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Tiembla sobre mojado. El pasado sábado, la tierra se resquebrajó en el noroeste de Ecuador. El terremoto estremeció la capital, Quito, durante dos largos minutos, pero se cebó fundamentalmente con las provincias costeras de Manabí, Esmeraldas, el Guayas y la cercana de Los Ríos. La desgracia se abatió sobre comunidades tradicionalmente víctimas de catástrofes naturales. Antes de que el cataclismo copara titulares, los diarios locales anunciaban que, al norte de la primera, 6.000 hectáreas de arrozal permanecían sumergidas, mientras que el sur sufría el agudizamiento de una sequía que arruina pastos y merma sin pausa la cabaña vacuna. Las dramáticas consecuencias de la fricción entre las placas Nazca y Sudamericana han alcanzado a una de las regiones más pobres del país, afectadas por la postración económica, la discriminación social y el Niño y la Niña, fenómenos climáticos vinculados al cambio climático.

El pequeño país andino es un crisol étnico con grandes diferencias físicas, sociales y económicas, entre el litoral, la sierra y la selva amazónica. El seísmo ha afectado la zona que linda con el Pacífico, entre el área metropolitana de Guayaquil y la frontera colombiana. La leyenda dice que un barco encalló en las playas de Esmeraldas y que los esclavos negros que fueron enviados a por víveres y agua colonizaron las inmediaciones sometiendo a los nativos, aterrorizados por aquellos individuos de piel oscura a los que tomaban por 'juyungos' o diablos.

Las tareas de reconstrucción serán «lentas y costosas»

Aquel desembarco accidentado y el aprovisionamiento de esclavos han convertido la franja marítima en una región que bien puede recordar el exótico Golfo de Guinea. Las poblaciones de ese entorno recuerdan su origen africano por el color de sus vecinos, pero es que las condiciones en las que sobreviven son tan precarias como las de sus similares del otro lado del Atlántico e, incluso, mucho más míseras que las padecidas por los quechuas, los indígenas que habitan las sierras, o las tribus de la llanura tropical.

La falta de iniciativas comunitarias, a diferencia de la concienciación de las comunidades montañosas, ha fomentado esta situación depauperada. Hoy, además, los campesinos que cultivan el café o el cacao han de enfrentarse a un enemigo que recurre al progreso para devastar el medio ambiente y acabar con las pequeñas propiedades de cacao o banano. Las empresas que cultivan la palma africana arrasan, con similar fruición, los bosques de Indonesia y los ecosistemas vírgenes latinoamericanos.

La situación de Manabí también es de suma precariedad. Antes de que los edificios se desplomaran, el tejido social de ya se había desmenuzado. «Es una tierra de emigración, ya sea hacia el interior o el extranjero», explica la religiosa María Jesús Pérez, una leonesa que lleva trabajando más de tres décadas por los derechos humanos de los ecuatorianos. Las cifran revelan esta postración. El 62% de su población se encuentra bajo el umbral de la pobreza, más de 16 puntos sobre la media nacional, y dos terceras partes de sus viviendas carecen de servicios básicos.

Los medios de comunicación aluden a la vocación turística de localidades tan afectadas como Pedernales o Portoviejo, su capital. «Incluso aquí las cadenas de televisión muestran hoteles derrumbados, pero eso sólo es una parte del problema», explica Carlos Vicente Alconcé, coordinador de proyectos de la ONG española Manos Unidas en Ecuador, una entidad que ha impulsados más de 400 proyectos e invertido 15 millones de euros en la república andina. «Se ha producido un movimiento de solidaridad con estas ciudades con colectas de víveres y dinero, pero no hay noticias ni imágenes de las aldeas donde se han derrumbado las casas de adobe y arcilla, posiblemente no se sabe ni que existan. Aquí hay una dicotomía clara entre centro y periferia, y sale perjudicada la segunda, rural, la más afectada y olvidada».

La visita del presidente Rafael Correa a Manta, el segundo puerto nacional, ejemplifica tal estrategia, basada en el progreso, una ambición que paga elevados peajes.

 

Fotografía: EFE y AFP

Texto: Gerardo Elorriaga

Artículo original disponible en: http://www.diariosur.es/internacional/201604/19/tiembla-sobre-mojado-ecuador-20160419005827-v.html