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Colombia está tratando de reinventarse como una gran potencia agrícola en momentos en que la desmovilización de miles de guerrilleros abre las antiguas zonas de guerra al desarrollo.

A medida que la producción de petróleo, el mayor producto de exportación del país, cae debido a la reducción de las reservas, el país ha puesto sus miras en proyectos agroindustriales al estilo brasileño para la producción de aguacates, piñas y madera, entre otros cultivos comerciales.

La nación andina, casi dos veces más grande que Francia, está utilizando actualmente sólo un tercio de sus tierras agrícolas disponibles, según Felipe Fonseca, director de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria o UPRA.

“El postconflicto es una gran oportunidad para pensar de nuevo en un campo productivo”, dijo Fonseca en una entrevista en un aparte de un evento agrícola en Bogotá. “No tiene sentido que Colombia, con su potencial de suelos, mano de obra y clima, esté importando alimentos que somos capaces de producir”.

La variada geografía de Colombia incluye desierto, selva, praderas, montañas andinas y costas del Caribe y el Pacífico. La UPRA es una división técnica del Ministerio de Agricultura que busca aumentar la eficiencia agrícola y que emplea a expertos en agronomía, geografía y cartografía para elaborar mapas detallados que muestren qué cultivos son los más adecuados para los diferentes suelos y climas.

Sabana tropical
La UPRA ha identificado las llanuras orientales de Colombia como una región apta para el cultivo del maíz, los frijoles y la cebada, de la cual Colombia es actualmente un importador neto, para consumo interno.

Esta región comparte muchas características con la sabana tropical brasileña conocida como el Cerrado, donde se realiza gran parte de la agricultura de alta tecnología de ese país, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

Las regiones cálidas cercanas a la costa caribeña son aptas para cultivos de exportación como cacao, caucho, aceite de palma, aguacate, piña, mango y fresas, dijo Fonseca.

Los productos agrícolas representan alrededor de 8% de las exportaciones colombianas anuales de US$ 30,000 millones, lideradas por el café y las bananas. Los alimentos representan alrededor de 14% de las exportaciones chilenas y casi la mitad de las de Argentina.

Colombia también tiene 26 millones de hectáreas de tierra, superficie más grande que la del Reino Unido, que podría utilizarse para producir madera con propósitos comerciales, señaló. Actualmente, Colombia importa madera de Canadá y Chile.

 Acuerdo de paz

Gran parte de la agricultura colombiana se caracteriza por bajos niveles de tecnología, ya que la presencia de la guerrilla desalentaba la inversión en las fincas aisladas vulnerables a la extorsión.

El año pasado el gobierno firmó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que puso fin a medio siglo de combates. Los tratados de paz incluyen un acuerdo sobre reforma agraria, para oficializar los títulos de propiedad de tierras perdidos durante el conflicto.

Los agricultores colombianos también se han visto desalentados por los altos costos del transporte. El programa gubernamental de construcción de carreteras de US$ 18,000 millones, conocido como 4G, tiene como propósito reducir el tiempo y los costos en la nación andina, que ocupa el lugar 126 entre 140 economías por la calidad de sus carreteras en el índice mundial de competitividad 2015-2016.

FUENTE: GESTIÓN COLOMBIA