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Una asamblea extraordinaria del movimiento Dignidad Agropecuaria determinará mañana en Bogotá si se reanuda o no el paro campesino.

Según Carlos Arturo López, líder del movimiento en el Quindío, la razón es que el gobierno nacional ha incumplido los puntos pactados que permitieron que se levantaran las protestas del último paro campesino. 

“El presidente Santos se comprometió en subsidiar hasta diciembre de este año, el 30% del precio de los insumos agropecuarios, y en 2014 determinar una rebaja sustancial en los mismos. También pactó la reestructuración de las deudas, incluyendo la condonación de aquellas que no superaban los $20 millones, pero esto no se ha cumplido, ni siquiera se han visto señales del compromiso”, aseveró.

Agregó que los líderes de Boyacá, Cauca y Nariño están dispuestos a volver a las protestas lo más pronto posible, pero eso solo se definirá al final de la reunión de mañana.

En consonancia con lo expresado por el líder, ayer se conoció una carta enviada al presidente Juan Manuel Santos por Dignidad Agropecuaria, en la que le reiteraron al mandatario el rechazo del movimiento ante la pretensión de negociar con la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, y con la Federación de Ganaderos, Fedegán.

“Ellos no representan los intereses de los pequeños productores. Es más, la condición deplorable de crisis a que ha llegado nuestro sector no es gratuita ni espontánea. Es el resultado de la ineficacia de los gremios que ahora pretenden asumir un papel que no han sido capaces de cumplir históricamente”.

Según Carlos Arturo López, el pacto agrario planteado por el presidente Santos solamente involucró a los sectores que están a favor de las políticas del gobierno y no tuvo en cuenta las bases a lo que el denomina como “los campesinos de ruana”.
En tal sentido, en la misiva se reiteró: “Dichos gremios no nos representan señor presidente. Hemos entrado en una crisis que exige nuestra acción directa, la cual no vamos a delegar en organismos de segundo grado”.

Por último, en la carta Dignidad plantea la decepción con el nombramiento de Rubén Darío Lizarralde como ministro de Agricultura.

“Una persona que proviene de la gran empresa agrícola exportadora, difícilmente va a entender los problemas de la agricultura que representamos y que produce un gran porcentaje de la alimentación básica de los colombianos”.