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El encarecimiento de los alimentos en los próximos años aumentará el hambre en América Latina, alertó hoy el último informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

  La situación descrita confirma que la recesión incrementó de 47 a 52,5 millones las personas desnutridas entre en 2010, situación que empeorará en Centroamérica, y aunque representa una disminución en relación con 2006 aún es insuficiente.

El representante regional de la FAO, José Graziano, significó que la reversión del hambre en Latinoamérica es importante, porque era la única zona a nivel mundial que iba en camino de erradicarla.

Para la FAO, el aumento de los precios internacionales de los alimentos a partir de 2006 y la crisis financiera y económica en 2009 son las principales causas de la malnutrición en los últimos años.

Graciano explicó que aunque América Latina estaba mejor preparada para afrontarla, la recesión fue más profunda de lo inicialmente previsto con graves consecuencias en el empleo y en los ingresos de los hogares más vulnerables, lo que prolongó la crisis alimentaria.

Precisó que si bien se trabaja para reducir el hambre continuará un nivel elevado de desnutrición, menor en la parte sur donde hay países con mayor crecimiento económico.

De acuerdo con el informe la inestabilidad, y en momentos estancamiento, de la recuperación en Estados Unidos y Europa, golpeará más a las naciones latinoamericanas vinculadas a esas economías y que tienen escasos fondos para impulsar políticas sociales.

Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, donde entre cinco y dos de cada 10 personas están mal nutridas, encararán la situación social y financiera más compleja de la región, señaló el documento.

El texto, publicado hoy, indicó que después de registrarse en 2009 una cifra de un billón (millón de millones) de personas con hambre en el mundo, el número descendería este año a 925 mil.