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Los habitantes del Territorio indígena Wichí, de Ramón Lista, en Potrillo, Formosa (Argentina), vivieron horas de terror. En la mañana del último 28 de julio, la pequeña comunidad fue invadida por cerca de 70 policías, que dejaron un rastro de violencia, robo, destrucción, agresiones y detenciones arbitrarias. Sumado a esto, médicos de Formosa se negaron a atender a los niños Wichí atacados y, en la comisaría, hubo rechazo para atender la denuncia sobre la represión policial.

Informaciones del Servicio en Comunicación Intercultural – Servindi dan cuenta de que la invasión ocurrió un día después de que los indígenas habían encontrado in fraganti a un hombre, de nombre Pila Tedin, cercando un trozo de tierra dentro del territorio indígena con su familia. La Asociación de Pueblos Indígenas advirtió al hombre y denunció el caso a la policía, pero no hubo ningún tipo de respuesta. Así, ante la falta de acción de las autoridades, el 27 de julio los indígenas retiraron la cerca con una motosierra.

En la mañana del 28, 11 camionetas invadieron la Comunidad Cacique El Colorado. Los policías que descendieron de los vehículos dispararon contra las casas, después entraron en algunas de ellas y sacaron a los niños por la fuerza. Los cuatro niños mayores fueron llevados a uno de los vehículos y agredidos. Los adultos también sufrieron agresiones y algunos fueron alcanzados por armas de fuego.

Cinco hombres, entre ellos los cuatro hermanos Avelino (cacique de la comunidad), Esteban, Manuel y Ricardo Tejada fueron detenidos bajo graves acusaciones, como robo con arma de fuego, atentado y resistencia a la autoridad y obstrucción de acto judicial. Por estar herido, Ricardo estaba internado en el hospital de Formosa, pero se encontraba esposado a la cama.

Las mujeres de los indígenas detenidos fueron a la comisaría de Potrillo para reclamar su liberación, pero ni siquiera fueron atendidas y no pudieron registrar su queja sobre lo que ocurrió. Mientras todos estaban fuera de la comunidad, los invasores terminaron el trabajo de destrucción y robo de las pertenencias de las familias.

Al recurrir al hospital de Formosa, hubo más desidia. Según la denuncia de Rita Venturino, publicada en el sitio web de Red Latina Sin Fronteras, los médicos se rehusaron a atender a los niños wichís que fueron agredidos durante la invasión. Ni siquiera los niños que presentaban cortes, contusiones e hinchazones recibieron atención.

Después de los episodios, los indígenas realizaron actos para denunciar la invasión y la desidia. El último 4 de agosto, con el apoyo y la solidaridad de organizaciones indígenas, estudiantes universitarios, trabajadores y defensores de derechos humanos, se realizó una manifestación en las proximidades de la Casa de Formosa, sede del gobierno de la provincia, para denunciar la represión policial y el plan sistemático de exterminio de la población indígena. También se pidió la liberación de todos los indígenas presos arbitrariamente.

La Asociación de Pueblos Indígenas denunció que la "cruel y violenta” operación ocurrió en virtud de las órdenes de detención e invasión dadas por el juez de Las Lomitas, Francisco Orella, y bajo las instrucciones del ministro de Gobierno, Jorge González, violando la Ley Nacional de Emergencia 26.160, que suspende las desocupaciones de las tierras ocupadas tradicionalmente por las comunidades indígenas.


Traducción: Daniel Barrantes - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.