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“El empoderamiento de las mujeres rurales es crucial para poner fin al hambre y la pobreza. Al negar derechos y oportunidades a las mujeres, negamos a sus hijos y a las sociedades un futuro mejor. Esta es la razón por la cual las Naciones Unidas pusieron recientemente en marcha un programa para empoderar a las mujeres rurales y mejorar la seguridad alimentaria”, afirma en su mensaje el secretario general de las NN.UU., Ban Ki-moon, al recordar hoy el Día Internacional de las Mujeres Rurales.

 

 

Determina además que “las mujeres rurales producen gran parte de los alimentos del mundo, protegen el medio ambiente y ayudan a reducir el riesgo de desastres en sus comunidades. A pesar de ello, siguen sufriendo desventajas y discriminación que les impiden desarrollar su potencial. Para demasiadas mujeres rurales, la realidad cotidiana es que no son propietarias de la tierra que cultivan, se les niegan los servicios financieros que podrían sacarlas de la pobreza y viven sin la garantía de una nutrición básica, servicios de salud y servicios como agua potable y saneamiento. Las tareas asistenciales no remuneradas les imponen una pesada carga y les impiden el acceso al empleo remunerado decente”.

Aporte económico

A nivel local, el titular del Indert, Luis Ortigoza, asevera que “acceder a la tierra es solo el primer paso en el programa de la reforma agraria; el arraigo de la familia y su desarrollo será la coronación del objetivo y de este logro la mujer tendrá la vital importancia, ya que ella es generadora de importantes ingresos a la economía familiar con su aporte y esfuerzo. En este sentido, la huerta se ha constituido en su principal rubro de ingresos para renta, por el menor esfuerzo físico que implica para las mujeres y la pronta comercialización en las ferias locales asegura el sustento diario además de asegurar alimentos en la mesa diaria familiar”.

Agrega igualmente que el Indert “desarrolla una acción de regularización para la entrega de títulos, enmarcado en el plan de titulación masiva, donde las mujeres en alto índice son beneficiarias”.

Esfuerzo y dedicación

Lidia de Guzmán es presidenta del comité de feriantes Niño Jesús de Vaquería. Está casada con Ramón Guzmán y toda su familia se dedica hace 12 años a producir para la feria local de productores, y desde hace dos años cuentan con sistema de riego asistido por el Gobierno.

Para todas las mujeres productoras, Lidia aconseja: “El esfuerzo. Y para las no organizadas, organizarse para salir adelante, esta es la fórmula del éxito”.

Esa unión y dedicación demuestran en la huerta Eladia Paniagua y su nieta Emilia Maidana, quienes tienen sus huertas vecinas.

Doña Eladia comercializa el fruto de la huerta en el pueblo. “Es platita segura en la semana, si bien no es mucho, ayuda para los gastos de la semana”, remarca.

Mientras, ambas muestran orgullosas las variedades de hortalizas cultivadas, lo cual las hace sentir felices al ver que su trabajo rinde frutos y les ayuda a vivir dignamente.