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Fuente: Mongabay

Las regiones afectadas son Loreto, Madre de Dios y Ucayali.

Las causas de la deforestación son la construcción de carreteras sin licencias, la minería ilegal y la invasión de agricultores.

El reciente ganador del premio National Geographic para Líderes en Conservación, Víctor Zambrano, explica que una desatención del Estado es lo que permite la deforestación en áreas protegidas.

En un nuevo reporte, el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP por sus siglas en inglés), con el apoyo de las alertas tempranas ‘GLAD’ , ha reconocido tres regiones de la Amazonía peruana cuyos bosques están siendo afectados por la deforestación ocasionada por actividades ilegales.

Los nuevos casos se desarrollan en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene en la región de Madre de Dios debido a la minería ilegal; en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera Azul en la región de Loreto por el funcionamiento de carretera y caminos ilegales en área boscosa y en los bosques de Ucayali por la invasión de agricultores ilegales.

Estos son los casos de deforestación reconocidos:

  1. Minería ilegal en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja-Sonene

Son 238 nuevas hectáreas deforestadas a causa de la minería ilegal en la zona alta del río Malinowski, ubicado en la región Madre de Dios, solo en lo que va del 2016. Sin embargo, desde hace dos años (entre el 2013 y el 2015) ya se había reportado este tipo de deforestación en la zona. Inicialmente el proyecto MAAP había reconocido 850 hectáreas deforestadas. Estas han ido aumentando.

“La minería ilegal en sí se da cerca de la Reserva Nacional Tambopata, en el margen derecho del río, en la zona conocida como La Pampa. Pero si observamos la imagen satelital, en el margen izquierdo (Parque Bahuaja Sonene), la minería ilegal está aumentando. Esta situación puede deberse a las numerosas intervenciones de la policía en La Pampa, lo que ha producido que los mineros ilegales migren a nuevas áreas, como la zona de amortiguamiento del Bahuaja Zonene”, explica Jean Pierre Araujo, abogado del Programa Forestal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).

El Parque Nacional Bahuaja-Sonene se encuentra entre Madre de Dios y Puno y su territorio es de más de 1 000 000 000 de hectáreas. La deforestación en la zona de amortiguamiento amenaza al hábitat de más de 600 especies de aves, entre ellas el guacamayo, además de especies como el ciervo de los pantanos, el lobo de crin, el caimán negro, la anaconda y el oso hormiguero, entre otros.

El reciente ganador del premio National Geographic para Líderes en Conservación, Víctor Zambrano, quien formó parte de la comisión para la creación de este parque en 1996, dice lo siguiente: “Existe la minería ilegal de forma artesanal que se practica a la altura del río Colorado en la zona de amortiguamiento, pero también hay otra amenazas, como el cultivo de hoja de coca para el narcotráfico. Ambas actividades se dan desde la creación del parque y nunca se han logrado controlar. Otro problema que tiene esta área protegida es que hay pocos guardaparques para la extensa área que tiene. Tampoco hay voluntad política de mejora del parque, el Gobierno que acaba de dejar la presidencia no ha hecho nada”.

  1. Las carreteras ilegales que amenazan al Parque Nacional Cordillera Azul

Otro caso reconocido por las alertas GLAD es la construcción de carreteras en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera Azul, en el límite de las regiones amazónicas de Loreto y Ucayali. Hasta setiembre del 2016 se han reconocido 2 carreteras que suman hasta 47 kilómetros de recorrido. Según el jefe del área protegida, Frank Oyola Ojeda, los principales peligros de la construcción de estas carreteras son la deforestación, el tráfico de terrenos y el tráfico de madera ilegal.

“Estas carreteras son ilegales, no tienen permiso de ninguna autoridad y se utilizan con el fin de extraer madera ilegal de la Amazonía. La Autoridad Regional Ambiental de Loreto, así como el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (autoridad forestal peruana), deben hacerse cargo de esta actividad ilícita que con el tiempo traerá migrantes que, atraídos por la carretera, invaden terrenos del Estado y deforestan con cultivos ilícitos de hasta 30 hectáreas”, dice Oyola Ojeda a Mongabay Latam.

El Parque Nacional Cordillera Azul se encuentra entre las regiones de San Martín, Loreto, Ucayali y Huánuco en un área de más de 1 300 000 hectáreas. Es hogar de 71 especies de mamíferos grandes, 10 de primates, 516 especies de aves y más de 1600 especies de plantas, según información oficial del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Entre las especies representativas que encontramos en Cordillera Azul están la nutria de río, la sachavaca, el sajino y el oso andino.

Deforestación en el Parque Cordillera Azul. Imagen: MAAP. Datos: UMD/GLAD, Hansen/UMD/Google/USGS/NASA, SERNANP.
Deforestación en el Parque Cordillera Azul. Imagen: MAAP. Datos: UMD/GLAD, Hansen/UMD/Google/USGS/NASA, SERNANP.
  1. Invasiones en bosques de Ucayali

El tercer caso es el de las 136 hectáreas deforestadas en la localidad de Sepahua, al sur de la región Ucayali. Las áreas afectadas por la tala de cultivos agrícolas pertenecen a un Bosque de Producción Permanente (BPP) y a una concesión forestal maderable. “Ambas zonas, que se pueden ver en las imágenes satelitales, tienen permitida la tala, pero de forma sostenible y con una regulación. La actividad agrícola no está permitida, así que califica como ilegal. En el caso de la concesión forestal hay un descuido del concesionario (responsable de la concesión forestal) y del Estado. En caso del BPP, el Organismo de Supervisión de Recursos Forestales (Osinfor) también debe participar en el control de la tala que se practica, ya que se está haciendo una actividad que no está permitida y deforesta”, dice el abogado Jean Pierre Araujo.

Víctor Zambrano, quien es presidente del Comité de Gestión de la Reserva Nacional de Tambopata en Madre de Dios, dice que “el Gobierno no le está dando la importancia debida a las áreas naturales protegidas. Cada vez se suman más impactos en más áreas que vienen siendo impactadas por actividades no sostenibles. Estamos preocupados por eso”.

“Esperemos que el nuevo Gobierno tenga otra perspectiva porque el pasado no ha aportado nada. Aún así estamos buscando alternativas para combatir estas actividades ilícitas”, finaliza.

Lo resaltante de estos reportes, explica Matt Finer de MAAP, en comunicación con Mongabay Latam, es que estos tipos de deforestación reportados con imágenes satelitales no se reconocerían a simple vista, si no fuera gracias a este “sistema útil que combina las alertas tempranas GLAD con un análisis de imágenes satelitales de alta resolución, como parte de un sistema de monitoreo de deforestación en tiempo casi real”.