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El Consejo de Estado suspendió provisionalmente la exploración y explotación por medio del fracking en el territorio nacional, acatando normas que regulaban este tipo de técnica extractivista  que no estaban siendo tenidas en cuenta.

El fracturamiento hidráulico de rocas para la obtención de crudo y gas es un tema controversial que se ha discutido por varios años en el país. Pese a que no hay estudios concretos sobre los riesgos o posibles efectos de esta técnica en Colombia, se expidieron licencias de exploración y explotación de hidrocarburos. Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos -ANH-, son 9 contratos vigentes para aplicar fracking, entre ellas, una licencia para explotación en el departamento del Cesar y 2 para exploración en Cundinamarca y Boyacá.

Para que el Consejo superior lograra realizar esta decisión constitucional, se tomó en cuenta el proyecto de ley que cursa en el Congreso que busca prohibir el ‘fracking’. Ese proyecto afirma que ya se habían  estudiado 48 áreas disponibles para esta técnica, en 300 municipios y en zonas donde se amenazarían con contaminar fuentes hídricas; afectar en lo social y en la salubridad; la exploración y explotación en áreas protegidas, principalmente en páramos como el de Sumapaz y el Chingaza, el desequilibrio del ecosistema  de la fauna y flora, entre otras graves afectaciones.

La prohibición del fracking en Colombia aún está a tiempo

Recientemente se dio inicio a una comisión de expertos creada por el Gobierno Nacional que evaluaría las ventajas y desventajas del fracking en Colombia a través de estudios científicos confiables que permitan dar a conocer qué consecuencias tiene la aplicación de esta técnica hacia  el medio ambiente y así mismo la salud pública. Se espera que esta medida se acate a favor de las comunidades y el medio ambiente, es decir prohibir completamente esta técnica y buscar alternativas sostenibles.

“El fracking podría poner en gravísimo riesgo varios ecosistemas estratégicos como el Páramo de Sumapaz, despensa agrícola de la capital y reconocido como el más grande del mundo; el Páramo de Chingaza, cuyo sistema abastece alrededor del 80% del agua potable de Bogotá, por no mencionar otros ecosistemas como el complejo de ciénagas y humedales en el sur del Cesar”, expresó  Alianza Colombia Libre de fracking en un comunicado.

La comisión habilitada por el Gobierno Nacional contará con el apoyo de una Secretaría Técnica conformada por el Ministerio de Minas y Energías –MME-; el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible -MADS-; la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales –Anla- y la Agencia Nacional de Hidrocarburos –ANH-, entidades que no atienden a las necesidades principales del pueblo, sino que obedecen a intereses propios y a políticas meramente extractivistas y económicas.

En América Latina se prohibió este tipo de técnica en la provincia Entre Ríos de Argentina en 2017 y en Uruguay se hizo lo mismo con una moratoria de cuatro años para conformar una comisión científica en 2017. Colombia, es un país biodiverso que aún está a tiempo de prohibir el fracking y reformar de manera científica la construcción y la exploración de nuevos sistemas de generación de energías alternativas que vayan de la mano a la protección de los recursos naturales y de la vida humana.