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El Año Internacional de la Agricultura Familiar encontrará a Bolivia en 2014 con cerca de 150.000 pequeños productores inmersos en este tipo de producción y con capacidad de cubrir aproximadamente el 70 por ciento (%) de la demanda interna de alimentos del país, según la Coordinadora de Integración de las Organizaciones Económicas Campesinas (CIOEC).

Para el presidente de la CIOEC-Bolivia, Justino Loayza, la declaración del Año Internacional de la Agricultura Familiar por las Naciones Unidas es un reconocimiento al aporte importante que hacen los pequeños productores al mundo, para garantizar los alimentos de primera necesidad. La gestión fue encarada a través de los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

De acuerdo a los datos del Primer Censo Nacional de Organizaciones Económicas Campesinas, Indígenas y Originarias (OECA), realizado en 2008 por la CIOEC con el apoyo de la Cooperación Belga al Desarrollo, existían 778 organizaciones productivas afiliadas e inmersas en diferentes rubros, mientras que las proyecciones del ente matriz de los pequeños productores estima que para el 2014, habrán 1.500 organizaciones y más de 150.000 pequeños productores insertos en el modelo.

Mientras se esperan los resultados del Censo Nacional Agropecuario 2013, impulsado por el Gobierno, CIOEC considera que los datos de 2008 en cuanto a las proporciones de participación y asociatividad por sexo se mantendrán; es decir, un 59% mujeres y un 41% varones.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 80% de las explotaciones agrícolas de América Latina y El Caribe son parte de la agricultura familiar, y este sector genera el 70% del empleo agrícola de la región.

Solo en los países del MERCOSUR, el sector involucra a 20 millones de personas directamente en los predios, y da empleo directo a cerca de 10 millones de personas.

Sin embargo, la FAO advierte también que hubo una contracción del gasto público en la agricultura en los países en desarrollo, sobre todo, en América Latina y El Caribe, por lo que será fundamental para sensibilizar a los gobiernos y a la opinión pública sobre la importancia y la contribución de la agricultura familiar a la seguridad alimentaria y a la producción de alimentos.

Justino Loayza afirma que a nivel nacional la incidencia de los pequeños productores fue fundamental para la aprobación de la Ley 338 de Organizaciones Económicas Campesinas, Indígena Originarias y de Organizaciones Comunitarias para la Integración de la Agricultura, y de la Ley 144 Productiva, Comunitaria y Agropecuaria, por las cuales, las OECA pueden acceder a recursos de las Gobernaciones y las Alcaldías. 
Los recursos públicos según las prioridades de los pequeños productores dice que estarán destinados para la mecanización del agro, las semillas o la infraestructura para sistemas de riego y atajados.

Según el representante de los pequeños productores, el cambio climático afectó en los últimos años de manera importante a la agricultura de tipo familiar, que en algunos casos significó la pérdida de hasta el 95% de los cultivos agrícolas a consecuencia de los desastres naturales, por lo que es necesario seguir potenciando a los productores en estrategias de adaptación. “Tienen saberes ancestrales que les ayudan a enfrentar estas situaciones, pero se debe seguir trabajando en este tema”, afirma.