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Más de 60 Jefes de Estado y de Gobierno participan este lunes en Roma en la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria que ha convocado la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de Naciones Unidas para buscar una solución consensuada al problema del hambre.

La reunión durará hasta el miércoles y contará con la presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; el director general de la FAO, Jacques Diouf; el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi; el presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva; y el dirigente libio, Muamar Gadafi, entre otros.

También participará en el evento el Papa Benedicto XVI, que pronunciará un discurso y, al término de la reunión, saludará uno a uno a los mandatarios presentes, según hicieron saber hoy fuentes de la sala de prensa del Vaticano.

Por parte española, participará una delegación presidida por la Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, y la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez Ramos.

El objetivo de esta nueva cumbre es llegar a un acuerdo sobre las estrategias que hay que seguir para "impulsar la producción agrícola y erradicar el hambre", en un momento en el que las personas que pasan hambre en todo el mundo alcanzan los 1.020 millones.

Por esta razón, la FAO ha decidido divulgar un spot para sensibilizar a la población, evidenciando que cada 15 segundos al menos dos niños mueren de hambre en el mundo (www.1billionhungry.org).

Además, la organización está recogiendo firmas y ha propuesto a todos aquellos que lo deseen solidarizarse con los 1.020 millones de hambrientos a través de una huelga de hambre que tendrá lugar el sábado 14 ó el domingo 15 de noviembre, coincidiendo con la víspera de la Cumbre.

ALGUNOS DATOS POSITIVOS.

Sin embargo, el incremento del hambre en el mundo esconde el hecho de que 31 de los 79 países objeto de seguimiento por la FAO han registrado un importante descenso en el número de personas desnutridas desde principios de la década de 1990.

Un informe publicado recientemente bajo el título 'Los caminos hacia el éxito' destaca el notable progreso realizado por 16 de estos países, que ya han alcanzado el objetivo de reducir el número de personas hambrientas para el año 2015 o se encuentran bien encaminados para lograrlo.

El informe, que fue presentado por el director general de la FAO, Jacques Diouf, analiza en detalle los factores que subyacen detrás del éxito de cuatro países que han logrado importantes avances frente al hambre, tales como Armenia, Brasil, Nigeria y Vietnam.

 

Foto:F AO

Dio la vuelta el mundo la noticia que el Director General de la FAO, Jacques Diouf, hizo una huelga de hambre de 24 horas (entre el 13 y 14 de noviembre) en solidariedad con las personas con hambre en el mundo.

A mi entender un gesto de solidaridad con los hambrientos altamente loable, además de responsable con el cargo que ocupa el señor Diouf. Sin embargo, es desafortunado calificar esta acción como una huelga de hambre.

Los diccionarios de la lengua española definen la huelga de hambre como el “Ayuno total voluntario para demostrar la disposición a morir si no se logran los objetivos perseguidos”. Lo que ciertamente no es el caso del acto que nos ocupa, a no ser que la duración del acontecimiento se pueda ponderar por la importancia del personaje que se somete al ayuno voluntario.

Más aún considerando que la huelga de hambre es considerado un acto extremo entre los métodos de reclamo que tienen los obreros, campesinos, pobres en general, para recibir la atención del Estado a sus peticiones. Por tanto una huelga de hambre hace a una relación sociedad civil Estado.

Han existido contadas excepciones de una relación inversa, como las de Gandhi, incluso discutibles en número y duración, pero entre las más recordadas la de 1948 (5 días) a escasos días de su asesinato.

En Bolivia se han presentado dos casos que involucran a las más altas funciones públicas, la del Presidente Siles Suazo en 1956 para defender sus políticas de gobierno y la 1984 (4 días) exigiendo a los sindicatos y al parlamento que lo dejen gobernar; el propio Evo Morales en el 2009 (5 días) contra el parlamento para que aprueben la ley electoral reformada.

En estos casos, además de la definición formal de huelga de hambre como un acto extremo que puede llevar a la muerte, habrá que introducir un criterio político que se podría proponer como una medida que permite el desempate de fuerzas cuando una de ellas se encuentra con focos de tensión que no contribuyen al desempeño de una función de gobierno.

En casi todos los casos, este tipo de actos desde el propio poder, han logrado modificar o establecer normas, recursos e instituciones importantes. Todas ellas dentro del campo de las luchas políticas y por tanto en oposición a organizaciones y grupos de poder plenamente identificados.

Sólo así podríamos diferenciar este tipo de medidas, con aquellas tan recordadas en el en nuestros países como la huelga que iniciaron cinco mujeres mineras en Bolivia, en 1977, y terminó masificándose y derrotando a las dictadura militar de Hugo Banzer.

No solamente por la formalidad del tiempo, sino también por la ausencia de algunas cualidades como la poca información sobre el planteamiento político de la FAO y los sectores en oposición a ella dentro de lo que será la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria, convengamos que aplaudimos el ayuno del presidente de la FAO, pero que éste en esencia no es una huelga de hambre.

La Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria que arrancará el próximo 16 de noviembre en Roma, Italia, podría ser un desperdicio de tiempo y dinero a menos que los líderes mundiales se propongan lo contrario e intervengan ahora para salvarla. Para el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), el Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS) y Oxfam Internacional, los gobiernos están en riesgo de tirar por la ventana una gran oportunidad para detener el hambre que afecta a más de mil millones de personas en el mundo.

La declaración final de la cumbre, acordada la noche del martes 10 de noviembre, no dice nada nuevo. El texto final enuncia que el hambre será reducida a la mitad para el 2015, pero fracasa en lograr compromisos que garanticen, tanto los recursos necesarios para alcanzar esta meta, como la rigurosa rendición de cuentas que deberían seguir los gobiernos -en el marco del Comité Mundial de Seguridad Alimentaria de Naciones Unidas- para informar sobre sus avances en la lucha contra el hambre.

A esto se suma que la promesa hecha por el G8 en julio de 2009, de entregar USD 20 mil millones para enfrentar el hambre durante los próximos tres años, parece no haber sido más que una declaración. Desafortunadamente, los pobres y hambrientos no pueden alimentarse de promesas.

Para el CLAES, el IPDRS y Oxfam Internacional, la prioridad debería estar puesta en una mayor inversión, dirigida a mejores políticas, instituciones, servicios y programas de formación que impulsen una pequeña agricultura sostenible y adaptada a los ambientes agroecológicos locales.

La pequeña agricultura permite atacar la insuficiencia alimentaria y el alto precio de los alimentos, potenciando cadenas productivas y flujos comerciales locales y regionales.  

En América Latina -donde el hambre afecta a 53 millones de personas- la pequeña agricultura es la fuente de alimentos e ingresos de alrededor de 95 millones de hombres y mujeres.  Aunque se les ha ignorado históricamente, estas personas son, además, quienes están en la primera línea del combate contra la pobreza, el hambre y el cambio climático.

La Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria está ignorando también a otros grupos vulnerables, como los agricultores sin tierra y los pobres que viven en las ciudades, quienes además de ayuda alimentaria de inmediata, necesitan medidas -urgentes y de largo plazo- para protección social y el desarrollo de sus medios de vida.

En ese marco, la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria debería:

  • Respaldar y financiar el reformado Comité Mundial de Seguridad Alimentaria de la ONU, reconociéndolo como la plataforma política de alto nivel para asuntos de Seguridad Alimentaria.
  • Incrementar la inversión pública para la pequeña agricultura y la protección social de los países en desarrollo, como medida, tanto de lucha contra la pobreza y el hambre, como de fortalecimiento de la resiliencia ante los efectos devastadores del cambio climático.
  • Acordar un fondo -de al menos USD 40 mil millones anuales- para rescatar el Objetivo de Desarrollo del Milenio que busca erradicar el hambre y la malnutrición; y comprometerse a traducirlo en acciones y presupuestos que se adecuen a las necesidades de Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural, especialmente de los pequeños agricultores.

Los países en desarrollo también deben jugar un rol más importante durante la Cumbre. Una forma de lograrlo es comprometiéndose a invertir el 10% de sus presupuestos de agricultura en acciones enfocadas a combatir la pobreza y el hambre.

En América del Sur -como en otras regiones del mundo- las decisiones tomadas en la Cumbre deberían traducirse en planes de inversión y desarrollo dirigidos a fortalecer a la pequeña producción, que visualicen a las mujeres como protagonistas de la economía, que promuevan políticas específicas para zonas marginadas, apoyen tecnologías de bajos insumos y estimulen los sistemas de investigación.

Desafortunadamente, hoy día muchos países ricos siguen apostando por la fórmula del incremento de la producción de alimentos, mediante el uso intensivo de fertilizantes químicos y nuevas tecnologías. Esto podría ofrecer alivio de corto plazo a los agricultores pobres, pero no es una respuesta a los problemas estructurales que están detrás de la hambruna mundial. Tampoco es una salida sostenible y sólo condenará a los países en desarrollo a un futuro de repetitivas crisis de alimentos y mayor degradación ambiental.

Para mayor información:

Eduardo Gudynas (CLAES): Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.  Tel: (00598-2) 4030854

Oscar Bazoberry (IDPRS): Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Tel: (00591) 72033016

Asier Hernando (Oxfam Internacional): Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Tel: (00591) 72021339

 

Francia y Brasil impulsarán una iniciativa conjunta para una regulación mundial de los mercados agrícolas en el marco de la Cumbre sobre Seguridad Alimentaria que tendrá lugar la semana próxima en Roma en la sede de la FAO, anunció el jueves el ministro francés del área.

"Esta iniciativa conjunta pretende aportar la prueba de la determinación de Francia y de Brasil para poner en marcha una regulación mundial de los mercados agrícolas", afirmó en rueda de prensa el ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire.

El responsable gubernamental francés precisó que los detalles de esta iniciativa, que busca una "estabilización de los precios agrícolas", se darán a conocer el lunes por la noche en Roma.

Le Maire hizo este anuncio luego de una reunión que mantuvo en París con unas quince Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que se ocupan de problemas de alimentación.

En la Cumbre sobre Seguridad Alimentaria que se llevará a cabo en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Francia estará representada por este ministro y no por el presidente francés Nicolas Sarkozy.

Varias ONGs expresaron el miércoles en Roma su preocupación por la ausencia de numerosos jefes de Estado del G8 (los ocho países más industrializados del Planeta) de esa cumbre sobre alimentación.

En cambio, Brasil estará representado por su presidente, Luiz Inacio Lula da Silva, que camino a Italia pasará el sábado por París.

La regulación a nivel mundial de los mercados agrícolas busca una "estabilización de los precios" en ese ámbito pero también pretende "luchar contra la depredación y especulación de las tierras agrícolas", dijo Le Maire.

El ministro francés dijo que esa medida también se basa en la necesidad de favorecer un desarrollo agrícola en el marco de la lucha contra el calentamiento climático.

Brasil figura en la lista de 16 países del mundo que alcanzaron el objetivo de reducir el número de personas que padecen hambre que pasó de 15,8 millones en 1991 a 12 millones en 2005, según la FAO.

Ex ministro de Agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues, y el científico boliviano Alejandro Bonifacio comparten la prestigiosa Medalla Agrícola Interamericana.

La Junta Interamericana de Agricultura (JIA), que acaba de concluir en esta ciudad de Jamaica su Décima Quinta Reunión Ordinaria, otorgó hoy (31 de octubre) los Galardones Interamericanos en el Sector Rural 2008-2009.

El premio Medalla Agrícola Interamericana es compartido por el ex Ministro de Agricultura de Brasil Roberto Rodrigues, y por el científico boliviano Alejandro Bonifacio.

Rodrigues es un reconocido líder empresarial agrícola. Desde el Ministerio impulsó profundas reformas institucionales, promovió nuevas leyes en biotecnología, productos orgánicos, seguros rurales y nueva normas para la comercialización. Se le atribuye haber sentado las bases de una agricultura moderna en Brasil.

Bonifacio, por su parte, es un destacado investigador, cuyo trabajo central ha estado ligado al mejoramiento genético de la quinua. Su tenacidad hizo que se pudiera recuperar el banco de germoplasma que actualmente mantiene el Ministerio de Agricultura de Bolivia.

Esta medalla reconoce contribuciones trascendentales para el desarrollo de la agricultura sostenible y el mejoramiento de la vida rural en el propio país y, en especial, a personas cuyos aportes hayan trascendido a otros países de las Américas o el mundo. Este premio, instaurado en 1958, es el más honorífico y consiste en una medalla, un pergamino y US$10 mil.

El Premio Interamericano a la Contribución de la Mujer al Desarrollo Agrícola y Rural fue para Susana Mejillones, de Bolivia, quien recibirá una medalla, un pergamino y US$5 mil. Este premio se otorga a mujeres que hayan contribuido a la participación de la mujer en el desarrollo rural y hecho aportes significativos al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rurales.

Mejillones es una incansable luchadora por la equidad de oportunidades para hombres y mujeres, en especial los campesinos e indígenas de su país.

El Premio Interamericano a la Contribución Institucional al Desarrollo Agrícola y Rural fue para la Fundación de Comunicaciones, Capacitación y Cultura del Agro (FUCOA), de Chile.

Se trata de un reconocimiento a la organización pública o privada, empresa, universidad u ONG de los Estados Miembros del IICA que haya realizado contribuciones sobresalientes para el mejoramiento de la agricultura sostenible y la vida rural en uno o más países de las Américas.

FUCOA destaca por su labor en el rescate de la cultura campesina que representa las raíces y la identidad chilena.

El Premio Agrícola Interamericano para los Profesionales Jóvenes fue Rodolfo Bezerra de Meneses Lobato da Costa, de Brasil.

Con este premio son galardonados profesionales menores de 35 años que se hayan distinguido por sus contribuciones profesionales y hayan demostrado una sobresaliente voluntad de servicio, iniciativa y vocación para trabajar por el desarrollo de la agricultura sostenible y el bienestar de las comunidades rurales.

Consiste en una medalla, un pergamino y una beca para participar en el Programa de Líderes Jóvenes del IICA. Si el ganador ya hubiera participado en este curso, recibirá una beca por US$10 mil para asistir a otra iniciativa equivalente que garantice el desarrollo de sus capacidades de liderazgo.

Bezerra es reconocido por estimular una actitud emprendedora en los jóvenes. También por defender política y colectivamente importantes causas sociales orientadas a mejorar las condiciones de los jóvenes del campo.

El Premio Interamericano al Productor Rural Innovador fue para la Federación de Cooperativas NGEN, de Chile.

Los productores (individuos o grupos) que hayan hecho aportes sobresalientes, especialmente en innovaciones en la producción, y que representen un ejemplo para los productores nacionales y de otros países del hemisferio reciben este premio, que consiste en una medalla, un pergamino y US$ 5mil.

La Federación de Cooperativas NGEN, constituida por 120 mujeres pehuenches, emplea un modelo de gestión único en su país para la horticultura bajo plástico, apicultura, cría de ganado ovino y recolección de piñones. Busca mejorar la posición de la mujer dentro de la comunidad.

La mención honorífica en el Premio Agrícola Interamericano para Profesionales Jóvenes fue para Karen Latoya Tamasa, de Jamaica, y Carol Thompson, de Barbados.

Tamasa juega un activo rol en grupos de jóvenes e impulsa a otros muchachos a involucrarse en la agricultura. Thompson, por su parte, contribuye al desarrollo local mediante la industria de una especie de ovejas conocidas como black belly sheeps originarias del país.

También fueron galardonados de forma póstuma dos destacados profesionales de la agricultura de las Américas: Assefaw Tewolde de México y Roberto Villeda Toledo de Honduras.

Tewolde era un académico y experto en biotecnología y fue el director fundador del Programa Hemisférico del IICA en Biotecnología y Bioseguridad. Villeda Toledo, entre tanto, era un reconocido institucionalista agrícola y se preocupó por armonizar las políticas centroamericanas e impulsar la integración regional desde el punto de vista agrícola.