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El “Vivir Bien” fue el eje temático de la cuarta mesa temática del Tercer Foro Andino Amazónico de Desarrollo Rural. A continuación presentamos un resumen sobre la sesión:

El vivir bien, ¿qué es el vivir bien?

La cuarta y última sesión del Foro Andino Amazónico fue sobre el Vivir Bien, o el Buen Vivir, mesa de diálogo en la que intervinieron ecuatoriano Alberto Acosta y la boliviana Silvia Rivera, quiénes desde ángulos distintos, señalaron cómo es posible que la noción —el Vivir Bien— nacida en las comunidades indígenas, puede transformarse no sólo en mera retórica, sino convertirse en un concepto que hasta puede serle útil al discurso dominante del actual modelo económico vigente en la región.

El tercer expositor, el boliviano Luis Fernando Heredia, presentó una detallada revisión del “Teko Kavi”, la Buena Vida Guaraní, su epistemología  y factores constitutivos.

Verbo ecuatoriano: desconstitucionalizar

Apenas iniciada su exposición, luego de describir sus contenidos —qué es el Buen Vivir, cuáles sus orígenes y sus aportes a la Constitución ecuatoriana—, Alberto Acosta, economista y ex presidente de Asamblea Constituyente de su país, dejó muy claro su mensaje a propósito de la actualidad política en Ecuador. “Lo que estamos viviendo hoy en mi país —dijo— es un proceso de desconstitucionalización de los contenidos aprobados en la Asamblea Constituyente de 2008”.

Acosta explicó el concepto del Buen Vivir. “un concepto que sintetiza la propuesta de un cambio civilizatorio, alternativo al modelo de desarrollo”;  “el Buen Vivir, que surge del mundo indígena, nos permite pensar en otro mundo, ya no sustentado en los principios de la modernidad capitalista, sino en otros principios civilizatorios, en la reproducción de la vida y no del capital, en lo comunitario, en la solidaridad, la reciprocidad y la complementariedad”.

En cuanto a los contenidos constitucionales ecuatorianos, aquellos que recogen el concepto del Buen Vivir, el político ecuatoriano destacó la significación de una Constitución “como un proyecto político, el más jurídico de todos; una caja de herramientas, un proyecto común de vida que, cuando asume la noción del Buen Vivir, se convierte en un poderos instrumento de descolonización”.

El  horizonte utópico guaraní

Fernando Heredia, sociólogo y magíster en Derechos Indígenas y Desarrollo, arrancó participación describiendo la trayectoria del movimiento indígena y de la noción del Vivir Bien en el Estado Plurinacional de Bolivia, entre los años 1982 y el actual 2015. Situó el punto de partida en lo que llamó la “Emergencia formal” (1982-1989), cuando esos movimientos construyen su identidad orgánica y perfilan sus demandas estratégicas; en una segunda etapa, la de la “Acumulación de capital social” (1990-2002), los movimientos indígenas en Bolivia irrumpen en el escenario nacional con la realización de sus tres primeras marchas y la consecución de una nueva relación de este nuevo actor social con el Estado; entre los años 2002 y 2009, el del proceso constituyente y el de “mayor afirmación del capital social”, se constitucionalizan los derechos de los pueblos indígenas; finalmente, entre el 2009 y 2015 —afirma el sociólogo boliviano—, se produce un proceso de “reflujo de la dinámica orgánica indígena” en el que, a partir de la defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, TIPNIS, y la “crisis orgánica” de la Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia, CIDOB, se produce, por parte del movimiento indígena,  la “interpelación a la incoherencia discursiva y la practica gubernamental en relación a los principios y enfoques del Vivir Bien”.

Heredia desarrolló después la epistemología y los principales factores constitutivos de la Buena Vida guaraní, el Teko Kavi, y concluyó su presencia señalando que “la viabilidad práctica y el fundamento epistemológico del Teko Kavi, como paradigma de vida del Pueblo Guaraní, es un acto testifical de la existencia diversa de alternativas y horizontes civilizatorios para continuar avanzando en un nuevo proyecto societal donde la plenitud, perfección y felicidad, constituyan el horizonte utopico de la vida buena”.

“La destrucción del Bien Común y el mal vivir del proceso de cambio”

Nada más al escuchar el título de la ponencia de la socióloga y activista Silvia Rivera, el público del Foro arrancó en aplausos. “El divorcio entre las palabras y las cosas es un marca del sistema colonial; la abstracción, en el uso del lenguaje y en las formas de nombrar las cosas, parecen sustituir la pluralidad”. Así empezó la participación de Silvia Rivera en la última sesión del encuentro. La celebrada socióloga se refería así a la discusión sobre el concepto del extractivismo que había ocupado el debate en el Foro, en horas de la mañana. “Y es eso mismo lo que parece estar ocurriendo —sostuvo Rivera— con la noción del Vivir Bien, cuando convertida en políticas públicas, sus contenidos pueden ser llenados de cualquier manera”.

En realidad, continuó la activista, “el sujeto del Vivir Bien es la comunidad, y creo que eso se pasa por alto, absolutamente, en muchas de las discusiones sobre este concepto, cuando se coloca esa noción con una visión normativa, muy abstracta, totalmente orientada a las políticas públicas”. “No se indaga —añadió Rivera— sobre las implicaciones epistemológicas, teóricas y prácticas de lo que es la realidad cotidiana de nuestras comunidades, y cómo enfrentan los desafíos de la crisis climática y la invasión de sus modos comunitarios de vida”.

El párrafo final de la exposición de la socióloga: “Estamos viendo, entonces, una especie de populismo ampliado que no ha hecho sino usar, de forma emblemática, los trajes indígenas y los ritos indígenas como rituales del poder y de la consolidación de un mando absolutamente autoritario y patriarcal. Yo creo que esto es la destrucción de lo común, en lo cual todos y todas estamos involucrados, porque también a nosotras y a nosotros nos compete la reproducción de la vida y el velar porque las nuevas generaciones se puedan enfrentar a un ambiente sano, no contaminado, y a una capacidad de resistir estas enormes amenazas que se ciernen sobre el planeta”.