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Líderes indígenas reclamaron en las Naciones Unidas un compromiso de los Estados con la implementación inclusiva de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, una plataforma centrada en la eliminación de la pobreza.

En el contexto de su participación en un foro político del Consejo Económico y Social de la ONU, dedicado al seguimiento de la implementación de la Agenda 2030, advirtieron que resta mucho por andar para garantizar a los originarios los espacios y el respeto que merecen como miembros de la familia humana.

No vemos aún la voluntad política necesaria, aunque sí algunos progresos en materia de participación, comentó a Prensa Latina la representante filipina Joan Carling, perteneciente a la tribu Kankanaey, de la región de Cordillera.

De acuerdo con la activista, una prueba de que los aborígenes continúan en buena medida invisibles de cara a la materialización de sus derechos es la pobre mención que tienen en los reportes voluntarios de los países acerca de sus avances en el cumplimiento de la Agenda 2030, adoptada aquí en septiembre de 2015.

Resulta clave que se produzca una desagregación de las estadísticas, como una vía para medir con efectividad los progresos de los diversos sectores sociales, incluyendo los indígenas, precisó.

Según Carling, es muy pronto para medir los avances reales de los originarios bajo la Agenda, 'porque los Estados están todavía haciendo sus planes'.


La buena noticia es que parece existir claridad sobre la importancia de separar las estadísticas, sólo así podremos identificar los progresos, insistió.

También la coordinadora de la Asociación de Mujeres y Pueblos Indígenas de Chad, Hindou Oumarou Ibrahim, señaló la necesidad de que prevalezca la voluntad política a la hora de enfocar de forma inclusiva la implementación de la plataforma dirigida a derrotar la pobreza, reducir las desigualdades y promover la armonía con la naturaleza.

Ibrahim lamentó que algunos gobiernos prioricen los temas de seguridad antes que los de desarrollo social.

Por su parte, la líder quechua peruana Tarcila Rivera llamó a fortalecer los mecanismos de los originarios, en aras de defender sus derechos.

Rivera rechazó que al colonialismo sufrido por los indígenas cinco siglos atrás siguiera el neocolonialismo, con flagelos aún presentes como el racismo y la explotación de sus recursos.