Carlo Petrini tiene la sana constumbre de meter el dedo en la llaga y la cuchara en el plato. Bajo la sabia batuta de este piamontés de 65 años, lo que empezó como una impostura ante el "fast food" ha cuajado en algo así como las Naciones Unidas por la celebración de la gastronomía y la defensa de la biodiversidad. Más de 220.000 personas acudieron en Turín al Festival Terra Madre de Slow Food, donde Petrini ejerció de "cicerone" de esa vieja/nueva cultura alimenticia que llega ya al último rincón del planeta.
- Una tercera parte de los alimentos que producimos nunca llega a nuestra mesa ¿De quién es la culpa?
- El despilfarro es un auténtico escándalo. En el fondo, es un reflejo de este sistema alimentario criminal e insostenible que hemos creado. Más de 850 millones de personas pasan hambre, y más de 1.500 padecen obesidad o están sobrealimentados. Son las dos caras de la misma moneda. Y entre tanto, tiramos millones de toneladas de comida a la basura... ¿Cómo podemos tolerarlo? Está claro que el sistema alimentario ha tocado fondo. Es urgente cambiarlo, pero la labor es más ardua. Lo que necesitamos en el fondo es un cambio de paradigma. Hay que evolucionar hacia un modelo que respete la biodiversidad y la gestión de la tierra.