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La resistencia al extractivismo en los países de América Latina se da desde la sociedad y la naturaleza, de una manera cada vez más fuerte, afirma el director del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Marco Gandarillas, durante la inauguración del seminario internacional “Extractivismo: nuevos contextos de dominación y resistencias”.

El evento, que se desarrolla del 21 al 24 de octubre en Cochabamba (Bolivia), es el quinto de una serie de eventos internacionales que se orienta a fortalecer la convergencia en torno a la formación, el intercambio de experiencias y la reflexión de los nuevos fenómenos emergentes de la globalización: extractivismo.

Gandarillas señaló que independientemente del tipo de Gobierno, ya sea de derecha, izquierda o populista, el modelo económico de los países de la región profundizó su dependencia a las actividades extractivistas ligadas a la minería, hidrocarburos y el uso intensivo del suelo en monocultivos agroindustriales. La resistencia social se traduce en un aumento de conflictos que no se limitan al sector indígena o campesino, sino que trascienden a los ámbitos urbanos.

“Son temas principales que analizaremos en el seminario, y por eso invitamos a investigadores notables de Colombia porque cualquiera diría que el Gobierno de Juan Manuel Santos –de derecha- es radicalmente distinto al del presidente Evo Morales porque Colombia tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC) y el Gobierno de Bolivia ha sostenido que no firmará ningún TLC, sin embargo existen varias similitudes entre ambos países”, señaló.

Gandarillas citó que Colombia aprobó la Ley de Semillas, por la cual, se introduce a ese país semillas transgénicas con la imposibilidad de que los productores puedan acopiarlas sin haberlas registrado antes como propiedad privada, por lo general, de grandes trasnacionales que monopolizan los paquetes agrotecnológicos. Mientras que en Bolivia se aprobó la Ley de Revolución Productiva, Comunitaria y Agropecuaria Bolivia.

“Por la Ley de Revolución Productiva, Bolivia legalizó más un millón de hectáreas de soya transgénica que fue producida con semillas que ingresaron de manera clandestina, ésta superficie es descominal. El mes de agosto las exportaciones de soya fueron el 8% de las exportaciones nacionales”, señaló.

La problemática de semillas -dijo Gandarillas- no es poca cosa, ya que casi todos los países extractivistas en América Latina presentan graves problemas de producción y acceso a los alimentos. “La mayor parte de nuestras economías fue sustituida por una agricultura por la exportación que tiene la característica de ser muy independiente de las semillas transgénicas y paquetes agrotecnológicos”.

“También hay una resistencia natural, como lo que está pasando con la quinua, que como es un producto de exportación se ha creído que se podía sembrar indiscriminadamente en todas partes, sin considerar que hay ciclos ecológicos. Los productores han eliminado a los zorros y otros animales que controlaban a los roedores, y ahora hay pestes debido al desequilibrio ecológico que se ha generado. Los entornos naturales que son modificados tan radicalmente, están generando graves desequilibrios ecosistémicos, pero también están frenando las actividades extractivistas”, aseguró.

Sin embargo dijo que a diferencia de otros vecinos de la región, en el país ya no se cree a ciegas que las inversiones extranjeras traen desarrollo y empleo a los países latinoamericanos dueños de los recursos naturales, pues la mecanización del agro y de las actividades extractivistas cada vez dependen menos de la mano de obra.

El seminario Extractivismo: nuevos contextos de dominación y resistencia, que se desarrolla en la ciudad de Cochabamba, cuenta con la participación de expertos académicos, investigadores y líderes de ocho países, vinculados al cuestionamiento de los nuevos modelos económicos basados en las actividades extractivistas.

Entre los expositores se encuentran Lucrecia Wagner de Argentina; Alexandra Almeida de Ecuador; Berenice Celeyta de Colombia; Paul Maquet de Perú; Marco Gandarillas de Bolivia; Francisco Ramírez y Julio Fierro de Colombia, Antonio Sandá Mera de El Salvador; y, Hernán Scandizzo de Argentina, entre otros importantes disertadores.