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Se organizan, trabajan, atienden a sus hijos y esposos y, si les queda tiempo, descansan.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) denunció las desigualdades generalizadas entre hombres y mujeres con relación al acceso a la tierra. La entidad informó desde Roma que una nueva base de datos, puesta en marcha por la organización, detalla a esta situación, en 78 países, como una de las principales amenazas para el desarrollo rural.

"En casi todos, las mujeres se encuentran muy por detrás de los hombres en lo que respecta a la propiedad de las tierras de uso agrícola y el acceso a los ingresos que generan, a pesar de que ellas producen grandes cantidades de cultivos alimentarios y desempeñan un papel crucial para mantener y atender a sus familias", explicó la FAO.

La entidad arguyó que las principales causas de las diferencias en el derecho a la tierra por cuestión de género son las trabas que imponen las autoridades e instituciones tradicionales, las herencias y prácticas 'de hecho' y las discrepancias o lagunas en la jurisprudencia.

Así mismo, otra causa es la distancia entre los derechos compilados en las leyes y la práctica, pues en muchos casos, las constituciones nacionales admiten la igualdad entre hombres y mujeres para el acceso a la tierra, pero la realidad cotidiana es muy diferente.

"A menudo, estos derechos están amenazados por leyes que entran en conflicto o antiguas prácticas tradicionales e institucionales que asignan los títulos de propiedad y las herencias a los varones", anotó.

Con la creación de la base de datos, la FAO pretende proporcionar a los encargados de formular las políticas y otros usuarios un panorama más claro de los principales factores sociales, económicos, políticos y culturales que afectan al acceso a la tierra y el que las mujeres puedan ejercer sus derechos sobre ella.

En su análisis sobre Colombia, la base de datos destaca que las mujeres constituyen el 49 por ciento de la población rural y participa cada vez más en la transformación de alimentos y la producción de artesanías.

En la producción de flores de exportación las mujeres constituyen el 80 por ciento de la fuerza laboral, mientras que su participación en la agricultura está subestimada en las estadísticas, pues el 3,3 por ciento de las trabajadoras agrícolas son consideradas ayudantes.

Una característica particular del trabajo femenino rural son los  bajos ingresos, ya que 65,2 por ciento recibe pago en dinero, 10,9 por ciento recibe pago en dinero y especie y al 23,6 por ciento de ellas no les pagan o reciben algo en especie.

En cuanto a la producción pecuaria, la cría y el cuidado del ganado, y diversas especies menores es una actividad que tradicionalmente realiza la mujer. En las zonas de ganadería extensiva, los Llanos Orientales y el Caribe, la actividad síi es realizada en su totalidad por hombres.

Concluye la FAO que la situación de violencia afecta en forma más intensa a la mujer rural desplazada, que ha debido asumir la jefatura del hogar y se ha visto privada de la propiedad de la tierra.

Mano de obra en el agro

De acuerdo con la base de datos de la FAO, estos son algunos datos de las mujeres rurales colombianas.

  • 49 por ciento de la población rural lo constituyen las mujeres.
  • 80 por ciento de la fuerza laboral de los cultivos de flores del país está en manos de ellas.
  • 31,3 por ciento de lastrabajadoras agrícolas son consideradas ayudantes familiares, sin salario.
  • 7,8 por ciento de las mujeres rurales mayores de 35 años se encuentran en el nivel de analfabetismo, índice que disminuye entre las más jóvenes (5 por ciento).
  • 40 por ciento de las mujeres rurales tenían empleo en el año 2005. Las mujeres rurales participan estructuralmente en el mercado pero gran parte del trabajo que realizan no es visible o es considerado secundario.
  • 51 por ciento del sector comercio está manejado por mujeres, dedicadas a la comercialización primaria de productos como granos, frutas, vegetales frescos, carne y leche.