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 La deforestación acecha constantemente al Gran Chaco, el segundo bosque más grande de Sudamérica y de vital importancia. Su superficie boscosa se distribuye entre Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil.

El territorio del Gran Chaco supera el millón de kilómetros cuadrados. La biodiversidad es tan rica que convierte a este bioma en un espacio esencial para el planeta.

En este espacio natural es posible ver pastizales, esteros, sabanas, salitres, sierras, ríos, bosques y arbustales.

La diversidad de su ecosistema permite que tenga una gran variedad de flora y fauna.

Los animales que habitan en el Gran Chaco son los tapires, pecaríes, corzuelas, charatas jaguares y tatú carreta, entre otros.

Argentina atenta contra el Gran Chaco

El 60 % del bosque está situado en Argentina, país donde las cifras de deforestación son alarmantes. Incluso en medio de la pandemia del coronavirus la deforestación no ha cesado.

Durante el primer mes de la cuarentena se perdieron más de 6500 hectáreas del Gran Chaco argentino señala el último reporte sobre el Gran Chaco elaborado por Mongabay Latam.

En los últimos 20 años, en el territorio argentino desaparecieron cinco millones de hectáreas de bosque. El 87 % de la deforestación registrada en el país ocurre en este gran ecosistema, que camina hacia el colapso.

El Gran Chaco argentino se ha convertido en una de las zonas con mayor nivel de deforestación del planeta. Científicos advierten que, si no se desarrollan acciones inmediatas para protegerlo, para el 2028 se perderían más de cuatro millones de hectáreas.

¿Por qué camina al colapso?

Para dar a conocer el estado de emergencia del Gran Chaco argentino, Mongabay Latam diseñó cuatro piezas gráficas que explican la crisis que enfrenta este ecosistema.

Las ilustraciones revelan que la escasa protección ambiental ha inducido la expansión de la frontera agrícola y ganadera. Esto ha provocado que se acelere la deforestación del bosque.

Cada día, la agricultura y ganadería ganan espacio en el Gran Chaco argentino debido al alto precio de la soja transgénica y a algunos planes de supuesto desarrollo que promueven las autoridades locales.

Pese al boom económico generado por las actividades que provocan la deforestación la calidad de vida de los argentinos no ha mejorado.

Ante esta emergencia ambiental que no ha dado tregua ni en medio de la pandemia, científicos y organizaciones sociales demandan al Gobierno tomar medidas urgentes, porque se está destruyendo un bosque clave para la biodiversidad del planeta.