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Como parte de las actividades preparatorias de la Asamblea y del Foro mundial de la Tierra 2018, de la Coalición Internacional de la Tierra (ILC), el IPDRS junto con otras 25 instituciones miembros de los cinco continentes, participó de un intercambio de experiencias con familias de la comunidad Tanjung Karang, Tasikmalaya, Java Occidental, en Indonesia los días 22 y 23 de septiembre recién pasados. La actividad fue organizada por el Konsorsium Pembauran Agraria (KPA) y el Serikat Petani Pasundan (SPP), miembros locales de la ILC.

Desde la época colonial holandesa, gran parte de la tierra en los distritos de Bandung, Garut y Tasikmalaya de Java Occidental se utilizaba principalmente para para el cultivo de té a gran escala. Dichas plantaciones, que hasta la independencia estuvieron gestionadas por el Gobierno holandés, ahora están en manos del Gobierno de Indonesia que las administra a través de una empresa estatal, conocida como PT Perkebunan Nusantara (PTPN). El resto de las tierras, principalmente bosques, permanecieron bajo administración comunitaria. Sin embargo, en 1974, PTPN reclamó 2.000 hectáreas de tierras comunitarias aludiendo a los Derechos de Cultivo y desplazando a aldeas y familias enteras, forzándolas a abandonar sus actividades agrícolas y forestales, y trabajar en las grandes ciudades de la región.

La reforma agraria en Indonesia tiene una larga historia de luchas campesinas, pero hasta ahora no se ha concretado. La Ley Agraria Básica Nº 5 de Indonesia, de 1960, estableció un programa de redistribución de las tierras de las plantaciones de la era colonial, pero dicha ley fue aplazada y nunca se implementó.

Actualmente, al igual que lo que ocurre en el resto del país, las familias la comunidad Tanjung Karang no tienen certificado ni títulos de las tierras que poseen. Son 400 hectáreas para una población de 2.153 personas; mujeres y hombres adultos tienen acceso a 0,5 hectáreas para la producción agropecuaria, superficie en la que producen gran parte de sus alimentos: arroz, yuca, banana, ajíes, hortalizas, té, entre otros productos, a lo que contribuye la buena calidad de los suelos y la alta precipitación pluvial. Se preservan las semillas locales, pero también utilizan pesticidas en algunos cultivos.

Las áreas de las tierras más frágiles y menos aptas para la agricultura, por sus funciones ecológicas, han sido restauradas mediante camas de siembra y reforestación. Así mismo, tienen crianza de peces y de búfalos. Igualmente, han iniciado la implementación de turismo rural, en la que se implica sobre todo a las y los jóvenes.

A decir de la Sra. Erni Kartini, lideresa de la zona, el sueño de las familias de esta comunidad es lograr la titulación de sus tierras y además fortalecer sus sistemas productivos complementando con productos como hortalizas y frutas dirigidos a la exportación tanto a Asia como a Europa.

Durante el desarrollo del Foro Global por la tierra, ya en Bandung, el gobierno Indonesio ha promulgado, este 26 de septiembre, el decreto presidencial de la reforma agraria, generando mayor expectativa para la redistribución y titulación de las tierras, lo que generará una nueva fase en las luchas contemporáneas campesinas e indígenas de Indonesia por el acceso seguro a la tierra y el territorio.