09

www.radioagencianp.com.br/index.php?option=com_content&task=view&id=6089&Itemid=39

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