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Los análisis sobre el 30 de septiembre en Ecuador se multiplican, las versiones son variadas e incluso contradictorias,  desde quienes la reducen a una revuelta policial, hasta quienes ven un complot cuyo sentido era asesinar al Presidente, y los grupos de derecha tienen la ceguera de referirse a un auto - golpe.

Se pretende encontrar una secuencia de causas y efectos plenamente coherente y secuencial, olvidando que fueron  acontecimientos  de confrontación política, que involucró movilizaciones sociales y decisiones de momento, pocas de ellas planificadas, por lo tanto lo impredecible y casual ocupa un espacio importante en el desenvolvimiento de los hechos.

En el presente artículo mantengo la hipótesis de que el sentido principal se enmarca en una intentona golpista, independientemente de que sus autores lo reconozcan así, pero quiero poner énfasis sobre algunos detalles que rodearon la toma de posición de sujetos sociales y políticos.

EL SENTIDO DE LAS LEYES MODERNIZADORAS DE CORREA

Un detalle que no se puede perder de vista  es que en los mismos días en que se produce la intentona golpista se estaban aprobando tres leyes fundamentales: el Código de Ordenamiento Territorial - COOTAD, la Ley de Educación Superior, la Ley Orgánica de Servicio Público, y estaban en proceso de debate legislativo la Ley General de Educación y la Ley de Medios de Comunicación.

Todas ellas fundamentales en el proceso de modernización del estado, crucial en la estrategia gubernamental.  Estas nuevas normas jurídicas se orientan a reorganizar el aparato estatal, recuperando los roles del estado en planificación y control de la economía, en la organización política y territorial del país, en el direccionamiento de la formación de capital humano y cuadros técnicos, garantizando la rectoría del ejecutivo, con delegaciones directas desde la presidencia de la república.

Son normas jurídicas que, por  un lado,  afectan a la derecha económica, cuando coloca controles estatales sobre los mercados, y los grandes medios de comunicación; pero,  por otro lado, va recortando derechos importantes alcanzados por los movimientos populares clásicos: estudiantil y sindical, como la autonomía universitaria, la organización gremial de los empleados públicos, conquistas laborales de contratación colectiva y jubilación, reestructuración en la burocracia y magisterio nacional.

Con el agravante de un limitado consenso con los actores sociales afectados por la nueva legislación, y sin consensos amplios con los partidos políticos y bloques parlamentarios, incluso en el seno del propio partido de gobierno.

La incorporación de ciudadanía en las decisiones políticas de fondo, es extremadamente limitada.

Estamos frente a un proceso de modernización que abre las puertas a un modelo neodesarrollista, bajo una tutela estatal, pero con leves procesos de reforma social.

CORREA EN "LA BOCA DEL LOBO", ¿TRASTORNO LOS ACONTECIMIENTOS?

El análisis de los hechos mismos del 30 de septiembre plantea  la pregunta ¿fue adecuada la decisión de Correa de ir al centro de la revuelta policial?, en las primeras horas va al Regimiento Quito No. 1, con un reducido grupo de seguridad y asesoría política, todavía convaleciente de una operación en su rodilla, y confronta a los complotados.

Correa es vejado y obligado a escapar, pero se refugia a pocos pasos, en el Hospital de la Policía, que estaba controlado por los mismos sublevados. Convaleciente se niega a dialogar, peor a cualquier concesión,  ante las demandas policiales declara: "de aquí me sacan muerto".

¿Acto irresponsable o valentía política?, Los sublevados se enfrentan a una situación totalmente inesperada que los supera de largo. Otros sectores de las fuerzas armadas y de población que hubieran podido plegarse a la insubordinación, ante las variaciones presentadas, dan un paso atrás, van quedando aislados. El transcurrir de las horas corre en su contra

En contraste, las posiciones gubernamentales van consolidándose, se engrosan las movilizaciones sociales, la gente sale a la calle a respaldar al Presidente y se hace evidente la condena internacional. El transcurrir de las horas corre a su favor.

La retención del presidente otorga a sus seguidores una bandera política concreta: no al golpe, hay que ir en su rescate; y un foco de atención en torno al cual concentrar sus fuerzas: rodear con masas el cuartel policial.

Parecería ser que estos acontecimientos del 30 de septiembre demostraron que el gobierno ya tiene una base propia a la cual apelar y movilizar.

Estamos frente a un proceso político que sale victorioso de una dura prueba, y se afirma su dirección, bajo un eje de un fuerte liderazgo carismático y vertical.

NEXOS CERCANOS ENTRE LA POLICIA Y DEA/CIA

Durante los años noventa y la primera década de los 2000, la policía nacional fue objeto de un proceso intenso de intervención desde la Embajada de los Estados Unidos, en consonancia con las estrategias del enemigo uno, primero el llamado narcotráfico, y luego el terrorismo.

Es más de una década que la presencia casi directa de la seguridad gringa se amplió en las filas policiales, mientras se reducía en los ámbitos de las otras ramas, como el ejército.

Incluso en el 2008,  con motivo de la expulsión del primer secretario de la embajada, el Ministerio de Seguridad Interna y Externa hizo público un informe respecto del grado de dependencia que habían alcanzado los mandos militares respecto de los asesores gringos.

Un acontecimiento que moviliza a la policía a nivel nacional y que pone en juego a sus dispositivos de comunicación y armamento, difícilmente iba a pasar desapercibido a los nexos que se habían construido con los dispositivos de seguridad de la embajada.

LAS REIVINDICACIONES GREMIALES NO SON SUFICIENTES.

Una parte importante de las centrales sindicales y de la confederación indígena están separadas del gobierno, e incluso en la franca oposición, estos sujetos sociales actuaron con debilidad, e incluso alguno de ellos equivocaron los caminos, saliendo a manifestarse junto a los policías.

Probablemente la inercia de los hechos podía justificar aquello, pues Correa ha combatido duramente a un sector del movimiento indígena, el que más se ha apropiado de la reivindicación de la plurinacionalidad, y también ha golpeado al movimiento gremial, especialmente magisteril y estudiantil.

El discurso gobiernista los acusa de corporativos, de querer, en un caso, la fragmentación de la patria, y en el otro, solo las ventajas gremiales, desconociendo el interés nacional, que esta representado por el Ejecutivo y Plan Nacional de Desarrollo.

La respuesta de la defensa de los derechos alcanzados, suficiente en ciertos momentos, ahora ya no alcanza para definir una línea de comportamiento y llamamiento, ante un régimen que proclama representar el interés general y tiene políticas concretas de apoyo a sectores populares no sindicalizados.

OTROS DETALLES A CONSIDERAR

Finalmente existen dos detalles que no se pueden perder de vista en esta exploración de los entornos, que ponen en tensión a sectores claves del poder.

El primero se refiere a la aplicación del mandato constitucional de que los dueños y accionistas de entidades financieras no pueden tener propiedad o acciones de un medio de comunicación, eso golpea a sectores oligárquicos que construyeron esta imbricación entre poderes financieros y mediaticos.

El segundo es el informe de la comisión de la verdad sobre los procesos de represión en la época del ex - presidente Febres Cordero, emitido a mediados del presente año, y que develo a varios de los aparatos represivos y mandos concretos comprometidos en la represión contra grupos guerrilleros a en los años noventa.

 

 

Francisco Hidalgo Flor es sociólogo, profesor de la Universidad Central del Ecuador, autor del libro "Encrucijada: procesos políticos y movimientos populares".