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Continuamos con la difusión de los trabajos premiados en el concurso anual de artículos, ensayos y fotografías 2015.

En esta oportunidad les presentamos la entrevista a Alejandra Torrents, socióloga paraguaya autora del artículo Penas encimadas: Ser Pobre y ser mujer. El Programa Tekopora y su impacto en las relaciones de género, quien comparte sus reflexiones sobre la importancia del debate y la generación de pensamiento sobre el desarrollo rural además de la importancia del protagonismo de los jóvenes en este proceso pues en el caso de Paraguay, un país eminentemente agropecuario, y con uno de los índices de concentración de tierra más desiguales del mundo, existe el imperativo de abrir la discusión sobre la sustentabilidad del actual modelo de desarrollo. 

¿Cuál fue la principal motivación para participar en el concurso?  

Difundir el trabajo que había realizado sobre el impacto del Programa de Transferencias Monetarias Condicionadas, Tekoporã, en las relaciones de género, de manera a insertar la experiencia de Paraguay en el contexto regional, ya que por lo general la situación de Paraguay suele quedar fuera de los debates académicos que se desarrollan en la región.     

¿Por qué consideras importante motivar y generar diálogo y debate sobre lo rural en la región sudamericana?

En la región, a pesar de las particularidades propias de cada país, existe una matriz común en la distribución de las tierras, caracterizada por una alta concentración en pocas manos y un modelo productivo rural basado en el monocultivo y el uso intensivo de agrotóxicos, lo que trae como consecuencia la expulsión, falta de fuentes de trabajo, contaminación, pérdida de soberanía. Por ello, es un imperativo investigar y debatir sobre lo que está ocurriendo en lo rural, entendiendo el ámbito académico también como un espacio de disputa por la dirección social del conocimiento.

¿Cuál crees es el rol de los jóvenes en el diálogo y debate sobre la importancia de lo rural?

Como jóvenes deberíamos tener la libertad, responsabilidad y compromiso de analizar críticamente lo que está pasando en el ámbito rural en nuestros países, desde los diferentes espacios que nos toca ocupar, con una perspectiva a mediano y largo plazo. En el caso de Paraguay, un país eminentemente agropecuario, con uno de los índices de concentración de tierra más desiguales del mundo, tenemos el imperativo ético de abrir la discusión sobre la sustentabilidad de este modelo de desarrollo. Debemos hablar y producir sobre lo que muchos medios de comunicación e instituciones educativas callan. Como jóvenes debemos incomodar, debemos plantear y plantearnos las preguntas adecuadas, esas preguntas que no se hacen. 

¿Cómo te sientes al conocer que tu escrito fue finalista a nivel sudamericano, y saber que competiste con jóvenes investigadores de muchos países (11)?

Fue una grata sorpresa enterarme de los resultados del concurso y mucho más al saber que fue el único trabajo presentado por Paraguay. Es una satisfacción a nivel académico y es muy gratificante haber logrado incluir un análisis sobre la situación de las transferencias en Paraguay, desde una perspectiva de género, junto a otros trabajos similares realizados en la región.

¿Tuviste con anterioridad alguna otra experiencia previa en el ámbito de los escritos?

Justamente este artículo fue realizado en base a un trabajo más amplio de investigación, que resultó ganador de un concurso dirigido a jóvenes investigadores del área de sociología y economía. Dicha investigación ha sido publicada en formato digital y fue presentada en el Seminario "Pobreza, Inequidad y Políticas Públicas en Paraguay". 

¿Por qué es importante hablar, dialogar, investigar en este caso sobre la Transferencias, monetarias  a poblaciones vulnerables, sus impactos alcances etc.? ¿se tratan de políticas sostenibles? los impactos en que medida benefician al agro?

Desde mediados de la década del 90 y en el marco de la aplicación de políticas neoliberales, se vienen implementado en la región los Programas de Transferencias Condicionadas (PTC), con particularidades propias en cada uno de los países. Por la envergadura de estos Programas, en muchos casos -como en Paraguay- constituyen las principales políticas de protección social, por ello es indispensable una evaluación crítica del impacto de dichos Programas. 

Los PTC deben ser concebidos sólo como parte de una estrategia de atención inmediata, en el marco de políticas públicas de promoción social. Las transferencias condicionadas sin la generación de condiciones objetivas para el ejercicio de derechos, se convierten a la larga en políticas asistencialistas que no contribuyen a la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales. Por ello, un análisis profundo del impacto de los PTC implica necesariamente una discusión sobre la matriz productiva y de desarrollo en nuestros países. 

Al mismo tiempo se hace necesario ampliar la producción relacionada al impacto de estos Programas en las relaciones de género, tema generalmente excluido en las evaluaciones de impacto. Es necesario buscar incidir en algunos componentes del diseño y la implementación de los PTC, de manera a que su aplicación no implique para las mujeres una mayor sobrecarga de trabajo y pueda contribuir efectivamente a una redefinición de los roles tradicionales de género. 

¿Cómo te enteraste del concurso?

Anteriormente había tenido contacto con el Instituto ya que había participado en la sistematización de un caso de recuperación de tierras en Paraguay para el portal del Movimiento Regional por la Tierra, así fue como formaba parte de la base de datos del IPDRS, desde ahí me llegó la invitación para este concurso. 

¿Qué opinión te merece el trabajo que desarrolla el IPDRS, o lo que conoces de él, para promover desde la sociedad civil el debate de la importancia de lo rural?

El esfuerzo del IPDRS por la generación de conocimientos sobre la problemática rural, desde una perspectiva regional, me parece fundamental para avanzar en una reflexión colectiva y ampliada, que parta desde la particularidad de cada territorio pero que se proyecte regionalmente, con miras a la construcción de modelos de desarrollo más sustentables y pensados para las grandes mayorías. En este sentido, el incentivo a la producción académica, principalmente de jóvenes, es una apuesta sumamente valiosa y necesaria.