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Entre 2010 y 2014, la importación de alimentos casi se duplicó por la devaluación de la moneda en Argentina y Brasil. El sector privado afirma que esta situación les genera pérdidas a los productores, desincentiva la producción y reduce la inversión. Se interna más harina de trigo y arroz.

Las compras bolivianas de alimentos se incrementaron de $us 357,3 millones en 2010 a $us 689 millones en 2014, lo que representa un aumento del 92,81%. A mayo de 2015, la internación de los productos alcanzó a los $us 219,8 millones, de acuerdo con información oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE) y que fue sistematizada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

El gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, explicó que el incremento sostenido de la importación de alimentos a territorio boliviano se debe fundamentalmente a la devaluación del peso argentino y el real brasileño.

El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, dijo que el crecimiento de las compras de alimentos es “extremadamente peligroso” porque tiene efectos económicos en el mercado nacional, desmotiva la producción alimenticia y reduce la capacidad de inversión del empresariado. “Estamos ante una espiral imparable de las importaciones de alimentos en desmedro de la producción nacional”.

Rodríguez explicó que si un país importa alimentos —que antes no adquiría porque era autosuficiente— es una muestra de que está retrocediendo en su “soberanía alimentaria”. Sostuvo que esto se refleja en el “alarmante” alza de las importaciones de arroz que ocasionaron una importante caída de los precios del grano debido a una sobreoferta del producto.

Ante esto, el ejecutivo afirmó que los arroceros se declararon en emergencia porque el descenso de los precios no les permitió ni siquiera cubrir sus costos de producción. Varios agricultores en este rubro ya ingresaron en quiebra técnica por la iliquidez contable que vienen enfrentando.

Recordó que en años anteriores los problemas climáticos afectaron la producción de arroz y hubo la necesidad de importar el grano, pero esto se hizo una “costumbre”, pese a que existe una oferta superior a la demanda nacional. Agregó que lo mismo está ocurriendo con la “gran oferta” de trigo nacional que hay debido a que se está importando harina de trigo a precios muy bajos desde Argentina. Agregó que a ello se suma el ingreso de contrabando de harina de trigo y arroz.

Efectos. Rodríguez y Nostas coincidieron en que el alza de las compras de alimentos de Argentina y Brasil satura el mercado local, desincentiva la producción de alimentos, genera dependencia de las internaciones y reduce la capacidad de inversión.

“El alza de las importaciones de alimentos ocasiona la caída de precios en el mercado y si bien esto puede favorecer a los consumidores, es un duro golpe a los productores que no saben qué hacer con su producto, pues el mercado está saturado por el ingreso legal e ilegal de éstos”, dijo Rodríguez.

Nostas indicó que si bien no se tienen cifras sobre las pérdidas del sector productivo por la caída de precios de los alimentos por la saturación del mercado, existe un efecto directo en la economía y las consecuencias del problema se verán a mediano y largo plazo pues es “difícil” que la producción agrícola, el mercado y la inversión se recuperen de forma rápida.

“Lo importante es definir aquí si hay la intención de frenar esta situación porque el empresariado privado presentó una propuesta, pero el tema es si el Gobierno está dispuesto a responder y si va a hacer algo, pero lo que vemos es que no está haciendo nada”.

Endara dice que tipo de cambio se mantendrá

  El Gobierno confirmó que la cotización del boliviano frente al dólar se mantendrá estable este año. Afirmó que la estabilidad cambiaria se conserva porque la economía “está bastante fuerte”.

“Nosotros creemos que para el mercado interno no es necesario variar el tipo de cambio, estamos con una economía bastante fuerte “, señaló a este medio el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Clarems Endara.

El 11 de marzo de 2015, el Banco Central de Bolivia (BCB) descartó cualquier posibilidad de depreciar la moneda nacional, por lo menos “en los próximos meses”.

Respecto a la devaluación del peso argentino y el real brasileño, el viceministro manifestó que esta medida responde a su propia soberanía monetaria. En esa línea, la autoridad manifestó que para proteger a la industria nacional ante los efectos de la devaluación de la moneda de los vecinos países se trabajó en el gabinete económico para la aplicación de medidas a corto y mediano plazo orientadas a incentivar el desarrollo productivo con el fin de cumplir las resoluciones de la cumbre denominada Sembrando Bolivia.

El 15 de julio, el presidente Evo Morales aprobó un paquete de decretos y emitió proyectos de ley para apoyar al sector productivo.

Endara señaló además que este lunes se realizará el tratamiento de otras normas en el gabinete económico para aplicar otras medidas que fortalezcan la producción nacional. “Es algo que no se ha descuidado y que sabemos que existe preocupación, pero hay labores que se están haciendo”.

Piden revisar política cambiaria

Aline Quispe

El empresariado privado pide al Gobierno revisar o depreciar la moneda nacional con el propósito de proteger la industria nacional. También solicita establecer restricciones a las importaciones.

“La política monetaria debe revisarse y es una posición que mantuvimos hace tiempo, pues ya estamos sufriendo un daño directo y lo estamos viviendo ahora”, dijo el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas.

El 1 de noviembre de 2011, el Banco Central de Bolivia (BCB) informó sobre la última apreciación del boliviano, que bajó de Bs 6,97 a Bs 6,96 para la venta. Desde esa fecha, la cotización del boliviano frente al dólar se mantiene estable hace más de tres años.

Nostas señaló que en la actualidad se observa que la estabilidad cambiaria de Bolivia no ha podido controlar los efectos en el mercado nacional producto de la devaluación monetaria en Argentina y Brasil. Por ello, afirmó que el incremento de las importaciones de alimentos y de otros productos y su tendencia ascendente “destruirá la producción nacional”.

“No estamos tomando las medidas adecuadas y esto tiende a crecer y puede ser un proceso  muy duro para los productores”.

Nostas precisó que la devaluación de la moneda en los países vecinos resta competitividad a los productos bolivianos, disminuye los recursos para invertir y desincentiva la producción alimenticia.

“El Gobierno tiene varios caminos para proteger a los productores nacionales como el establecimiento de medidas paraarancelarias para las importaciones, devaluar la moneda nacional o dar  incentivos a los productores para compensar la pérdida de competitividad de los productos bolivianos”, aseguró el presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, Wilfredo Rojo.

El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, indicó que si el Ejecutivo no aprecia la moneda nacional, porque no desea despertar expectativas inflacionarias y busca seguir “profundizando la bolivianización”, debe establecer restricciones a las importaciones de productos argentinos y brasileños que afectan al país.

  • IBCE sugiere dar precio de garantía a productores agrícolas

Ante la caída de los precios de los alimentos en el mercado nacional, el gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, indicó que otro mecanismo para proteger la producción nacional es que el Gobierno les otorgue un precio de garantía a los productores agrícolas para que cubran sus costos de producción y se evite que no se siembre el alimento el próximo año.

  • CEPB pide mejorar condiciones en el mercado nacional

 

El titular de la CEPB, Ronald Nostas, dijo que es urgente establecer y mejorar las condiciones en el mercado para que los decretos y proyectos de ley aprobados por el Gobierno cumplan con su objetivo de incentivar la producción de alimentos. “Pero, si las condiciones en el mercado no son las mejores, no se puede invertir ni producir, pues no hay mercados”.