A 30 minutos de Calceta, en Quiroga, y después de caminar por 15 minutos sobre una gran tubería de color verde, que se abre espacio entre la espesa maleza, Gregorio enseña uno de los “graves” daños que sufrió, por el terremoto de la semana pasada, la vía principal de distribución de agua del Sistema de Riego Carrizal Chone, componente del Proyecto Multipropósito Carrizal Chone.
El fuerte sismo desprendió una pieza de una de las dos tuberías madre que transportaba agua, hasta hace dos semanas, hacia los sembríos de cuatro cantones de Manabí. Son las 14:30 del sábado pasado y la huella de la violencia está fresca. Una grieta amenaza con llevarse la base de concreto que sostiene al conducto elaborado con fibra de vidrio.
“Así tenemos como siete (daños) grandes y fisuras que totalmente tienen que ser reparadas”, relata el asistente de gasfitero del sistema. Él integró el lunes pasado un grupo de inspección que avanzó a pie sobre estas tuberías para constatar visualmente los daños.
Cada referencia la tenía que anotar con pluma en papel, pues equipos como los GPS se perdieron tras el colapso del edificio de oficinas en La Estancilla, en Tosagua.
El encargado del Sistema de Riego Carrizal Chone, Salustiano Zambrano, indica que el daño es grave porque el sismo afectó “por lo menos al 30% de la infraestructura” que servía para dar agua a los cultivos.
“Estamos haciendo una evaluación para determinar con exactitud cuáles son los requerimientos, pero que grosso modo se podría hablar de 20 millones de dólares para rehabilitar este sistema”, estima Zambrano, funcionario del Consejo Provincial de Manabí, entidad que empezó el trámite de traspaso de la competencia de riego en julio de 2013.
Esta obra transportaba el líquido vital a 6 mil de las 13 mil hectáreas productivas que en un inicio se había proyectado que serían las beneficiadas, según el encargado del sistema.
En 2003 se inició la construcción de la primera etapa de esta red de tuberías. En 2008 se comenzó a levantar la segunda etapa, en el actual gobierno. Se trata de 10,4 kilómetros de tuberías principales y 120 secundarias que desembocan en Bolívar, Chone, Tosagua y Junín.
El origen del líquido es la presa La Esperanza, a 35 minutos de Calceta. El día del seísmo corrió el rumor de que este embalse estaba por colapsar, lo que provocó pánico colectivo.
No obstante, el 17 de abril, el vicepresidente Jorge Glas descartó daños en represas, sin detallar el estado de otras estructuras estratégicas.
En torno al tiempo de reparación de la tubería maestra, Zambrano cree que podría durar no menos de “dos años” y esto si hay el financiamiento.
Agricultores de zonas rurales de Calceta y Tosagua están preocupados por la paralización de este servicio, sobre todo por la falta de lluvias. Pagaban $4 por hectárea cada mes.
Cerca de la represa La Esperanza, en la finca Santa Isabel, en el recinto Sarampión (Calceta), Gabriel Ramírez teme que unas “80 cuadras de pasto (que hay allí) se sequen” porque las cerca de 100 cabezas de ganado no tendrían qué comer. De estos animales se extrae leche, se produce queso y se obtiene carne, que se comercializan en varios cantones cercanos.
Arroceros como Jimmy Vera, del recinto Cristo Negro, en Tosagua, refieren que parte de sus cultivos ya sienten los efectos de la falta de agua. Él tiene 20 hectáreas en las que ha invertido $ 1.000 por cada una; describe que “las hojas ya se tornan amarillas”. (I)
Antecedentes
Construcción
Obra
La obra del Sistema de Riego Carrizal-Chone fue empezada por las empresas Norberto Odebrecht/Hidalgo & Hidalgo. La construcción la continuó E y C Construcciones, bajo la supervisión de la Corporación Reguladora del Manejo Hídrico de Manabí (CRM), que luego fue absorbida por la Senagua.
Autor: Jonathan Plata
Artículo original disponible en: http://www.eluniverso.com/noticias/2016/04/25/nota/5544303/danos-20-millones-se-estiman-sistema-riego-carrizal-chone
