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Según confirmó la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos en su informe mensual, la siembra de soja en la Argentina seguirá creciendo y llegará al nivel récord de entre 17,8 y 18,2 millones de hectáreas para la campaña 2008/2009. Esta proyección marca un incremento de casi 10% con respecto a los 16,6 millones de hectáreas de la última campaña.

Hoy en día, el 60% de la producción mundial de soja proviene solamente de Argentina y de Brasil, y supera a la producción en América del Norte tanto en la superficie cultivada como en los rendimientos medios por hectárea.

La soja produce una gran cantidad de proteínas que representan el 40% de los contenidos de los granos y, por lo tanto, tiene muy altos requerimientos de nitrógeno. Es por eso que demanda unos 80 kg de nitrógeno por cada tonelada de grano que produce. Esta cantidad supera por 4 veces la cantidad requerida por otros cultivos como el maíz o el trigo. Las necesidades de nutrientes son proporcionales a los rendimientos logrados, por lo tanto, cuando éstos se incrementan, también se incrementa la necesidad de nitrógeno. Un ejemplo: cultivos de soja de 3000 kg/ha de rendimiento demandan unos 240 kg/ha de nitrógeno que -en términos de urea- rondan los 521 kg/ha equivalentes a un costo aproximado de 521 dólares/ha.

Fijación del nitrógeno
Dado que no es posible responder a estos altos requerimientos con el nitrógeno del suelo, son muy importantes e insustituibles los aportes a través de la Fijación Biológica del Nitrógeno atmosférico. Las leguminosas -como por ejemplo la soja - tienen la habilidad de vincularse en simbiosis (relación de mutuo beneficio) con bacterias (rizobios) para que éstas aporten el nitrógeno ("biológico") desde el aire, imprescindible para la sustentabilidad productiva del cultivo de soja. Es diferente el caso de los cereales, como el maíz y el trigo, cuyas necesidades de nitrógeno tienen que ser cubiertas con los aportes del suelo o de la fertilización con formas químicas. Por lo tanto, y sólo considerando las diferencias en el valor de los aportes de nitrógeno, se diferencian cultivos cuya productividad depende del aporte de fuentes químicas (cereales) de aquellos -como las leguminosas (ejemplo soja)- que tienen, en simbiosis con rizobacterias, la posibilidad de autoabastecerse de nitrógeno. La fijación biológica del nitrógeno atmosférico es un proceso natural de bajo costo energético, eficiente y que suma para consolidar estrategias productivas sustentables.

Desarrollo regional
El equipo de Investigación y Desarrollo de Nitragin realiza numerosos estudios y ensayos antes de lanzar un producto al mercado, no sólo durante las etapas del desarrollo sino también en posteriores tratamientos realizados por productores. Este seguimiento permite tener de buena fuente los resultados que se van obteniendo, hacer un análisis exhaustivo acerca del uso que le dan los productores al mismo tiempo escuchar de primera mano cuáles son las necesidades que el productor tiene, en función de lo cual, Nitragin trabaja para obtener novedosos productos que se transmiten en excelentes resultados para los productores.

"El buen desarrollo de un producto impide que haya sorpresas a la hora de utilizarlo, y así es cómo los resultados que ven hoy en día los productores, nosotros ya los venimos viendo", señala Martín Díaz Zorita, director de Investigación y Desarrollo de Nitragin.

 

www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/11/01/laregion/REG-05.html