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El presidente José Mujica y el vicepresidente Danilo Astori se reunirán hoy para ajustar detalles del impuesto a las grandes concentraciones de tierra, según informaron a El País altas fuentes del Poder Ejecutivo.

La idea es poder cerrar una fórmula que pueda ser anunciada en Consejo de Ministros del lunes 11.

El impuesto a la propiedad de la tierra fue uno de los temas que generó roces en la interna de la fuerza política de gobierno. Mientras Mujica buscaba gravar a los campos de más de 2.000 hectáreas, Astori consideraba que el impuesto debía estar asociado a la productividad de la tierra.

Las discrepancias quedaron al descubierto cuando el mismo día y a la misma hora, pero en diferentes emisoras, Mujica y Astori daban puntos de vista totalmente distintos sobre el impuesto al agro.

Incluso, la iniciativa de Mujica generó desconcierto en un primer momento cuando el ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, confesó no haber sido consultado sobre la posibilidad de cobrar un nuevo tributo a los productores.

Según datos oficiales, el cobro de un impuesto a las grandes extensiones de tierra dejará al Estado una recaudación de US$ 60 millones anuales. Sin embargo, también el destino de esos fondos generó controversias dentro del Poder Ejecutivo, que aún no tiene una posición tomada al respecto.

Mujica es partidario de que en parte se destinen a la compra de tierras para el Instituto Nacional de Colonización.

En tanto, Astori pretendía que fuera empleado en su totalidad a la construcción de carreteras y caminos.

Tras varias reuniones, Astori logró convencer a Mujica de incorporar un aditivo al cobro del impuesto a la tenencia, que se complementa con el pago de una tasa de circulación vial. Lo que se hizo conocer bajo la frase de que "el que rompe, paga".

En ese marco también se agregó la eliminación del impuesto a los semovientes, que recaudan hoy las intendencias del interior. En contrapartida, el gobierno otorgará una partida extra a las comunas para contrarrestar la baja de la recaudación.

Audición. En tanto, ayer sorprendió que el presidente Mujica no hiciera uso de su audición semanal en M24. A nivel oficial no se dio explicaciones por qué no habló Mujica.

Durante el reciente viaje de Mujica a Venezuela para asistir a la conmemoración de los 200 años de la emancipación del país caribeño, el mandatario se reunió en privado con los presidentes Hugo Chávez, Evo Morales (Bolivia) y Fernando Lugo (Paraguay).

Mujica explicó que el encuentro fue oportuno para conversar sobre el funcionamiento de los puertos de Uruguay y su relación con la extracción de mineral boliviano, además de ajustar la compra de energía a Paraguay. "Ni que decir que estoy haciendo todo lo posible por el ingreso de Venezuela, y eventualmente de Ecuador y Bolivia al Mercosur, porque la manera de equilibrar las notorias asimetrías derivadas de las dimensiones de los países del bloque actual, es multiplicar la presencia de otros países", aseguró Mujica.

Además dijo que saludó a su "amigo", el presidente Chávez y quiso conocer su estado de salud.

"Comentó que hacía bastante tiempo que sentía dolores y no le daba importancia. Reconoció que fue imprudente y que al final el dolor fue tan intenso que se sintió acorralado. Probablemente hubiera sido menos grave si lo hubieran atendido antes", contó Mujica.

Aseguró que "dentro de la gravedad de estos asuntos ha tenido suerte porque el absceso tumoral no surgió en ningún órgano importante de funcionamiento, sino en la cavidad abdominal, fue una operación extensa de la cual salió bien. No encontraron indicios de que la enfermedad se haya extendido porque estaba encapsulada. De todas maneras debe cuidarse y realizar tratamientos".

"Chávez está bien, de buen talante, caminamos por el patio de Miraflores un buen rato e intercambiamos opiniones y siempre con su sentido de humor", destacó Mujica.

El mandatario uruguayo presentará hoy ante el Consejo de Ministros el polémico proyecto, a pesar de las críticas de miembros del Gobierno y la oposición. Se trata de un impuesto a los grandes productores rurales, que en total poseen el 35% del suelo uruguayo.

El Consejo de Ministros tratará hoy en su habitual reunión de los lunes el proyecto, que incluye modificaciones de puño y letra del vicipresidente Danilo Astori.

El mandatario propone aplicar un impuesto a los grandes productores en proporción a la superficie de campos que posean, con un mínimo de ocho dólares por hectárea y hasta 16 para los que superen las 10 mil hectáreas.

Lo que se recaude -unos 60 millones de dólares anuales, según estimó- se destinará a financiar mejoras en la infraestructura y caminos rurales. La norma alcanzará las posesiones de más de 2 mil hectáreas.

"En términal generales hay un acuerdo básico. Es una franja muy pequeña de gente, serán 1.200 empresas que equivalen al 35% del suelo nacional y que han recibido históricamente un enorme beneficio con la multiplicación que significa la tierra", dijo Mújica ayer en declaraciones al canal 10 de Uruguay

Por su parte, la Asociación Rural del Uruguay -una de las entidades de productores agropecuarios más influyentes- cuestionó con dureza la intención de Mujica de establecer ese nuevo gravamen. "Este es un cambio de reglas. Y nos afecta a todos. Puede ser un cambio de confianza y marcar un sesgo en materia de inversión", advirtió el presidente de esa gremial, José Bonica.

Las tierras de uso agropecuario en Uruguay alcanzan aproximadamente las 16 millones de hectáreas.

Según estimaciones del Gobierno, en los últimos años, se dio un proceso de concentración de la propiedad de los campos, y actualmente cerca de un tercio están en manos de 1.100 empresarios que explotan cada uno más de 2.000 hectáreas.

El vicepresidente Astori junto con los ministros de Economía, Fernando Lorenzo; de Ganadería, Tabaré Aguerre; y de Transporte, Enrique Pintado, habían elaborado un diseño alternativo al de Mujica para la suba de aportes del campo.

"Si el impuesto a la tierra tiene los efectos negativos que pienso que puede tener, puede afectar el valor de la tierra y dificultar el mantenimiento de los altos niveles de productividad", advirtió Astori.

Astori estaba de acuerdo en que el sector rural pague más, pero no con las reglas que planteaba el gobernante. Es partidario de que el campo pague con relación a lo que produce y a la rentabilidad de las tierras en vez de su tamaño. Esta propuesta era bien vista por algunos sectores del oficialista Frente Amplio (FA) y de la oposición. 

El presidente uruguayo declaró en su programa radial que el dinero que se recaude con las nuevas cargas fiscales será destinado a mejorar la infraestructura del país. Mujica mencionó que se necesitan de manera urgente obras en los caminos, puertos y vías férreas.

Según el mandatario, a los propietarios de los establecimientos rurales de más de 2 mil hectáreas se les puede "pedir algún aporte adicional" ya que son "los más grandes beneficiarios de este fenómeno de crecimiento que ha tenido el país".

"Subir algo la exigua tributación de la tierra, pagar tres o cuatro dólares más por hectárea en las grandes superficies no es ninguna hecatombe o descalabro", ni "ningún cambio profundo de las reglas", sostuvo Mujica quien indicó que Uruguay "tiene una tributación bajísima para la tierra".

Advertido de que el plan podría generar críticas desde distintos sectores, Mujica aclaró que el Poder Ejecutivo tiene "muy claro" que no debe afectar el ánimo inversor que se mueve "tras el afán de la rentabilidad".

Sin embargo, la polémica igual se instaló. Incluso, dentro de la fuerza gobernante, el Frente Amplio. Los ministros de Agricultura, Tabaré Aguerre, y de Economía, Fernando Lorenzo, declararon que nunca fueron consultados acerca de esta propuesta. En tanto, el vicepresidente Danilo Astori señaló que "no hay que ver en esto ningún peligro de alteración significativa (de la política económica)".

El diputado Alfredo Asti dijo que la suba de impuestos "puede afectar el clima de confianza, previsibilidad y coherencia de las políticas fiscales, tributarias y macroeconómicas del país".

Desde el sector agrario también le apuntaron al presidente. El presidente de la Federación Rural, Miguel Bidegain, consideró que la propuesta "no es seria y deja muchas dudas", recordando "la fuerte inversión" que realizaron los empresarios del campo. Además, llamó a que cualquier plan de este tipo sea dialogado y adoptado por consenso.

Foto: Telám

Los cuatro países del Mercado Común del Sur (Mercosur), Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, unificarán sus estadísticas macroeconómicas con una iniciativa financiada, parcialmente, por la Unión Europea (UE).

En junio próximo se divulgarán en Brasilia, capital brasileña, los nuevos criterios para elaborar los indicadores a nivel fiscal, monetario y de balanza de pagos, según fuentes de la UE citadas hoy por la prensa local.

La experiencia del viejo continente "hizo ver los beneficios de tener bases estadísticas homogéneas y confiables", sostuvo el jefe de cooperación de la delegación de la UE en Uruguay, Alejandro Montalbán.

Segpún el funcionario, este proyecto, denominado Apoyo al Monitoreo Macroeconómico (AMM), "se adapta a las necesidades de los países del Mercosur (y) permitirá tener mejor información para tomar decisiones en políticas sociales o económicas".

En la iniciativa para armonizar los datos de la unión aduanera trabajaron durante cuatro años técnicos sudamericanos y europeos.

El AMM tuvo un costo de 13 millones de euros (16,9 millones de dólares), siete de los cuales fueron aportados por la UE.

A 20 años de su fundación, el 26 de marzo de 1991, el Mercosur es considerado el cuarto bloque económico mundial, el cual comprende una población de 210 millones de habitantes.