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El coordinador de la Secretaría Económica de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Eco-ALBA), Diego Borja, afirmó hoy que la crisis del capitalismo es una oportunidad para la integración regional.

  Borja dijo a Prensa Latina en esta capital que los países del área deben mirar más hacia el Sur y no seguir apostando a los tratados de libre comercio (TLC) o cualquier otro tipo de acuerdo con Europa o Estados Unidos, donde el modelo ya ha demostrado su fracaso.

Expuso que por primera vez en la historia contemporánea América Latina tiene exceso de dinero, capacidad de inversión y gobiernos volcados a garantizar servicios a sus pueblos, lo cual ofrece posibilidades de una mayor interrelación. El directivo del ente económico del ALBA, creado recientemente en Caracas, apuntó que los principales compradores y vendedores en América Latina están en crisis, y en cualquier acuerdo comercial, por ejemplo, se buscará vender más y comprar menos a este bloque.

Por eso, explicó, se elaboró un mapa de mercancías para ver qué podemos intercambiar entre nosotros mismos, con lógicas de comercio distintas a las del capitalismo dentro de mecanismos unificadores como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

"Miremos al ALBA, a la Celac, a Unasur", señaló al enumerar las enormes potencialidades de la región, con un Producto Interno Bruto de 650 millones de dólares, lo cual la ubica en su conjunto en el puesto 23 de la economía mundial y en la tercera en Latinoamérica y el Caribe, detrás de Brasil y México.

Valoró la trascendencia del conjunto de países sureños, con 80 millones de habitantes, y señaló la urgencia de que se pongan en práctica proyectos conjuntos que generarán empleos, seguridad alimentaria y solución de problemas.

Entre estos, Borja se refirió un sistema ferroviario que interconecte a los países del Sur para fomentar la creación puestos laborales, el intercambio de conocimientos, la transportación de carga y de pasajeros.

También esbozó la posibilidad de dar paso a un sistema de seguridad agroalimentario desde Caracas, en Venezuela, hasta la Patagonia, para dar trabajo a los campesinos y producir alimentos en esta zona con recursos propios, iniciativa que deberá alcanzar al depauperado Haití, con el cual, dijo, América tiene una deuda histórica.

Respecto al uso del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), Borja señaló que existen verdaderas posibilidades para su expansión expresadas por los presidentes de los países del ALBA.

Sin embargo, expuso que persisten trabas todavía para este sistema, fundamentalmente de tipo burocrático y de hábitos en mandos intermedios, que podrían ser solucionadas a corto plazo, y auguró el empleo de esta moneda virtual dentro de los participantes de la Unasur.

Manifestó que en una crisis como la actual, el Sucre, el Banco del Sur y el Fondo Común de Reserva, representan una alternativa para la transformación del orden financiero regional.

Borja señaló que los miembros del ALBA decidieron incluir el uno por ciento de sus reservas internacionales en su Banco para no depender de inversiones extranjeras depredadoras (del medio ambiente y de las economías nacionales) y apoyar el desarrollo.

Por otra parte, señaló que sin la integración física probablemente morirá la voluntad de unificación continental, si no se impulsan proyectos para movilizar importantes recursos, de ahí el planteamiento del desarrollo del ferrocarril y de la interconexión aérea.

Desestimó que el crecimiento económico de uno de los bloques regionales vaya en detrimento de otro y dijo que, por el contrario, el fortalecimiento de alguno de los grupos va a reflejarse en la dinámica del resto.