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México y Latinoamérica están llamados a ser protagonistas en la nueva revolución agrícola basada en paradigma tecnológico que incida en una mayor producción agroalimentaria y la sustentabilidad de los recursos naturales, afirmó el Director General de Instituto Interamericano para la Cooperación Agrícola (IICA), Víctor Villalobos Arámbula.

Subrayó que esta región tiene una vocación, un destino agrícola y capacidad para fortalecer en gran medida la seguridad alimentaria a nivel global, con un impacto económico y social al reducir la pobreza rural y la migración de mano de obra.

En el marco de la ceremonia de clausura del Seminario Internacional de Gestión de la Innovación en el Sector Agroalimentario, el titular del IICA señaló que las convergencias entre las diferentes tecnologías son crecientes, con lo que se construye la nueva revolución agrícola.

Mencionó que una acción urgente en el corto plazo es que los países de la zona incrementen significativamente la inversión en investigación y desarrollo, toda vez que las innovaciones tecnológicas requieren de importantes sumas de capital y de talento humano.

Destacó que en lo particular México cuenta con un cúmulo de proyectos exitosos y programas que serán replicados en algunos países, tal es el caso de la Mosca del Mediterráneo y Mosca de la Fruta -el costo beneficio se traduce en que por cada peso de gasto el impacto es de 112--, cuyo trabajo resulta exitoso para evitar que estas plagas afecten la producción.

Asimismo, se congratuló con el lanzamiento del Programa de Modernización de la Agricultura Tradicional (MasAgro) que, dijo, será un parteaguas en el mejoramiento y aumento de rendimientos en la producción de maíz y trigo, con un beneficio directo para los pequeños productores mexicanos; para América Latina, acotó, representa la oportunidad de aprender de esta iniciativa.

Por su parte, y luego de clausurar el Seminario, el Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Francisco Mayorga Castañeda, indicó que el reto es la instrumentación de las acciones para que la Red de Gestión de la Innovación en el Sector Agroalimentario permita un mayor desarrollo tecnológico y el incremento de los rendimientos por unidad de superficie.

Afirmó que las inversiones que canalizan la mayor parte de los países de América Latina a investigación y transferencia de tecnología son reducidas, menos del 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que naciones miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) canalizan en promedio 2.5 por ciento del PIB.

"Es claro que debemos hacer un gran esfuerzo para liberar recursos de otros Componentes para fortalecer los bienes públicos, ya que el impulso a la innovación y el desarrollo tecnológico tiene que darse en diversos ámbitos", agregó.

Detalló que las áreas a detonar bajo este esquema son tecnología e insumos en nutrición, material genético agrícola, pecuario, pesquero y acuícola; perfeccionamiento de protocolos en los aspectos sanitarios; nuevos productos vinculados con la demanda del mercado, y desarrollo de recursos humanos y capacitación a productores.

Metas a corto plazo de la Red para la Gestión de la Innovación

Como parte de los compromisos asumidos por los integrantes de la Red para la Gestión de la Innovación en el Sector Agroalimentario, destacan el fortalecer la vinculación entre los actores (investigadores, productores y extensionistas), ampliar la transferencia de tecnología e impulsar los proyectos estratégicos a corto plazo.

También, trabajar con base en las necesidades de los productores con articulación entre la oferta y demanda, generar lazos de colaboración entre los sectores público y privado, así como vincular los centros de enseñanza con la industria.

Además, promover la cooperación técnica entre los países e instituciones especializadas en la gestión de la innovación, difundir experiencias exitosas e impulsar la transferencia de tecnología.

Los países que integran la Red, en una primera etapa, son: Bolivia, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, España, Guatemala, Nicaragua, República Dominicana y México.

Para la construcción de un Fondo de Operación se realizarán aportaciones voluntarias de las instituciones, organismos públicos y privados, instancias gubernamentales y agencia multilaterales.

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