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Del 23 al 24 de septiembre se realizó en la ciudad de La Paz el III Foro Internacional Andino Amazónico de Desarrollo Rural.  En el mismo se generó un espacio de diálogo en torno a cuatro ejes temáticos, abarcando dos por jornada. Las Agendas de las organizaciones indígenas y campesinas fueron el tema de la primera mesa, llevada a cabo el día miércoles 23 en la mañana. Para su realización se contó con la participación de dirigentes de Ecuador, Brasil, Bolivia, Colombia y Perú. 

A continuación, se presentan algunos apuntes sobre las disertaciones realizadas por los dirigentes: 

No somos atrasa-pueblos.

“Los gobiernos de la región deben saber que los Pueblos Indígenas no somos atrasa-pueblos, aportamos al desarrollo sostenible del planeta”. El ecuatoriano Eddy Timias, de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, COICA, cerró con esas palabras la primera de las seis intervenciones de dirigentes indígenas y campesinos con que se inició la primera de las mesas temáticas del tercer Foro andino amazónico.

Timias, como todos los expositores la sesión inaugural del encuentro, destacó la importancia estratégica de la tierra y el territorio como punto central de las agendas de movilización de las organizaciones que reúne la COICA y que representan a diez países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Surinam, Perú y Venezuela.

En la Cuenca Amazónica —informó el dirigente ecuatoriano— viven 390 pueblos indígenas, ocupan poco más de 170 millones de  hectáreas y cuentan con una población de 2.586.012 personas. ”Cerca de 24 millones hectáreas de territorios en la región  se encuentran en disputa”, añadió.

La lucha es política y debe ser una lucha de masas. 

Ulisses Manacas, integrante de la Coordinadora Nacional de Movimientos de Trabajadores Sin Tierra, MST, del Estado Pará, de la Amazonía brasileña, y miembro del equipo de formación del MST, en sintonía con el ecuatoriano Timias, inició su participación señalando que “la profundización y consolidación del modelo capitalista nos conduce, inevitablemente, a la disputa por nuestros territorios”.

“La absoluta hegemonía del agronegocio, que cuenta con el apoyo de los gobiernos de la región —sostuvo el dirigente brasileño—, nos obliga a desarrollar todas las formas de resistencia posibles y a construir procesos de unidad frente a un enemigo común: el capitalismo”.

La agenda que el MST puso en la mesa del Foro, como propuesta para las organizaciones indígenas y campesinas de la región, tuvo como elemento central “la formación de cuadros para iniciar un gran debate sobre la realidad latinoamericana”. “La lucha es política, es una lucha de ideas, debe ser una lucha de masas y debe conducirnos a construir un bloque histórico frente al modelo del gran capital”, afirmó Manacas.

Participación y modelo productivo

Dos dirigentes bolivianos, Ibsen Quiñones, Secretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB, y José Barba Palomequi, del Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia, CIRABO, expusieron, desde perspectivas distintas, la experiencia de las organizaciones campesinas e indígenas de Bolivia en la formulación y desarrollo de políticas de desarrollo rural que ejecuta el gobierno nacional.

Ibsen Quiñones destacó la participación protagónica de las organizaciones de la CSUTCB, a partir de su Plan Estratégico Institucional, en la preparación, discusión, puesta en marcha y ejecución dela Ley de Revolución Productiva Comunitaria y de la Ley de la Madre Tierra, ambas promulgadas por el gobierno boliviano. José Barba, por su parte, describió las características e importancia del modelo de desarrollo productivo de la castaña que impulsan las organizaciones indígenas y campesinas en el norte amazónico boliviano.

“El complejo productivo de castaña en el norte amazónico le ha permitido a Bolivia producir más del 80% de la castaña del mundo; en  la zafra del 2014-2015 se exportó un valor de aproximadamente 200 millones de dólares; la castaña es el motor de la economía regional y representa entre el 30 y el 50% de los ingresos las familias indígenas y campesinas”.

A partir de estos datos, y luego de destacar las características del modelo productivo que el BOCINAB promueve en la región, basado en sistemas agroforestales, Barba alertó sobre el riesgo de introducir cultivos de soya en el norte amazónico: “Tenemos que decirle al mundo que nuestra Amazonía tiene un gran potencial para sus pobladores sin soya; que no nos estén metiendo soya; sabemos que hay un plan en ese sentido, como ocurre en Argentina y Brasil”,  afirmó Barba.

Vida, Dignidad, Tierra y Territorio, Paz con Justicia Social

Olga Lucía Quinteros Sierra, colombiana, representante de la Asociación Campesina del Catacumbo, ASCAMCAT [el Catatumbo es una subregión colombiana ubicada en el noreste del departamento de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela], fue la primera voz femenina que se escuchó en el Foro. Su exposición, titulada “Memoria y testimonio de las movilizaciones agrarias actuales en Colombia”, fue especialmente ilustrativa e informativa sobre el creciente proceso de asenso popular en su país.

En la violencia política,que ha provocado la desaparición forzada de alrededor de 25.000 personas,y en el despojo masivo de la tierra a campesinos y pueblos indígenas (6,6 millones de hectáreas, el 12,9% de la superficie agropecuaria del país),se encuentran las razones que han originado en Colombia, en septiembre 2013, un paro agrario en el que han convergido más de una decena de distintas movilizaciones de diversos sectores cuyo principal resultado ha sido la instalación de la llamada “Cumbre Agraria,  Campesina, Étnica  y Popular”, CACEP.

La magnitud de la protesta obligó al gobierno colombiano, en mayo de 2014, a abrir las negociaciones y a conformar la denominada Mesa Única Nacional. Las principales demandas de la Cumbre Agraria son: 1) Acceso de Indígenas, Campesinos y Afrodescendientes a la propiedad de la Tierra; 2) Reconocimiento de un tipo de territorialidad campesina; 3) Adopción de medidas y garantías  para la participación  y  la realización de los derechos políticos de los pobladores rurales.

“La dilación, el incumplimiento y la falta de garantías por parte del gobierno han caracterizado las negociones”, informó la dirigente Olga Quinteros, y por ello, “la Cumbre Agraria ha decidido seguir trabajando en la unidad y preparar el Gran Paro Agrario Nacional en 2016 bajo el lema Por la Vida, la Dignidad, la Tenencia de la Tierra, la permanencia en el Territorio y la búsqueda incansable de la Paz con Justicia Social”.

Perú sigue siendo un país pobre

Antolín Huáscar Flores, presidente de la Confederación Agraria Nacional, CNA, del Perú, fue quien cerró la primera sesión de trabajo del Foro Andino Amazónico. “No podemos negar que Perú vive un importante proceso de crecimiento económico basado en la inversión privada”, comenzó diciendo el dirigente campesino. Ese proceso, sin embargo, añadió, “ha tenido como consecuencia el desmantelamiento de los territorios de los pueblos y campesinos favoreciendo los intereses de las empresas transnacionales, especialmente mineras”.

“Perú sigue siendo un país pobre”, sentenció el dirigente: “la pobreza afecta al 16,6% de la población en las ciudades y al 53% de la población en las áreas rurales”. “Los niveles de crecimiento económico —señaló—  no han significado desarrollo y sí han creado una larga lista de conflictos socioambientales, ahí están los más conocidos: Bagua, Conga, Tía María y Lote 192”.

Junto al derecho a la consulta previa, libre e informada, los principales puntos de la agenda actual de las organizaciones campesinas e indígenas en Perú, reseñadas por  Antolín Huáscar, son: soberanía alimentaria; seguridad jurídica para la tierra y los territorios;  cambio climático; identidad y autodeterminación; y fortalecimiento de las organizaciones.