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Las mujeres en el área rural trabajan 81:36 horas a la semana, 5:48 horas más que las mujeres del área urbana; el peso de las tareas domésticas y el tiempo demandado para su cumplimiento es mayor, entre otras causas, debido al limitado acceso a los recursos productivos como agua, y servicios en las viviendas (INEC-CONAMU, 2008 en Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género 2014-2017).

El tiempo de trabajo de las mujeres indígenas es de 86:45 horas a la semana, mientras el de los hombres es 62:08 horas; es decir, ellas trabajan 24:36 horas más a la semana que los hombres indígenas (INEC-CDT Encuesta específica de uso de tiempo 2012 en Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género 2014-2017).

Las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en la producción de alimentos y la construcción de la Soberanía Alimentaria pero tienen limitado acceso a recursos productivos.

Las mujeres del área rural están en un 61% en actividades de agro producción en el país, a través del aporte de mano de obra calificada, no calificada y trabajo productivo no remunerado. De acuerdo a esta información, las mujeres son las que en mayor medida aportan a la soberanía alimentaria, a través de las unidades agrícolas familiares, no sólo por la producción de bienes agrícolas, crianza de animales menores y aves de corral, sino por el aporte que realizan con mano de obra no remunerada en procesos productivos y trabajo doméstico no remunerado y de cuidados (Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género 2014-2017).

El Ecuador tiene aproximadamente 13 millones de hectáreas de franja agrícola, la mayor superficie está dedicada a pastos cultivados con un 27,2%, seguido de cultivos permanentes con el 11,0%, cultivos transitorios y barbecho con el 10%, pastos naturales con el 9,1%, y el 31,4% montes y bosques cuidados (III Censo Nacional Agropecuario INEC, 2000 en Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género 2014-2017).

Existen 842.882 unidades de producción agrícola –UPAS, de las cuales el 25,4% están en manos de mujeres productoras y el 74,6% de los hombres. Del total de UPAS que están a cargo de las mujeres, el 46.7% tienen una extensión menor a 1 ha. y el 16,1% menos de 2 has, es decir, el 62.8% de mujeres producen en UPAS menores a 2 has. Esta desigual distribución, ocasiona que apenas el 38,7% de las mujeres son parte de la PEA femenina rural; mientras que los hombres están insertos en un 70,4%. La desigualdad es resultado de estructuras de discriminación hacia las mujeres, con mucho arraigo en el ámbito productivo (III Censo Nacional Agropecuario INEC, 2000 en Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género 2014-2017).