fbpx
VISITA NUESTRO
NUEVO SITIO WEB

 

 

 

 

Posts @IPDRS

Las acciones de incidencia son una valiosa herramienta de la ciudadanía para conseguir cambios en las instituciones oficiales de gestión de la tierra y el territorio.
 
Por lo general, las acciones de incidencia con mayor notoriedad comprometen la adopción, reforma o aplicación de normas y políticas públicas, pero junto a estas iniciativas existen otros esfuerzos para mejorar las condiciones de vida o las posibilidades de desarrollo de sectores específicos de la población de un país. Tanto las iniciativas de incidencia con alcance general como las que persiguen fines particulares, son igualmente laboriosas porque en el núcleo de la acción existe un problema de relaciones de poder.
 
En las zonas rurales de América Latina las relaciones de poder tienen un matiz especial porque allí se expresan con mayor nitidez los factores estructurales que intervienen en la desigual distribución de las oportunidades, los recursos y la riqueza de un país. Incluso en países donde se aplicaron reformas agrarias radicales como Bolivia, Chile y Perú o donde existen movimientos campesinos importantes, perdura una estructura bipolar de tenencia de la tierra: por un lado, un número relativamente pequeño de inversionistas y capitalistas controlan grandes extensiones de territorios o las tierras más ricas; y por otro lado, un inmenso número de indígenas, campesinos o agricultores empobrecidos controlan minifundios o territorios con barreras de todo tipo (económicas, geográficas, culturales, etc.), forzados con frecuencia a servir a establecer relaciones de subordinación para subsistir.

Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dio a conocer que aproximadamente más de 5 millones de personas, anualmente, sufren intoxicación debido a diferentes agrotóxicos. Se estima que de esta cifra fallecen cerca de un millón. Al mismo tiempo, en la mayoría de los casos existe un subregistro de los envenenamientos.

Ante las medidas de prohibición de muchos productos en Europa como el Glufosinato, Azinfós metil, Diclorvos, Fention, Endosulfán, Malatión entre muchos otros, y el aumento de los costos de inversión para introducir los nuevos en el mercado de los países desarrollados, las compañías multinacionales han respondido exportando al Tercer Mundo aquellos tóxicos.

Una de cada tres hectáreas que gobiernos de América Latina, África y Asia conceden a la explotación minera, agrícola-industrial o forestal se superpone con tierras de comunidades indígenas.

El Proyecto Munden, comisionado por la organización global Derechos y Recursos, analizó unas 153 millones de hectáreas en concesión en 12 países y halló que el 31% de esa superficie se encontraba en territorio indígena.

El estudio se concentró en cinco países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú), tres de África (Camerún, Liberia y Monzambique) y cuatro de Asia (Camboya, Indonesia, Malasia, y Filipinas). Uno de los casos más extremos es Argentina donde un 84% de las concesiones para el cultivo de la soja está en territorio indígena.

En las concesiones mineras de Chile, Colombia y Filipinas el relevamiento encontró que un 30,5% de las zonas explotadas eran de propiedad indígena. Según Augusta Molnar, directora de Derechos y Recursos, es una situación potencialmente explosiva para todas las partes involucradas.

Reunimos de nuevo más materiales relacionados con la batalla por las semillas, una lucha que libran las comunidades en defensa de sus estrategias más antiguas, de sus sistemas de saberes más elaborados, contra las grandes corporaciones que buscan apoderarse de las semillas para controlar toda la cadena alimentaria. En Biodiversidad, sustento y culturas, insistiremos en que la custodia e intercambio libre y responsable de las semillas es clave para defender el futuro de la humanidad.

La temática territorial no se puede ver de manera fragmentada sino conociendo todas las fichas que la componen y el papel que desempeña cada una de las fichas en ese ajedrez político y económico.

La región no es la que más produce gases de efecto invernadero, pero es una de las que corre más riesgos climáticos

Consulte la infografía sobre el estudio del Banco Mundial

Termómetro económico y social de América.

Las enfermedades endémicas recrudecen, los desastres naturales son el pan de cada día pero los alimentos no llegan a la mesa. No es producto de la imaginación de productores de Hollywood sino de proyecciones científicas, que hablan de una Latinoamérica mucho más caliente si persiste el nivel de emisiones de gases dañinos.