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El mercado con el mayor potencial de crecimiento, según la agricultura empresarial, está poniéndose de pie y diciendo que no. Chile, Colombia y un número de otros países de América Latina están tomando una postura en contra de Monsanto, rechazando los avances para convertir aún más semillas patentadas en su propiedad con la biotecnología, una medida que podría ser un gran cambio en la parte frontal de los transgénicos.

Nuevos informes indican que una coalición de agricultores individuales y otras personas en Chile han logrado poner un alto, al menos temporalmente, a los esfuerzos de Monsanto para obtener más derechos de patente. El sitio web Truth-Out.org informa de la oposición de los agricultores indígenas y las comunidades rurales fue suficiente para bloquear un proyecto conocido como la “Ley Monsanto” que habría permitido a las empresas agroindustriales el derecho a patentar cualquier semilla que desarrollen, modifiquen o incluso descubran.

Situación. Autoridades promoverán actividades deportivas y culturales para disminuir la cifra de los menores que trabajan.

La agricultura es el sector donde más se emplea a menores de edad, 168.000 millones de niños, de acuerdo a un informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Coincidentemente, la responsable del Programa Departamental de Erradicación del Trabajo Infantil (Gobernación-Unicef), Lidia Mayser, señaló que este  es el principal oficio para los niños de áreas rurales del departamento y el sector de la construcción es el principal en la zona urbana.

El 12 de junio se conmemora el Día Internacional Contra el Trabajo Infantil, y a nivel mundial los servicios es otro de los sectores que más aglutina a este grupo, en total 54 millones de niños, por último la industria  concentra a 12 millones. en relación a datos de Bolivia, Mayser puntualizó que en país se estima que 3 de cada 10 menores trabajan en diferentes oficios, es decir cerca de 850 mil niños trabajando. Además, aseveró se está trabajando para obtener estadísticas exactas departamentales que permitan tener un diagnóstico y trabajar en diferentes políticas públicas.

Los gobiernos y las agencias internacionales alardean con frecuencia de que los campesinos y pueblos indígenas controlan la tajada más grande de la tierra agrícola mundial. Cuando el director general de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO), inauguró 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar, cantó las loas de los agricultores familiares pero ni una sola vez mencionó la necesidad de una reforma agraria. Por el contrario, anunció que las fincas familiares ya tenían la mayor parte de la tierra agrícola mundial – la increíble cifra de 70% de acuerdo a su equipo.

Pero una nueva revisión de los datos, emprendida por GRAIN, revela que lo opuesto es lo cierto. Las fincas pequeñas, que producen la mayor parte de los alimentos en el mundo, se hallan apretujadas en menos de una cuarta parte de la tierra agrícola mundial – o en menos de una quinta parte si deja uno fuera China e India.

Del 4 al 15 de junio, los países de todo el mundose reunirán en Bonn, Alemania, para celebrar una reunión de sesiones de negociaciones sobre el clima. A menos de un año de la fecha de cierre para la producción del primer "borrador" de lo que debería ser el texto de negociación de un acuerdo mundial sobre el clima, se presentó una perspectiva sobre lo que está en juego y los desafíos para la sociedad civil.

Durante más de dos décadas, los países negocian bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en Inglés), pero no ha habido un acuerdo efectivo para abordar la cuestión del cambio climático. Ahora, se espera que en diciembre de 2015, en la Conferencia de las Partes (COP), que se celebrará en París, los países completen y aprueben el texto de un acuerdo sobre el clima global. Sin embargo, este no entrará en vigencia sino hasta el 1 de enero de 2020.

En la esquina del río Amazonas con la línea del Ecuador en el centro del mundo, los pueblos de la Pan-Amazonía se reunieron. Escuchen, ahora, nuestras voces.

Somos nosotros los guardianes de la floresta y de los ríos, diferentes pero con la voluntad de caminar juntos. Queremos convertir la Amazonía en la tierra sin malos tan soñada por nuestros abuelos y para esto tenemos nuestros corazones llenos de coraje y solidaridad.

La Amazonía es nuestro territorio. Nuestras comunidades indígenas, campesinos, quilombolas, ribereños y tradicionales deben tener sus tierras garantizadas, respetadas y protegidas contra los mega proyectos depredadores, destructores de la naturaleza y de la vida humana. Para esto, es esencial por parte nuestros países la adhesión, el respecto y cumplimiento de los tratados internacionales que establecen el Derecho a la Consulta Previa, Libre, Bien Informada y de Buena Fe, como la Convención169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.