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Cada año, el 16 de octubre, se conmemora el día mundial de la alimentación. Naciones Unidas ha declarado 2014 Año Internacional de la Agricultura Familiar por considerar que es la clave en la “erradicación del hambre y la pobreza, la consecución de la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, la mejora de los medios de vida, la ordenación de los recursos naturales, la protección del medio ambiente y el logro del desarrollo sostenible, en particular en las zonas rurales”.

Sin embargo, para garantizar la alimentación, apostar por la agricultura familiar es necesario pero no suficiente.

Hoy, casi toda la agricultura –incluida la agricultura familiar- está atravesada por una lógica productivista y competitiva basada en agrotóxicos y transgénicos. La producción a gran escala de alimentos-mercancía cargados de químicos, contamina la tierra y enferma a los seres vivos.

La celebración del Día Internacional de la Mujer Rural, el 15 de octubre, presenta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la oportunidad de recordar a los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) la importancia de garantizar el ejercicio pleno de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales a las mujeres rurales.

De acuerdo con los principios de igualdad y no discriminación, la Comisión ha identificado la protección de los derechos de las mujeres como una meta prioritaria en el ejercicio de su mandato. La discriminación y la violencia contra las mujeres son aún problemas graves y tolerados en el hemisferio que demandan una respuesta prioritaria e integral por los Estados. En la ocasión del 20º aniversario de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará), la Comisión reitera especialmente la obligación de los Estados Partes a utilizar la debida diligencia para prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia.

El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales, se observó el 15 de octubre de 2008. Este día internacional nuevo, establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136 Documento PDF, de 18 de diciembre de 2007, reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».

Las mujeres rurales son agentes clave para conseguir los cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo sostenible pero su acceso limitado al crédito, la asistencia sanitaria y la educación se encuentra entre los muchos retos a los que se enfrentan. Estos se ven agravados además por las crisis mundiales —económica y alimentaria— y el cambio climático. Empoderar a este colectivo no sólo es fundamental para el bienestar de las personas, familias y comunidades rurales, sino también para la productividad económica general, dada la amplia presencia de mujeres en la mano de obra agrícola mundial. Para más información visite el sitio ONU MUJERES - Mujeres rurales.

Las mujeres rurales son colaboradoras fundamentales de las economías del mundo y tienen un rol esencial en los países desarrollados y en desarrollo, incrementando la productividad agrícola y rural y la seguridad alimentaria, y ayudando a reducir los niveles de pobreza en sus comunidades. En octubre, la ONU observa tres días que reflejan el papel fundamental de las mujeres en el desarrollo, empezando con el Día Internacional de las Mujeres Rurales el 15 de octubre, el Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre y el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza el 17 de octubre.

Las mujeres rurales dependen en su mayoría de los recursos naturales y la agricultura para subsistir,[1] y representan una cuarta parte del conjunto de la población mundial.[2] En los países en desarrollo, las mujeres rurales suponen aproximadamente el 43 por ciento de la mano de obra agrícola[3] y producen, procesan y preparan gran parte de los alimentos disponibles, por lo que sobre ellas recae la gran responsabilidad de la seguridad alimentaria. Teniendo en cuenta que el 76 por ciento de la población que vive en la extrema pobreza se encuentra en zonas rurales,[4] garantizar el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos empodera a las mujeres y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el mundo.[5]

La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a producir y a comer alimentos sanos. La alimentación no puede reducirse a una mercancía de las corporaciones transnacionales.

El movimiento Campesino  Internacional La Vía Campesina hace un llamado  a sus organizaciones en todo el mundo, al pueblo organizado, aliados y consumidores conscientes a la Jornada de Acción Global por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos en contra de las transnacionales, este 16 de Octubre de 2014.

La Vía Campesina realiza esta jornada de solidaridad, resistencia y movilización   cada año con el fin de dar a conocer a la sociedad civil el riesgo al que se enfrenta hoy la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, por lo cual consideramos importante  e imprescindible fortalecer la  alianza con la clase trabajadora del campo y de ciudad, pues  el derecho humano a la alimentación  no solo debe cuidar del acceso, sino que debe garantizar una alimentación saludable, sana y culturalmente apropiada  para los pueblos.