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Recientemente se presentó el libro: Uruguay. Una visión desde la geografía, que actualiza la información y ofrece una mirada amplia de la disciplina y señala que se han detectado profundas transformaciones territoriales en el uso de la tierra, en la matriz productiva y en la tecnología incorporada por capitales transnacionales.

Además de considerar los aspectos físicos del territorio, profundiza en los económicos, sociales y ambientales, que también son parte de “los paisajes geográficos”. Pero el libro no se queda sólo en lo descriptivo, sino que identifica desafíos e invita a la reflexión.

Los autores son cuatro geógrafos, docentes e investigadores en el Laboratorio de Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental del Territorio de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar): Marcel Achkar, coordinador del instituto, Ismael Díaz, Ana Domínguez y Fernando Pesce (coordinador nacional del Departamento de Geografía del Consejo de Formación en Educación).

El texto está destinado al público general, pero es también una herramienta para maestros y profesores. Eso explica por qué entre quienes asistieron a la presentación del libro predominaba el plantel docente, reforzado por el rector de la Udelar, Roberto Markarian; el decano de Ciencias, Juan Cristina; el presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Wilson Netto, y la directora general de Secundaria, Celsa Puente. Participaron también, en calidad de oradores, el presidente de la Asamblea General y vicepresidente de la República, Raúl Sendic, y la senadora Ivonne Passada.

El libro incorpora datos de imágenes satelitales, del Censo General Agropecuario de 2011, encuestas agrícolas y de los censos de población, hogares y viviendas de 2011 y define conceptos básicos.

En la presentación, Sendic agradeció “la generosidad de los autores” por “no quedarse con ese conocimiento”. El vicepresidente comentó que el libro le ha servido para mostrarles el país a los visitantes del exterior, y mencionó que recibió a una delegación “de alto nivel de los Emiratos Árabes”, cuyos integrantes quedaron “fascinados con las fotografías y los mapas”.

En relación a ellos, comentó que “estábamos tratando de convencerlos sobre algunas inversiones que se tienen que hacer en determinados lugares”, y que el libro le permitió “mostrarles lugares del Uruguay donde necesitamos impulsar desarrollo, trabajo”. “Esta visión integrada es una tremenda herramienta para poder conocer lo que en realidad somos”, dijo Sendic. Agregó que el texto sirve para considerar el compromiso ambiental y para pensar cómo encarar “los desafíos económicos, cómo tenemos que cuidar determinados procesos, inversiones, decisiones que se tienen que tomar que efectivamente puedan generar cambios importantes, estrategias de ocupación territorial que queremos desarrollar para frenar la concentración de la población y el vaciamiento de determinadas zonas del país”, y otros problemas, como el envejecimiento de la población.

Ritmos productivos

“Era necesario poner a disposición un nuevo tratado de geografía del Uruguay, en el que se presentaran las transformaciones territoriales a escala urbana y rural que se fueron procesando en el país a lo largo de los últimos años y consolidando en la última década”, explicó Pesce en la presentación. El libro está dividido en 12 capítulos en los que se abordan los aspectos físicos, el agua, los ecosistemas, las ecorregiones y el Uruguay dentro de la Cuenca del Plata, y se analiza la población, la actividad pecuaria, la agricultura, la diversidad productiva, el sector servicios, las áreas protegidas y la gestión de los bienes de la naturaleza.

Entre los aspectos demográficos, los autores señalan el lento crecimiento de la población, el descenso de la población rural en los últimos 50 años, el vaciamiento en el centro del país y el mayor crecimiento en los departamentos periféricos (país “cáscara”), en las ciudades y en especial del área metropolitana.

El texto caracteriza 11 ecorregiones del país, denominadas a partir del relieve y las principales actividades económicas productivas.

Los autores reseñan que “el espacio agrario uruguayo se ha tornado progresivamente especializado, con un incremento de la frontera agrícola en torno a la tríada soja, arroz y forestación”. Señalan que se han detectado “profundas transformaciones territoriales en el uso de la tierra, en la matriz productiva y en la tecnología incorporada por capitales transnacionales que han comenzado a desarrollar una agricultura de escala y precisión que incluye el uso de agroquímicos y transgénicos”.

Como ejemplo, indican que en el rubro forestal tres transnacionales manejan 64% del millón de hectáreas de pinos y eucaliptos que hay en el país. Entre los impactos, los autores mencionan el desplazamiento de productores familiares y el aumento de la contaminación, constatable en la erosión de suelos; la pérdida de diversidad biológica y de ecosistemas como las praderas y monte nativo; la degradación de humedales y la pérdida de hábitat de fauna autóctona. Identifican que, además del área sembrada, creció el rendimiento productivo del arroz, el maíz y la soja. También la cantidad de agroquímicos: según datos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, en 2005 Uruguay consumía poco más de 50 millones de dólares al año de agroquímicos, y en 2014 la cifra tocaba los 250 millones de dólares. Para dar una idea del volumen, cuentan los 48 millones de plaguicidas usados durante 2013 y lo dividen en los 3,2 millones de habitantes, lo que equivale a 14,7 kilos (o litros) de plaguicidas por persona al año.

 FUENTE: LA DIARIA