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Las ciencias sociales han estado mirando de reojo los cambios ambientales a nivel mundial, aunque cada vez está más claro que esas transformaciones en el ambiente se deben a la acción de los seres humanos sobre su entorno. El Informe mundial sobre ciencias sociales 2013 plantea que existe un contexto cambiante para la investigación trascendiendo sus límites disciplinarios tradicionales.

Las ciencias sociales no pueden apartarse de conocer problemas como el cambio ambiental porque ayudan a “comprender la dinámica compleja de los sistemas ‘socioecológicos’ o ‘humano-naturales’, y también pueden ayudarnos a explicar cómo esos sistemas evolucionan y se intercontectan en el tiempo pasado, presente y futuro, y en el espacio”, según el reciente “Informe Mundial sobre Ciencias Sociales 2013 – Cambios ambientales globales”, elaborado por la UNESCO.

Y los avances de las ciencias sociales en el mundo son dispares. Entre 1990-2011 se registraron más de 10 mil publicaciones desde las ciencias sociales sobre el cambio ambiental global escritos en Europa occidental, menos de 10 mil fueron firmados por estudiosos de América del Norte y menos de 1.000 se produjeron en América Latina y el Caribe. Incluso en ese marco, la mayor parte de los temas fueron obra de investigadores en ciencias ambientales, economía y geografía, siendo muchísimo menores las de especialistas en sociología, ciencia política, psicología, etcétera.

La falta de fondos asignados a la investigación en ciencias sociales, la carencia de un apoyo institucional, la falta de incentivos a la investigación que hace que los especialistas (africanos, indios y latinoamericanos) busquen oportunidades en otros países y la carencia de interés de los propios especialistas en ciencias sociales, que a veces piensan que el tema es para los especialistas en disciplinas biofísicas, son los factores que influyen en esas disparidades de capacidad en las ciencias sociales entre las diferentes regiones del mundo.

El Informe se plantea que las ciencias sociales deben “acelerar la transición hacia la investigación interdisciplinaria”, algo que ya sucede en los países desarrollados pero no en los países en desarrollo donde, eso sí, se han desarrollado estudios en colaboración con las poblaciones locales y con otros actores que no pertenecen a los medios académicos.

“Todavía queda mucho por aprender acerca de las consecuencias del cambio ambiental –dice el Informe 2013, que se van manifestando progresivamente en los contextos sociales, económicos, políticos y culturales específicos que forman el marco de vida de las poblaciones del planeta. Unos cuantos grados de calentamiento de la Tierra afectarán de muy distinta manera a las comunidades humanas, según que sean desarrolladas y ricas, pobres o indígenas. Las ciencias sociales deben contribuir a dilucidar los procesos a través de los cuales el cambio ambiental global afecta a las sociedades humanas, y ayudar a éstas a que puedan dar una respuesta a esos procesos con acciones adaptadas a los contextos específicos de que se trate”.

El Informe, en el que participaron 150 estudiosos de todo el mundo, plantea que las ciencias sociales tienen que cambiar porque no es posible permanecer al margen de las crisis ambientales y más bien se debe ayudar a remontarlas.