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El sector agrícola chileno resultó severamente dañado por el terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter que este sábado dejó más de 800 muertos y daños cuantiosos.
La Sociedad Nacional de Agricultura explicó que el sector quedó muy comprometido debido a que las regiones más afectadas por el sismo concentran el 76 por ciento de la actividad agroindustrial de esta nación suramericana.

Además de la agricultura, las otras áreas más dañadas fueron la telefonía y el sector energético.
Las empresas de telecomunicaciones indican que las principales afectaciones en la telefonía fija se deben a la caída de postes.

Por su parte, el sector eléctrico intenta recuperar el servicio, para abastecer al 17 por ciento de los tres millones 800 mil clientes en Valparaíso y La Araucanía que están aún sin luz.

Durante la evaluación de los daños se detectó, además, que el 25 por ciento de la capacidad de la industria pesquera instalada quedó inutilizable tras el terremoto, el cual golpeó la zona que concentra el 50 por ciento de la producción pesquera nacional.

En cuanto a la minería, se dejaron de producir seis mil toneladas de cobre a causa de que las compañías tuvieron que paralizar sus actividades el fin de semana por corte eléctrico.
Frente a todas estas afectaciones, la presidente de Chile, Michelle Bachelet, dijo que el país necesitará al menos tres años para reconstruir las zonas impactadas.

El fuerte movimiento telúrico dejó un saldo preliminar de 802 muertos, una cifra no precisada de desaparecidos, 500 mil viviendas destruidas y dos millones de damnificados.

De acuerdo con la mandataria de la nación austral, la reconstrucción tardará prácticamente todo el período de gobierno del presidente entrante, Sebastián Piñera.

El Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, inauguró la tradicional muestra Expoagro donde aseguró en declaraciones a la prensa especializada que "en el año del Bicentenario las estimaciones auguran una cosecha récord entre 93 y 95 millones de toneladas de granos y cereales".

El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, anunció ayer que se registrará una "cosecha récord" en la campaña 2009/2010 y aseguró que el Gobierno seguirá buscando soluciones a los problemas de los productores.

"Vamos a tener una cosecha récord y nos seguiremos ocupando de los problemas de los productores para resolverlos", afirmó Domínguez tras la inauguración de la cuarta edición de la muestra Expoagro, que se extenderá hasta el sábado en el establecimiento "La Flamenca", en el partido bonaerense de Baradero.

Además de Domínguez, participaron del tradicional corte de cintas los gobernadores de las provincias de Buenos Aires, Daniel Scioli; y de Santa Fe, Hermes Binner; el viceministro de Agricultura de la Nación, Lorenzo Basso; el ministro de Asuntos Agrarios bonaerense, Ariel Franetovich; y el presidente de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), Juan Manuel Campillo.

También asistieron a la inauguración la secretaria de Desarrollo Rural de la Nación, Carla Campos Bilbao; el presidente y el vicepresidente del Banco Provincia, Guillermo Francos y Gustavo Marangoni, respectivamente, y el intendente de Baradero, Aldo Carossi, entre otras autoridades.

Tras asegurar que "ese es el pedido que me encomendó la presidenta de la nación (Cristina Fernández de Kirchner) para servir al país y fortalecer la producción", el titular de la cartera agropecuaria señaló que "en el año del Bicentenario las estimaciones auguran una cosecha récord entre 93 y 95 millones de toneladas de granos y cereales".

En una recorrida por los stands de la muestra, Domínguez enfatizó: "todos los días tenemos que trabajar juntos y el Estado hace lo debe hacer: poner en valor las energías que tenemos quienes somos del interior y conocemos la adversidad".

Por su parte, el gobernador Scioli volvió a asegurar que el actual es tiempo de "consensos" y de "unir esfuerzos", y convocó "a todos" a "poner el hombro" y "despolitizar" las cuestiones que "a veces llevan a desencuentros" y llamó a "seguir empujando para lo mismo", para que el sector agrícola-ganadero-industrial "desarrolle todo su potencial".

"Esta edición del Bicentenario es un marco espectacular para encarar los desafíos del futuro" y "tomar conciencia de la influencia positiva para la economía argentina", enfatizó Scioli, quien aprovechó la visita al stand de su Provincia para anunciar una línea de crédito especial para el sector agropecuario de 350 millones de pesos, con una tasa de 9,5 por ciento anual, fija y en pesos.

Por su parte, el viceministro Basso, remarcó: "estamos volviendo a un clima de expectativa favorable"; según el ex decano de la Facultad de Agronomía, "este sector de la economía argentina es el más dinámico, es el único sector que tiene la capacidad de reaccionar tan rápido".

 "En Argentina hoy llueve, tenés algunas señales positivas de los mercados o de la política e inmediatamente el sector reacciona; aquí en seguida cambia el estado de ánimo", enfatizó.

 Basso añadió: "creo que tenemos que salir de la confrontación, como lo ha sostenido el ministro (de Agricultura, Julián Domínguez) permanentemente, sentarse a trabajar conjuntamente y mirar todas las perspectivas que se abren".

 El titular de la ONCCA, por su parte, se refirió a la importancia del sector agropecuario en la economía de nuestro país: "lo que va a salvar a la Argentina es la producción, por eso el Gobierno garantiza la comercialización de todo lo que se produzca, tanto dentro como fuera del país".

Por el sector privado, el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Cristian Amuchástegui, destacó la voluntad del Gobierno para atender algunos de los requerimientos del sector agropecuario y la recuperación que se percibe en el ánimo de los productores.

"Vemos un enfoque, un ánimo distinto, una recuperación del ánimo en el sector", dijo a Télam Amuchástegui, quien señaló que "en base a las acciones del Gobierno, un mejor clima y una recuperación de los precios internacionales post-crisis mundial, el ánimo del productor se está recuperando".

A su entender, el Gobierno "está atendiendo lo mejor que puede alguno de los requerimientos que la comunidad productiva le esta planteando"; "el gobierno esta teniendo una sensibilidad muy buena para atender los requerimientos", reiteró.

"Encontramos un ambiente donde sin ningún problema planteamos todo lo que creemos necesario, somos concientes que no fuimos electos por el pueblo para dirigir el país", concluyó.

Dirigentes de la Federación Nacional Campesina (FNC) presentaron oficialmente la tradicional marcha prevista para el próximo 24 y 25 de marzo en la capital. La conferencia de prensa se llevó a cabo en el Panteón de los Héroes. Exigirán que se concrete la Reforma Agraria y la aplicación de políticas de desarrollo social.

La convocatoria fue realizada a todos los medios de prensa a fin de dar a conocer los ejes que servirán de bandera para la 27ª edición de la tradicional marcha campesina.

Arnaldo Ayala miembro del Comité Ejecutivo de la FNC indicó que dos puntos serán los principales reclamos de la movilización. En primer lugar la Reforma Agraria que es una necesidad social, además de ser un compromiso del gobierno de Lugo, asumido durante su campaña política.

En segundo lugar, exigirán la aplicación de política de desarrollo social que hasta ahora no pasaron de ser meros discursos. "Hasta ahora en la práctica no se tiene nada. Ahora en época de producción no tenemos caminos", expresó Ayala.

Tras la presentación, realizarán entrega de volantes en la vía pública promocionando los reclamos de la FNC.

No se destinan al consumo humano. Van de la mano de los biocombustibles

GUADALAJARA, JALISCO.- Los transgénicos no resolverán el hambre en los países del tercer mundo ni los problemas del cambio climático, ya que hasta la fecha no hay una sola hectárea, de las 180 millones que existen de cultivos genéticamente modificados, que se destine para los hambrientos del mundo, afirmaron distintos expertos internacionales que están de visita en Guadalajara, como parte de las actividades alternativas a la reunión de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

"El potencial de estos cultivos es cero. Porque la soya transgénica está dedicada fundamentalmente a la alimentación animal y a la producción de biocombustibles. Lo mismo con el maíz transgénico, 70% es para ganado y el resto para generar etanol. Y el algodón y la canola no alimentan a nadie", aseguró Miguel Altieri, de la Universidad de Berkeley, California, durante el foro "¿Transgénicos? no, gracias", que abrió las actividades.

Tan sólo en Sudáfrica, la introducción de maíz genéticamente modificado de la trasnacional Monsanto, dejó 130 mil hectáreas de este grano sin mazorcas, "entre otros conflictos que se han presentado a raíz de la autorización de este tipo de siembras", resaltó Mark Wells, de la Alianza Sudafricana para la Moratoria a la Ingeniería Genética (Safeage).

Lo más importante -dijo Altieri- es que existen opciones como la agroecología, que promueve el diálogo de saberes, recogiendo el conocimiento campesino, que actualmente genera más de 70% de los alimentos básicos del mundo.

"Son sistemas que son resistentes al cambio climático. Está comprobado que después de algunos huracanes, los cultivos que sobreviven son los agroecológicos. Y si hoy todos los cultivos fueran transgénicos, la producción bajaría, porque no serían capaces de sobrevivir".

El experto en agroecología señaló que la única opción para enfrentar el cambio climático es la diversidad genética.

"Los transgénicos van de la mano de los biocombustibles. El interés no son los alimentos, sino la producción de la biomasa para plásticos, combustibles, fármacos... todo respaldado con la biotecnología. Pero los más peligrosos son los biocombustibles, porque están desplazando tierras de cultivo y hay una coalición de multinacionales, tanto productoras de biotecnología, como empresas de petróleo, carros, que se unen con fundaciones como la Gates, que están penetrando en las agendas de investigación de los gobiernos y de las universidades públicas".

Ymelda Montoro, de la Red de Acción de Agricultura Alternativa en Perú, compartió que en su país están trabajando para declarar zonas libres de organismos genéticamente modificados, que son polígonos aislados, por lo menos a 10 kilómetros de hectáreas donde hay cultivos transgénicos.

Después de esta reunión de la FAO, se prevé más impulso para transgénicos de segunda generación, como los biocombustibles; los países más interesados son los que han entrado en este mercado, como Brasil, Argentina, Colombia o Estados Unidos.

"Van a enfocarse a este tema, el problema es que los biocombustibles empeoran el problema del hambre, porque desplazan tierras agrícolas y son tierras más vulnerables al cambio climático. Es el camino equivocado".

La entrega de los certificados fue hecha por el ministro de Agricultura, Ganadería, Acuicultura y Pesca, Ramón Espinel, dentro de un Plan que lleva adelante el Ejecutivo, y que se enmarca en una norma constitucional para la concesión de territorios ancestrales a las nacionalidades indígenas.

La adjudicación de tierras benefició a tres comunidades achuar que habitan entre las provincias amazónicas de Morona Santiago, y Pastaza, pero que tienen vínculos con otras de ese mismo grupo étnico que viven en la Amazonía peruana.

Las comunidades beneficiadas son las de Wachirpas, con una superficie de 10.714 hectáreas; Mashuim, con 12.542 hectáreas, y Nuevo Sasaim, con 17.059, precisó el Ministerio de Agricultura en un comunicado.

Esta es la primera "adjudicación ancestral" efectuada por el Ejecutivo y en la ceremonia de entrega de los títulos de propiedad participó el presidente de la etnia achuar, Germán Freire, quien recordó que ese anhelo fue planteado a anteriores Gobiernos, sin resultados.

Freire señaló, además, que la entrega de los certificados no modifica la posición de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), que decidió romper un proceso de diálogo con el Gobierno.

De su lado, Espinel indicó que próximamente se entregarán nuevos certificados de propiedad sobre territorios ancestrales en la provincia de Pastaza para comunidades de las etnias kichwa, con unas 199.000 hectáreas de superficie, y shiwiar, con 126.000 hectáreas.

Además, el ministro recordó que continuará el plan de redistribución de tierras improductivas en favor de campesinos pobres, sobre todo en las provincias costeras de Guayas, Manabí, Los Ríos, y Esmeraldas, con una superficie de 3.000 hectáreas.