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Dar un salto cualitativo en el proceso de reindustrialización que comenzó en 2003. Ese es el desafío que planteó la presidenta, Cristina Fernández, a los empresarios de todos los sectores industriales en el cierre de la cena por el Día de la Industria en Tecnópolis. La mejora en la calidad que necesita la manufactura para “pelear y luchar para obtener una mayor producción, inversión y tecnología en un mundo muy complejo”, definió, contará con un mercado local dinámico como base para expandirse.

En palabras de CFK: “Insistiremos en la decisión de seguir teniendo como modelo el de metas de crecimiento”. No ofreció en cambio una protección comercial incondicional. 

Si bien defendió la necesidad de continuar con la administración del comercio, advirtió que “el Estado no puede in eternum tener una protección si al mismo tiempo no hay una inversión que nos vuelva competitivos con el extranjero en precio y calidad. Las políticas públicas deben ser incentivos para reinvertir, para vender no sólo a los argentinos de buen poder adquisitivo, sino para salir a venderle al mundo”.

La mandataria brindó un discurso donde resaltó la voluntad del Gobierno de dialogar con los actores económicos, en línea con los últimos encuentros que mantuvo, junto a los funcionarios del área económica, con empresarios y sindicalistas. También mencionó las mesas sectoriales que comenzaron a funcionar a partir de la reunión de Río Gallegos. “El diálogo debe ser sincero, sin miedo. En las reuniones expresen todas sus diferencias. Vamos a elaborarlas, discutirlas y debatirlas”, les dijo CFK.

A diferencia del discurso que ofreció también en Tecnópolis un año atrás con motivo de la misma celebración, esta vez la mandataria no se refirió a la discusión sobre el tipo de cambio. En esa oportunidad había refutado la idea de que existía un atraso cambiario, aunque planteó que un dólar muy devaluado afectaba los costos industriales por el precio de los insumos. Pidió en ese momento por una nueva Ley de Riesgo de Trabajo, que luego se concretó. CFK ayer sólo mencionó como medidas puntuales a la política comercial, los créditos del Banco Nación y los subsidios a la energía.

Sí hizo hincapié en lo que consideró los próximos desafíos que tiene la industria nacional. No dejó de recordar el avance de la actividad industrial, el empleo y los salarios desde 2003 y de festejar el retorno al país de mil científicos que habían optado por desarrollar su actividad laboral en el exterior. Pero enseguida se preguntó: “¿Cómo hacer para seguir?”. “Un tema central es la competitividad. Tenemos la necesidad imperiosa de aumentar la inversión privada en ciencia e innovación tecnológica”, indicó. Destacó la mejora en la productividad, aunque advirtió que “en algunas actividades ha aumentado el ausentismo”.

El enorme déficit comercial, superior a los 6500 millones de dólares, que genera el bloque automotor, no pasó inadvertido. La Presidenta pidió a las automotrices cerrar contratos con los autopartistas a más largo plazo para que éstos puedan negociar mejores condiciones frente a los bancos y tener más seguridad en la colocación de su producción.

CFK también hizo varias referencias frente a los empresarios a su participación en el G-20 de San Petersburgo. Recordó su reunión con Roberto Azevedo, titular de la Organización Mundial de Comercio, donde Argentina enfrenta demandas en su contra. “Todos hablan contra el proteccionismo, pero llegan a sus países y toman las medidas necesarias para proteger a su industria. No nos parece mal, pero sí condenamos el doble estándar”, dijo, y citó a Azevedo cuando éste le comentó que “los países desarrollados son pocos y se ponen de acuerdo entre sí”.

En el discurso la Presidenta mencionó el nombre de unas pocas empresas. Una fábrica estadounidense de tractores que invertirá para producir motores, las electrónicas de Tierra del Fuego que aportaron al fondo fiduciario que permitirá fondear a una minera en Santa Cruz y a otra minera que extrae metales en esa provincia. Tampoco dejó de mencionar el pago de 2070 millones de dólares del Bonar VII que se realizará hoy, la reapertura del canje para atraer a los holdouts ni la presión de los buitres para obtener ganancias exorbitantes con el cobro de los bonos defolteados en 2002 y comprados a precio de remate en 2008. Además, planteó que un conflicto generalizado en Medio Oriente, escenario que podría desatar la intervención de Estados Unidos en Siria, llevaría al precio del barril de petróleo de 100 a 150 dólares, lo que “nos pone a todos la piel de gallina”, graficó. Antes, había comenzado su intervención con un saludo a los maestros en su día. Para el cierre dejó el recuerdo de los 40 años del derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende.